Usted está aquí: lunes 10 de julio de 2006 Opinión Balance de la Jornada

Balance de la Jornada

Marlene Santos A.

La squadra nazzionale tenía necesidad del cetro como ningún otro equipo. Lo sabía y fue por él atropellando con su clásica pero eficaz dureza. Al calcio le urgía lavarse la cara ante el mundo, y lo hizo; empero, la tarea no ha terminado.

El jugador galo de la Juventus, David Trezeguet, ¿estaría pensando en la camorra que envuelve al cuadro turinés a la hora de plantarse 11 metros frente a su compañero de equipo Buffon?... Sólo él lo sabe. Lo que vieron más de mil millones de televidentes fue a una Italia por fin celebrando algo importante.

Previo al Mundial, Buffon compareció ante los jueces italianos para negar que incurrió en apuestas. A Lippi prefirieron dejarlo en paz de cara a la Copa, pero se le acusa de favorecer a la agencia de su hijo para llevar jugadores a la selección. Si fue así, quizá ahora su vástago podría ser candidato a sucederlo en el timón. Tiene buen ojo.

En la campaña 2003-04 el calcio arrojó pérdidas económicas a los 20 equipos de la serie A por 507 millones de euros. El balance indicó que por cada euro ganado perdieron 1.8 ¿Y cómo hicieron para sobrevivir?

El napolitano Cannavaro , el Capo de la Juventus, no hace mucho estuvo en la polémica al aparecer en un video inyectándose una sustancia... Y sobre el terreno de juego, la liga tampoco se defendía mucho. El argentino Angel Cappa sintetizó: "El futbol italiano engorda, uno se aburre tanto que no para de ir a la heladera".

La Juve está cerca de perder el doble scudetto e irse a la división C o B por arreglo de partidos, y sus jugadores, entre ellos los franceses Vieira, Trezeguet y Thuram, ya son tentados por equipos españoles e ingleses. El perdón alcanzaría tan sólo a la Fiorentina, Milan y Lazio.

Ahora la FIFA y la UEFA, antes de definir al sucesor de Lennart Johansson -se postulan Beckenbauer y Platini-, deberá exigir que el país de La Bota lave el mugrero de casa para devolverle credibilidad.

Zizou cayó del Olimpo, volvió a ser de carne y hueso. Primero criticó a los que se querían subir al barco del éxito cuando Les Bleus aún no ganaban nada, Luego, con toda su experiencia, perdió la cordura ante el siciliano con fama de pendenciero, el gigantón Materazzi... Indigno adiós para el ilusionista marsellés que tanto nos hizo delirar.

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