Usted está aquí: miércoles 12 de julio de 2006 Opinión Bajo la lupa

Bajo la lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Exequias de la "doctrina Bush", según Time

Su política exterior, un vaso repleto de fracasos

Los antidemócratas y plutócratas en México

Ampliar la imagen El presidente de #stados Unidos, George W. Bush, durante una comida en la Casa Blanca, el lunes pasado FOTOAp

La portada del Time (17/7/06), la revista más popular de Estados Unidos (EU) y del mundo, es atroz: un sombrero texano que cubre el cuerpo entero de una persona hasta las botas. El título es letal: "Fin de la Diplomacia Cowboy"; el subtítulo es humilde "Lo que nos enseñan Norcorea, Irak e Irán sobre los límites de ir solos", lo cual subsume la derrota conceptual del unilateralismo.

Time tuvo ingresos el año pasado por 43 mil 700 millones de dólares y cuenta con 84 mil 900 empleados y poderosas divisiones de Internet, editorial, cinematografía, telecomunicaciones y televisión, lo que asegura la amplia difusión de las razones por las cuales la "doctrina Bush no sirve más".

Días antes, Michael Abramowitz (MA) y Robin Wright (RW), de The Washington Post (6/7/07), portavoz del establishment que publica la revista Newsweek (competidora de Time), habían externado las tribulaciones de Baby Bush "frente a un mundo en crisis", cuando "repentinamente la Casa Blanca encuentra crisis por doquier".

La lista es extensa en el contexto de 75 dólares el barril de crudo: Afganistán, Somalia, Medio Oriente, Irán, Rusia, Norcorea y hasta el "futuro incierto de México" (después del fraude electoral salinista-zedillista-foxiano).

Ya advertíamos la "grave derrota diplomática de Baby Bush" que le infligieron los misiles norcoreanos (Bajo la Lupa, 9/7/06) y que, a juicio de MA y RW, simboliza la gota que derramó el vaso repleto de fracasos de su política exterior: "una amplia lista de problemas mundiales que amenazan enturbiar sus años finales". Citan a Moisés Naim, un fanático de la globalización financiera y editor de la revista bélica Foreign Policy, quien fustiga que la "distracción" (sic) de la guerra en Irak "ha consumido inmensos recursos y tiempo en Irak lo que limita su flexibilidad para atender nuevas (sic) crisis en el mundo".

Se le vino el mundo encima a Baby Bush y a los neoconservadores straussianos, los neomoabitas veneradores de Moloch y sepultureros del imperio estadunidense. Citan las congojas agresivas de William Kristol, editor de la revista Weekly Standard, portavoz de los straussianos neomoabitas, quien desea lanzar bombas nucleares en todo el planeta para aplicar el sicótico unilateralismo.

Los neomoabitas straussianos tienen como aliados en México a los me- dio-hermanos, el venezolano Rozental Gutman, y al nómada ideológico, Cas-tañeda Gutman, así como a Enrique Krauze Kleinbort, un instrumento de la plutocracia parasitaria del Grupo Monterrey, y a su hijo, León Krauze Tu- rrent, quien confunde los deportes, su dizque especialidad, con la política me- xicana que falsifica, lo cual en su conjunto delata al calderonismo salinista como un vulgar nepotismo neoliberal vinculado, en el exterior, al partido Likud israelí y, al interior, ¡a los herederos de los nazis! ¡Vaya explosiva congruen-cia pragmática contranatura con tal de "detener" a Andrés Manuel López Obrador "como sea" (Castañeda dixit)!

El problema del nepotismo neoliberal de los Krauze y los R &C Gutman, quienes gozan de desmedida influencia en los multimedia de EU como sus amanuenses predilectos, es que peroran unilateralmente lo que le gusta escuchar a las trasnacionales del binomio petrolero-financiero estadunidense, a quienes les pintan un cuadro irreal de América Latina (AL) donde ya hace mucho soplan "nuevos vientos", como aduce correctamente Nestor Kirchner. ¡Por eso anda tan deteriorada la política exterior de EU en AL! Miami y Monterrey no representan a Latinoamérica en lo absoluto!

Tampoco hay que soslayar que los antidemócratas y filoplutócratas, los Krauze y los R&C Gutman, fueron en México los principales apologistas de la invasión ilegal a Irak, el peor fracaso tanto de los neomoabitas straussianos como de la historia de EU, que pagó muy cara su afrenta. No hay que desesperarse: lo mismo les sucederá en México y AL donde sus imposiciones neoliberales espurias, como el salinismo calderonista, están siendo abortadas.

¿Cómo se puede nadar contra las corrientes históricas? Ese fue precisamente el letal pecado capital de la infatuación sicótica de los neomoabitas straussianos.

A diferencia de Stephen Hadley, nuevo asesor de seguridad nacional, quien vislumbra "oportunidades en medio de la serie de fracasos" para un abordaje "multilateral" de su reconversión diplomática, Zbigniew Brzezinski, ex asesor de Carter, no comparte el optimismo circense de poder lidiar con múltiples crisis al mismo tiempo: "Es como un malabarista. Una pelota que se sale de la trayectoria amenaza a las otras. Cada situación complica tratar con la otra".

Time repite lo expresado por el periódico hermano de la revista Newsweek, aunque más contundentemente forjado: "la letanía de las crisis globales pondrán a prueba la resistencia de cualquier presidente, no se diga a un presidente relecto con una tasa de aprobación empantanada en el territorio de Warren Harding".

Warren Gamaliel Harding, el presidente número 29 (cabalístico número económico), quien sembró las semillas de la Gran Depresión de los años 20 que fue precipitada por el Cheney de entonces, John Calvin Coolidge Jr., es considerado por los historiadores como el "peor presidente de EU". ¿Lo superará el presidente número 43?

El doblemente presidente espurio (gracias a las fraudulentas elecciones bananeras de Florida y Ohio), Baby Bush, cuenta con la mínima aprobación de sus ciudadanos y es el mandatario más odiado del mundo.

El mismo día que Baby Bush cumplía su onomástico número 60, el "régimen norcoreano realizó sus pruebas misilísticas", y "lo más sorprendente fue su respuesta. Adiós a las amenazas de tolerancia cero, a la retórica del eje del mal y a los ataques preventivos".

Comedia de la vida: Baby Bush llegó al poder prometiendo alejarse de la política exterior de Clinton para adoptar los temas domésticos y una política exterior "humilde" (¡super-sic!), y cerca de su ocaso sufre una profunda metamorfosis clintoniana.

En su oración fúnebre, Time rememora toda la voltereta que operó a partir del 11 de septiembre y que "embarcó a EU" en el unilateralismo "muscular" de "cómo usar su poder militar" mediante la prevención antes de la curación de las amenazas, "sin contar con la ayuda de los demás". Muy severo, comenta que el abordaje unilateral "se acopla con el estilo personal de Bush y su auto-proferida proclividad a preferir sus vísceras y a eximir los matices de la geopolítica".

Baby Bush ya no podrá moldear y moralizar al mundo: "la doctrina Bush se derrumbó en el principal sitio donde pensó imponerlo" (en Irak) a un "elevado costo en recursos militares, apoyo ciudadano y credibilidad foránea"; pero tampoco en Irán y Norcorea: "tanto los amigos como los enemigos de EU toman nota, y en varios casos toman ventaja del agotamiento de la superpotencia (sic). En los recientes tres años, Washington ha sufrido una erosión paulatina en su habilidad de moldear el mundo a su voluntad".

Concluye que para "el alivio (sic) del mundo", ahora la "política exterior de EU se centra más en el realismo de los intereses vitales y menos en la ideología".

Grave error geoestratégico del Time: EU cesó de ser una "superpotencia" en el incipiente nuevo orden multipolar.

 
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