Usted está aquí: miércoles 12 de julio de 2006 Sociedad y Justicia En el Hospital Juárez se desplomaron 50% la cantidad y calidad de los servicios

Faltan medicinas, reactivos y material para curación: trabajadores

En el Hospital Juárez se desplomaron 50% la cantidad y calidad de los servicios

ANGELES CRUZ MARTINEZ

Al menos 50 por ciento se redujo la cantidad y calidad de los servicios médicos del Hospital Juárez del Centro, institución que continúa abierta pero carece de medicamentos, reactivos para laboratorio y material de curación. La plantilla laboral también disminuyó en el mismo porcentaje, y poco a poco mayor número de trabajadores solicitan su cambio de adscripción.

El objetivo de las autoridades, afirman los empleados que siguen en resistencia, es que "nos cansemos y solitos decidamos irnos a otro lado", pero se olvidan o no les importan los pacientes y la necesidad de la gente pobre, que es la que asiste al Juárez del Centro, de contar con una unidad médica que les resuelva sus problemas de salud a bajo costo.

Cada vez es más complicado, aseguran, cumplir con esa expectativa, porque los médicos que continúan laborando tienen que rechazar a mujeres con embarazos de alto riesgo o con posibilidad de que, al nacer, su bebé requiera apoyo ventilatorio. "Todavía se realiza una que otra cesárea", pero no todas por falta de insumos, comentaron doctores y empleados administrativos.

Esta es la situación que se vive en el Hospital Juárez del Centro desde el año pasado, cuando se dio a conocer la intención de la Secretaría de Salud (Ssa) de ceder parte del espacio que ocupa el nosocomio a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Al poco tiempo la dependencia explicó que sólo iba a transferir el área donde se ubica el Claustro de San Pablo, y que existía un proyecto para construir una unidad médica ambulatoria de alta especialidad en el área médica.

La Ssa se comprometió con los trabajadores que se opusieron al cierre del hospital a que éste iba a continuar prestando servicios a la población. Aseguró que, de acuerdo con dictámenes técnicos, el edificio que alberga la unidad médica carece de las condiciones mínimas para garantizar la seguridad de los usuarios y los trabajadores.

El inmueble, sin embargo, ha funcionado así desde que los sismos de 1985 provocaron el derrumbe de la torre de hospitalización.

La secretaría también informó en 2005 que contaba con los recursos para realizar una obra que garantizara la seguridad de enfermos y empleados. Se presentó a los trabajadores el proyecto e inclusive la maqueta. Se suponía que las obras iban a comenzar en diciembre de 2005, pero nada ocurrió.

Al contrario, el director del hospital, Elías Rescala, y su equipo de trabajo fueron destituidos. La responsabilidad de lo que ocurre en la institución recae en el subdirector administrativo.

Así, dicen los entrevistados, desde hace varios meses el nosocomio dejó de realizar cirugías laparoscópicas; tampoco atiende operaciones de vesícula o apéndice de personas que presentan otras enfermedades, como fallas cardiacas o cardiopatías isquémicas.

Tampoco aceptan a diabéticos descompensados o que presenten pie diabético, ni a quienes padecen insuficiencia renal con necesidad de diálisis, padecimientos, todos éstos, de alta frecuencia entre la población mexicana.

 
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