Usted está aquí: jueves 20 de julio de 2006 Gastronomía Tapas la Araña, guarida de amantes del queso, el vino y el jazz, cumple un año

Se ha convertido en espacio de diversas expresiones, como música, plástica y lectura

Tapas la Araña, guarida de amantes del queso, el vino y el jazz, cumple un año

Ofrece lo que pocos sitios: precios asequibles, céntrica ubicación y un ambiente íntimo

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen Tapas la Araña ofrece a su clientela una discreta, pero suficiente cava, además de baguettes, tablas y distintos quesos, todo a precios accesibles. En la imagen, la administradora del lugar, Ruth Gómez Monterrubio Foto: Francisco Olvera

Tapas la Araña ofrece un servicio de taberna único, sabroso, suculento, para saciar la sed con vino o cerveza, para cambiar el ph a eso de la tercera copa; los efluvios causados por las citadas bebidas pueden subir y bajar (si la noche se alarga) con un café. Todo, ambientado con 5 mil canciones, del blues al son, del rock al flamenco.

"Es una guarida", expresó la administradora Ruth Gómez Monterrubio, quien anunció que el negocio, ubicado en el 228 local B de la calle Campeche (casi esquina con la avenida Insurgentes), en la colonia Condesa, celebra este 20 de julio un año de su apertura. "Los amigos han aumentado", dijo, en alusión al gusto por el sitio.

Razones sobran: la carta abarca baguettes y tablas. La más cara cuesta 150 pesos, e incluye jamón serrano y pan; una ración de aceitunas, 20 pesos, lo mismo que las uvas. Una baguette de queso, 50. Y así. Pan, queso y vino, pues es taberna.

La carta de vinos es discreta, pero suficiente. Hay de 400 pesos la botella (Casa Madero-México), de 230 (Maison Nicolás cabernet sauvignon, francés), de 210 pesos (Sensi Chianti 2004, tinto, italiano) y de 200 (André Brut del Valle de Guadalupe, México), entre otros.

Muchos acuden sólo para platicar al calor de una copa de vino joven de 30 pesos, o de vino de barrica de Casa Madero por 40 pesos.

Para Ruth Gómez, Tapas la Araña (el nombre tiene alusiones sexuales) se ha convertido en un punto de reunión de artistas, intelectuales, jóvenes que gustan del vino, parejas que buscan intimidad y solitarios que llegan a leer.

"El hecho de estar en la colonia Condesa ayuda al negocio, además de la cercanía con la estación Campeche, del Metrobús, y del Metro Chilpancingo; hay gente que viene del norte de la ciudad.

"Ofrecemos lo que no tienen los demás sitios: un lugar barato. El contraste es grande y la calidad es la misma. Además, aquí el ambiente no es de blof, ni dizque nice. Estamos dirigidos a la gente que quiere convivir."

Y es verdad. Aunque hay música todo el tiempo, se escucha lo que pide el de enfrente. Nada qué ver con las torres de babel en que se han convertido las cantinas o los bares.

"Aquí, con 400 pesos, dos personas salen bien, a gusto. Hay quienes sólo llegan a chelear. Una cubeta con seis cervezas vale 130 pesos. Hay personas que no consumían vino, pero llegan, lo prueban, les explicamos las cualidades de cada uno, se instruyen y poco a poco van eligiendo."

Acercamiento a la cultura vinícola

Ruth Gómez aseguró que no han quedado mal con ningún cliente "exigente". Acercan a los visitantes a la cultura del vino con catas donde los representantes de algunas casas productoras les explican las bondades de sus vinos.

"A eso hay que sumar que contamos con una variedad de quesos, como el holandés, el menonita y el roquefort, entre otros, como el ahumado, el cual nos proveen de Jalapa. Hemos servido un queso curado en vino; es de Querétaro. Gusta mucho el queso con nuez.

"Aquí sólo servimos vino; nada de otras bebidas, salvo cervezas. A un año de funcionamiento puedo decir que la experiencia ha sido muy gratificante, porque ha llegado el tipo de público que esperábamos: gente que no quiere escándalo, pero tampoco silencio.

"Los que vienen son clientes propositivos, profesionales; nos han pedido el lugar para organizar cumpleaños. El principal pago es cuando salen y dicen que se sintieron como en casa. Eso los hace regresar. Organizamos un festival de jazz, encabezado por Germán Bringas; los viernes, desde las 10 de la noche, se toca gaita escocesa; hay son jarocho. Ya presentamos el libro del escritor Honorio Herrera, de cuentos infantiles, y lo volveremos a dar a conocer al público como parte de los festejos de nuestro primer aniversario.

"En los próximos días habrá una exposición de grabados. El jazz ha sido fundamental, pero también ha gustado el flamenco. Quien toma vino y come queso pide mucho el flamenco, porque el vino marca un ritmo, un tono íntimo. Es diferente a emborracharse con unos tequilas. Nos han preguntado si hay franquicia, porque les gusta el servicio y el ambiente.

"Hay parejas que se arrinconan, agarran romance y bailan. Se acercan demasiado y lo mejor es voltear para otro lado. Digo, no es un lugar para bailar, pero si lo hacen no hay problema."

Dos espacios tienen su carácter: los baños. Hay unas fotografías que exaltan la belleza corporal, los ojos grandes, las pestañas rizadas. Los cuerpos sinuosos. Para ellos y ellas.

Ruth Gómez contó una anécdota: "Hace días llegaron unas muchachas muy guapas, con ropa muy sexy. Traían un rollo de lectura; muy profunda la cosa. Se pusieron a leer. Una de ellas tenía un tatuaje en el hombro: una araña. Se sintió identificada con el lugar".

Tapas la Araña, Campeche 228 local B, colonia Condesa, casi Insurgentes. Hay valet parking. Servicio de martes a sábado, a partir de las cuatro de la tarde. Teléfono: 04455 1214 5550.

Un extra: las mesas son barricas y la barra sirve para quienes quieran platicar con los taberneros.

 
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