Usted está aquí: sábado 22 de julio de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Se quejan por mala atención en el IMSS

Idignación por el trato que recibió en el hospital La Raza

El pasado jueves publicamos la dramática denuncia de una lectora (Aurora Mosso Montes de Oca) sobre el desabasto de medicamentos en el IMSS y su obvia consecuencia en la salud de los pacientes "atendidos" en dicho instituto, lo que motivó una segunda, de otra lectora, que se presenta tal cual llegó:

"Señora Aurora: consternada leí su breve nota, y únicamente quiero compartirle mi experiencia. Mi padre enfermó de supuesta 'infección crónica de los riñones' y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente con una diálisis, esto tiene como antecedente sucesivas crisis con internamientos previos en el hospital de la Raza, unos porque era el ácido úrico, otros, por su problema de antecedentes cardiacos, otros por su presión alta o baja, según el médico que lo atendía y algunas ocasiones porque eran las anginas -resultó ser un infarto-; en exámenes de su clínica le dijeron que no era de los riñones, que no tenía nada. Después, en el último mes resulta que el líquido le empezó a llenar los pulmones y sufría de insuficiencia respiratoria, por lo que debería tomar la decisión de hacerse la diálisis de los riñones, enfermedad hoy de moda, según detecté en las salas de este Hospital.

"Después de tres semanas de sufrir mi padre descuidos, burlas, desatenciones y groserías, mi padre no quería comer porque hacer del baño era solicitar un cómodo o un pato que implicaba arriesgarse a la contestación grosera y a veces de ser ignorado por las enfermeras, cosa que me consta, porque en mis múltiples visitas y estancias así lo constaté, fue un lunes 27 de febrero cuando le realizaron la diálisis, lo pasaron a una sala especial, donde por motivos de higiene ya no podíamos estar con él. El día 28 de febrero nos avisaron que lo daban de alta a las 17 horas del día miércoles primero de marzo. Ese día mi señora madre fue por él y sus pertenencias; la doctora que lo atendía firmó el acta de alta; sin embargo, un enfermero llenó erróneamente un formato, el cual tuvo que volver a elaborar a regañadientes. Sin embargo, este formato lo firmaba otro doctor, el cual se había retirado y hasta el día siguiente se encontraría.

"Por esto mi padre ya no pudo salir del hospital, con la promesa de la doctora de que al día siguiente él ya estaría en casa, antes de mediodía. A las 22:40 horas nos llamaron del hospital avisándonos que mi padre se había puesto mal repentinamente, y nos dirigimos lo más pronto posible al mismo. Aproximadamente a las 23:20 horas, cuando llegamos al piso donde supuestamente se encontraba mi padre, nos avisaron que pasáramos a Trabajo Social, y ahí simplemente nos dijeron que nuestro familiar había fallecido, después de intentar saber por qué o las explicaciones pertinentes que el caso ameritaba, simplemente la trabajadora social nos dijo que subiéramos al piso en que se encontraba el paciente; ahí solicitamos verlo y nos dijeron que ya no estaba ahí, que ya lo habían enviado a la morgue.

"Nuevamente indignados, nos remitimos con la trabajadora social, quien a su vez ante nuestro enojo nos indicó que habláramos con el subdirector de esa división, solicitamos su atención y únicamente nos culpó por no haber estado, que infructuosamente nos habían estado buscando durante mucho tiempo, que no debimos habernos ido, y que además mi padre tenía una infección crónica y que en esos casos suceden crisis de potasio que suele llegar al deceso. Atrás de nosotros se encontraba el médico que aparentemente, sin que nos lo presentaran o indicaran que lo era, estuvo durante el deceso quien sonreía burlonamente, se encontraba sentado y con piernas cruzadas atrás de nosotros.

"En el acta de defunción determinaron fibrilación cardiaca durante dos horas con media hora de resucitación. Yo no soy médico, lo que me indica esto es que durante dos horas tuvo infarto y sólo media hora de atención. Antes déjeme decirle que la última vez que lo vio mi madre desde la puerta de la sala especial, ya que no podía pasar, fue aproximadamente a las 19 horas, y ese día y aparentemente se encontraba bien y conciente.

"En resumen, dígame usted en manos de quién quedamos en cuestiones de salud, si todos al interior de este instituto supuestamente de salud se cubren la espalda. Llegar ahí es como ponerse hoy en día una pistola en la sien, si se encuentra con gente y trabajadores que aman su profesión podrá usted estar segura; si no, vaya entendiendo que se encuentra a la deriva en este proceso de enfermedad y vida.

"PD: nos comentaron que acudiéramos a la Comisión de Arbitraje Médico, pero eso implicaba, para mi caso, dejar de trabajar para dar continuidad al proceso burocrático de queja y demanda. Mi madre adolece también de problemas cardiacos y de hipertensión seria. Ella, quien quizás tendría que enfrentar este proceso, con el riesgo de no recibir o perder como represalia la pensión que en su momento le correspondería de parte de mi padre. Y me pregunto: ¿Para qué nos sirve que cada quincena o en el caso de mi padre cada semana le quiten a uno parte de su salario? ¿Para recibir al final este trato, si no pregúnteselo a mucha gente que se encuentra afiliada al IMSS?

"Como ve, el IMSS cumplió: mi padre se encontraba a mediodía con nosotros, pero en un ataúd". (María Rivera, [email protected]).

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