Usted está aquí: sábado 22 de julio de 2006 Sociedad y Justicia Agigantan la corrupción nuevas disposiciones fronterizas de EU

Polleros y narcos incrementan sobornos a agentes de Aduanas y la Patrulla Fronteriza

Agigantan la corrupción nuevas disposiciones fronterizas de EU

La negativa de Washington a reconocer el fenómeno agrava la situación, afirma experta

Ya ni la FBI se atreve a asegurar que los índices de esos ilícitos continúan en 7 u 8%

JOSE ANTONIO ROMAN ENVIADO

Ampliar la imagen Agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan la zona de la Mesa de Otay, en San Diego, California Foto: Reuters

Washington, DC, 21 de julio. La corrupción y el crimen organizado están en ambos lados de la frontera con México, donde las medidas de seguridad y el control de la migración no sólo han traído un incremento de las tarifas que los coyotes cobran a los indocumentados, sino también han empezado a poner al descubierto el nivel de corrupción en la Patrulla Fronteriza, señaló Louise Shelley.

La directora del Centro de Estudios de Corrupción y Crimen Organizado Trasnacional, con sede en Washington, manifestó que el problema se agrava por la férrea negativa de Estados Unidos a aceptar que el fenómeno es un "problema sistemático" y no individual, como se hace creer.

En entrevista, la experta, quien ha estudiado los temas de corrupción durante más de 20 años, consideró que aun cuando en Estados Unidos no hay mucha investigación académica sobre el asunto, hay indicios de que existe una creciente corrupción vinculada con el tráfico de drogas y personas. Ahora se ha incrementado, añadió, por las medidas de control en la frontera y el fuerte poder económico del crimen organizado.

Inclusive, mencionó, hasta hace algunos años se creía en la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que el nivel de corrupción en la Patrulla Fronteriza y de los agentes aduanales no llegaba ni siquiera a 7 u 8 por ciento de éstos, pero ahora "nadie podría asegurar" que dicho índice se ha mantenido. Todos los días, agregó, se difunden noticias que dan cuenta de presuntos hechos delictivos de esa corporación.

Sólo en las últimas dos semanas el Washington Post ha dado cuenta de varios hechos en los que autoridades federales han iniciado investigaciones por casos de soborno y contrabando de agentes tanto de la Patrulla Fronteriza como de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza.

Algunos especialistas consideran que en esos hechos se conjugan dos factores que hacen temer mayores problemas a futuro. Por un lado está, en años recientes, la contratación masiva de agentes de esas corporaciones, lo cual ha generado temor de que los estándares de selección de ese personal se hayan relajado, pero por otra está el hecho de que conforme los traficantes de personas exigen cantidades mayores por cruzar migrantes, debido a las dificultades que encuentran, sus esfuerzos por sobornar a quienes vigilan la frontera se han intensificado, lucha que ha ido acompañada con más dinero.

Cada vez más agentes estadunidenses reciben sobornos de los cárteles mexicanos del narcotráfico y de los organizaciones criminales dedicadas al tráfico de personas, que buscan abrir huecos a lo largo de la frontera para el paso de drogas e indocumentados, según han declarado autoridades estadunidenses al diario mencionado.

Por ejemplo, se afirma que sólo en el suroeste de Texas, entre Laredo y Brownsville, las acusaciones han pasado de seis en 2001 a 12 en 2002, 18 en 2003, 20 en 2004 y 27 en 2005, y en los pasados cinco meses se han registrado 15 denuncias de soborno por traficantes de droga e indocumentados a agentes tanto de la Patrulla Fronteriza y Aduanas, como de otros funcionarios públicos.

Cabe recordar que, por ejemplo, en la última década el número de elementos de la Patrulla Fronteriza se ha triplicado prácticamente y en los próximos seis años se duplicará, según ha anunciado el presidente George W. Bush.

Louise Shelley dice que a Estados Unidos "le gusta mucho" hablar sobre la corrupción que existe en otros lados del mundo, como en América Latina y Rusia -otro caso que ha estudiado ampliamente la investigadora-, pero no reconoce que el fenómeno también está en su sistema y no como algo individual, como se ha hecho creer.

"La corrupción está presente mucho más de lo que creemos y es a gran escala. Mientras más apretamos más descubrimos actos de corrupción, aunque también tiene mecanismos propios de control", expresó.

 
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