Usted está aquí: miércoles 2 de agosto de 2006 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

¿De qué creación de empleo hablan en Los Pinos?

Sexenio perdido

Crecimiento del sector informal

Las rebanadas del pastel:

Ampliar la imagen En el segundo trimestre del año disminuyeron 24 por ciento las ganancias de la telefónica estadunidense Verizon. La imagen, frente a una tienda de teléfonos móviles en Filadelfia FOto Ap

A golpe de micrófono, en Los Pinos quieren convencer a propios y extraños que en materia de empleo Vicente Fox no sólo "cumplió", sino que "rebasó" ampliamente su propia oferta de campaña.

Nada más falso que la "bonanza" ocupacional en el México virtual promovido por el "cambio", aunque la casa presidencial ha consumido ya varios días para promover sus logros virtuales en este renglón.

Ayer fue uno de ellos, durante el cual el vocero Rubén Aguilar alegremente celebraba que "al cierre de junio la afiliación de los trabajadores del (al) IMSS registró un incremento de junio a junio de 832 mil 580 personas, el mayor aumento registrado en la historia de los últimos nueve años, trabajo formal, lo que hace muy posible que la expectativa de que al final de este año se generen más de un millón de empleos formales registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social, se hace cada vez más evidente".

A lo anterior, sonreía Aguilar, "podría añadirse los 500 o 600 mil más que se generan año por año de carácter informal (...) añadir más (sic) los informales, que probablemente este año estaremos terminando con cerca de un millón 600, un millón 700 mil empleos nuevos, que un millón de empleos serán formales y el resto de informales... Son datos duros".

Dura la cara, porque el sexenio del "cambio" no comenzó en junio de 2005, ni el candidato Vicente Fox prometió empleos informales durante su campaña en pos de la Presidencia de la República. Oficialmente, su mandato inició el primero de diciembre de 2000, y el actual inquilino de Los Pinos ofreció un millón 350 mil puestos de trabajo anualmente en la economía formal. La realidad, entonces, es combatida cómodamente por la propaganda de la casa presidencial: suma o resta a conveniencia, y acorta o alarga los tiempos a discreción.

No miente el vocero cuando dice que de junio de 2005 a igual mes de 2006 el registro del IMSS incorporó 832 mil 580 trabajadores, 60 por ciento de ellos eventuales. Qué bueno que se genere empleo en el país -aunque de ínfima calidad-, pero el gobierno del "cambio" arbitrariamente acorta los tiempos para ocultar la situación y justificar sonrisas y bodorrio.

La realidad es muy distinta, porque en todo el sexenio foxista (primero de diciembre de 2000 al último día de junio de 2006) el registro del IMSS incorporó a un total de 857 mil 238 trabajadores, de los que sólo 13.6 por ciento han sido permanentes. Contra esa cifra, 2 millones 400 mil mexicanos, cuando menos, emigraron del país para buscar la vida allende la frontera.

Si la casa presidencial considera válido presentar un informe que sólo incluye información laboral de junio de 2005 a junio de 2006, igualmente legítimo es subrayar que del primero de diciembre de 2000 al 31 de mayo de 2005 sólo se generaron y registraron 24 mil 650 empleos en la economía formal, a razón de 456 puestos de trabajo por mes, la mayoría de ellos eventuales. Y por donde le busquen, el resultado es deprimente.

Pero el inquilino de Los Pinos y sus jilgueros no incluyen cifras deprimentes en sus balances, sólo logros virtuales, por mucho que en su campaña electoral Vicente Fox subrayara lo siguiente: "el compromiso de más empleos y mejores salarios no son, exclusivamente, buenos deseos.... Crearemos las condiciones para que la economía crezca a tasas de 7 por ciento y genere, cuando menos, un millón 300 mil empleos anuales... Combatiremos el rezago laboral y el subempleo en el que viven millones de personas... Aumentaremos el poder adquisitivo de todos los mexicanos... Democratizaremos la economía, distribuyendo las oportunidades para todos y en todas las regiones del país".

Ninguna de esas promesas se cumplió, con todo y balance maquillado del gobierno federal, porque de ser correcta la versión oficial, entonces, a escasos meses del cierre sexenal, la tasa de desempleo abierto en el país sería menor a 1.5 por ciento de la población económicamente activa, indicador correspondiente al primero de diciembre de 2000, cuando Vicente Fox y su "cambio" se sentaron en Los Pinos.

Como no lo es, a estas alturas esa tasa de desempleo abierto supera el 3.2 por ciento de la PEA, más del doble de la reportada en el arranque sexenal. Y aunque los "balances" virtuales, las "cifras históricas" y los discursos complacientes se mantengan, los que pagan la factura por otro sexenio perdido en materia de empleo y bienestar social son los de siempre: la mayoría de los mexicanos.

Lo que sí ha crecido, y a pasos agigantados, es la ocupación en el sector informal, en la que cerca del 40 por ciento de la PEA (10 puntos porcentuales durante el sexenio) enfrenta la cruda realidad económica y busca la forma de sobrevivir a las promesas y discursos del "cambio".

Para los fines planteados, la acera, y no la vía pública, es políticamente más productiva e invita a la solidaridad. Por ello, la resistencia civil no tiene por qué afectar a la gente de a pie, y si el objetivo es perturbar a los barones que financiaron y promovieron la campaña sucia y el voto del miedo, la estrategia está equivocada: ellos se mueven en helicóptero y despachan en Santa Fe o en zonas del lujoso sur de la ciudad, en las que el plantón les hace lo que el viento a Juárez.

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