Usted está aquí: domingo 6 de agosto de 2006 Política La resolución de magistrados detonó la ira de manifestantes en el Zócalo

Reiteran su apoyo a López Obrador y la decisión de seguir luchando por el recuento

La resolución de magistrados detonó la ira de manifestantes en el Zócalo

ANDREA BECERRIL

En la pantalla colocada arriba del templete, en el Zócalo capitalino, terminaban de pasar las imágenes de la sesión del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, en la que los magistrados rechazaron el conteo general voto por voto, y entre los cientos de ciudadanos ahí reunidos estalló la cólera:

"¡Quiten esa música, estamos encabronados! ¡Nos quieren dar atole con el dedo digital! ¡Fox será el responsable del derramamiento de sangre!", gritó un hombre ya mayor, colocado en primera fila, y fue secundado por muchos otros que expresaron su rabia y rebeldía mediante consignas, como "¡si no hay solución habrá revolución!", o "¡si no abren los paquetes sacaremos los machetes!"

Algunas mujeres y hombres no ocultaron su pesar y dejaron correr las lágrimas. "Me voy a morir de coraje, me voy a morir de impotencia", expresó una anciana, pero todos hablaron de seguir en la lucha por la defensa del voto. Aguantaron la llovizna, que se intensificó justo cuando terminó la sesión en el tribunal electoral, que seguían por la pantalla, y se mantuvieron expectantes para ver a Andrés Manuel López Obrador.

El candidato presidencial siguió desde su casa de campaña -por la radio- lo que acontecía en el tribunal, y cada vez que la gente lo veía asomarse le gritaba en coro: "¡No estás solo, no estás solo!"

La mayoría de sus colaboradores estaban con él. El representante de la coalición ante el Instituto Federal Electoral (IFE), Horacio Duarte, seguía la transmisión desde el templete, sentado, intranquilo, al igual que Claudia Sheinbaum, y a ratos subían también el jefe de Gobierno electo, Marcelo Ebrard, y el dirigente del PRD capitalino, Martí Batres.

Desde antes de las 10 de la mañana, los residentes de los 31 campamentos levantados en el Zócalo capitalino hace seis días ya estaban congregados frente al templete, y otros ciudadanos se fueron sumando. Había expectación y algo de esperanza, pero en cuanto el secretario de acuerdos del tribunal electoral comenzó a leer la propuesta de resolución se elevaron los gritos de "voto por voto, casilla por casilla".

Una muchacha comentaba a otra: "Tanto que ganan para que nos salgan con ésta", y cuando la magistrada Alfonsina Bertha Navarro argumentó su postura las consignas subieron de tono: "¡Vendidos, rateros!"

Y una y otra vez: "¡si no hay solución habrá revolución!'' Cuando la pantalla dejó de transmitir la sesión del tribunal, en el Zócalo comenzó a escucharse música clásica. Fue entonces cuando se escuchó el grito:

"¡Quiten esa música, estamos encabronados! ¡Nos quieren dar atole con el dedo!"

"Fox será el responsable del derramamiento de sangre", completó un hombre con aspecto campesino, realmente indignado. No quiso dar su nombre, no estaba para protagonismos. Sólo dijo que tiene 78 años, pero que aún así está dispuesto "a lo que sea" para que no le roben el triunfo a López Obrador.

Poco a poco los ánimos se fueron serenando. La gente regresó a su campamento. En el de Zacatecas, el pintor Juan Manuel de la Rosa elaboraba un nuevo cartel sobre el fraude electoral. Mientras, el actor Arturo Beristáin se preparaba para leer poemas de Ramón López Velarde y un manifiesto en torno de la exigencia de limpiar la elección del 2 de julio.

Y cada vez que López Obrador se asomaba desde su casa de campaña, se escuchaba el mismo coro: "¡No estás solo! ¡No estás solo!"

 
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