Usted está aquí: martes 15 de agosto de 2006 Ciencias Enseñar a pensar, reto de la educación en México: Salazar

El divulgador científico publicó El ombligo de Edipo

Enseñar a pensar, reto de la educación en México: Salazar

TANIA MOLINA RAMIREZ

El sistema educativo mexicano "mata a la madre de la ciencia", la curiosidad en los niños, asegura en entrevista Horacio Salazar Herrera, periodista científico. Inhibe el impulso natural de los pequeños por indagar y experimentar.

"A los niños no les enseñamos a pensar. Este es uno de los grandes retos del sistema educativo", sigue el divulgador, quien recién publicó El ombligo de Edipo.

Al deficiente sistema educativo se le suma "una cultura de rechazo a la intelectualidad" ("lo importante es lo que creas, no lo que hagas, y mucho menos lo que pienses"); un bajísimo presupuesto para ciencia y tecnología, y una industria que apenas empieza a invertir en estos rubros. El resultado es una ciencia con "una pobreza crónica", de la cual "todos somos responsables".

Habría que comenzar por "construir una sociedad basada en la confianza", dice.

En lo que respecta al gobierno, Salazar sugiere que, para empezar, haría falta otorgar a la investigación científica y tecnológica el uno por ciento del presupuesto federal que por ley le corresponde. Hoy, se invierte apenas 0.34 centavos de cada peso.

La desmemoria, otro de los frenos

Otro freno para el avance en ciencia es que "la gente no tiene memoria sobre lo que ha pasado en la historia de la ciencia. Newton dijo que si podía ver lejos era porque se había parado sobre los hombros de gigantes", recuerda Salazar Herrera. En México hace falta que los científicos se paren sobre los hombros de gigantes, afirma.

Hay, sin embargo, "pequeñas gemas": unos cuantos científicos que destacan, pero que "cuentan historias de terror sobre lo que han tenido que pasar".

"Son puntos de excelencia; pero son charquitos, y necesitamos un mar", describe el autor.

Fotos de distintos momentos

El ombligo de Edipo (Random House Mondadori, México, 2006) fue escrito como parte de un proyecto estatal gubernamental, del Centro de Escritores de Nuevo León. El libro "toma fotos a distintos momentos de la ciencia", señala el autor. "Todas tocan las conexiones entre el científico y la sociedad en la que vive."

Abarca desde el siglo XVI (Andreas Vesalius, considerado por muchos el fundador de la anatomía humana moderna) hasta nuestros días, con la ingeniería genética.

La intención era escribir un libro ameno, pensando en "toda la gente que no ha descubierto el valor de la ciencia como marco de pensamiento", como "manera de ver la vida".

Es como un rompecabezas: "Cuando lo empiezas, no ves la imagen de atrás, no ves el patrón de toda la figura; la ciencia es eso: un marco que permite articular datos".

Respecto a los científicos retratados en su libro, y en general de todos, dice: "No son semidioses, son gente con curiosidad que le pregunta cosas a la realidad y llevan a su investigación los prejuicios y miopías de su sociedad".

 
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