Usted está aquí: martes 15 de agosto de 2006 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

San Lázaro Atenquito

Ejecutivo mancilla a legislativo

Generalísimo Chapelén

¿Regalo electoral de cumpleaños?

Felipe Calderón se alista a recibir el recontado regalo electoral que le han prometido para este viernes en que cumple años (Morelia, 18 de agosto de 1962), mientras el presidente Fox se refuerza con el cacique veracruzano Fidel Herrera para garantizar -dice el nuevo Gustavicente Díaz Ordox- que el siguiente mandatario federal pueda sentarse a gobernar.

Prisas electorales que obligan a apretar el puño. Golpes policiales luego del golpe electoral y antes del golpe del tribunal. El Poder Ejecutivo ordena que su policía militarizada reprima ejemplarmente a miembros del Poder Legislativo en su propia sede. Arranque de ira proveniente del Reino del Prozac con el que se pretende inhibir la movilización que ha amenazado con estropear ciertos rituales políticos que la decadente clase en el poder ha vuelto torneo de cinismos y vacuidad. Un presidente en perpetua abdicación pelea por el derecho a ir a San Lázaro a rendir un último informe de ineficacias. Un presidente frívolo, al que suele acompañar en esos actos su parentela empresarial, defiende su derecho a dar el último Grito cocacolero de un gobierno colonizado que como ningún otro ha actuado contra el sentido de independencia nacional. Y ese presidente, víctima de trastornos al estilo echeverrista en cuanto a aferramiento al poder en fuga, ordena el uso de la violencia institucional para preservarle al producto indeseado de sus deslices partidistas un escenario cumpleañero de validación electoral y un foro legislativo de toma de posesión (el cumpleañero, por cierto, ¡cree que la ceremonia porfirista del Grito, y el desfile militar del 16, son "símbolos patrios"!)

No es, desde luego, San Salvador Atenco, pero el espíritu fascistoide es el mismo que viene desde Pasta de Conchos, pasó por Ciudad Lázaro Cárdenas y desembocó en la región mexiquense de los machetes renegados. La Policía Federal Preventiva salta a la escena para mostrar dientes y garras a los opositores al fraude electoral pero, también, para cumplir con nuevos capítulos de la guerra de segregación nacional mediante el odio que los publicistas y estrategas hispanos y estadunidenses han diseñado para esta tierra que han soñado como nueva edición de franquismos y bushismos. Los golpes contra legisladores perredistas excitan los ánimos autoritarios de una parte de la sociedad mexicana que está presta a aplaudir la instauración de estados de excepción: si los peligros para México han sido capaces de secuestrar importantes vialidades de la capital del país, justo es que ahora sufran en carne viva las consecuencias de sus pecados políticos, rezan ante San Lázaro Atenquito quienes desean el advenimiento de un Generalísimo local.

El descuadrado golpe de mano (sobre una mesa de cuando mucho tres patas) ha sido asimilado en lo inmediato por los destinatarios con taimada prudencia. Los escudos, los toletes y los gases lacrimógenos se quedaron en espera de la prevista reacción envalentonada del lopezobradorismo que, por el contrario, decidió replegar sus fuerzas para tratar de evidenciar la desesperación del foxismo-calderonismo y para iniciar trámites judiciales contra la policía militarizada, sus jefes e incluso cómplices legislativos internos como el decorativo presidente de la mesa directiva, Alvaro Elías Loredo, premiado con ese cargo por su papel como miembro de la comisión encargada de dictaminar el desafuero de López Obrador.

El asomo de diazordacismo vivido ayer confirma que Los Pinos y sus aliados en busca de continuidad doblegada están dispuestos a cuanto sea necesario para mantenerse en el poder (y en la impunidad). López Obrador ha dicho que está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias en su lucha contra el fraude, pero ayer Fox, Calderón y compañía han expresado por vías más contundentes que tienen la misma convicción, aunque sea con distintos móviles.

Astillas:

En El cristal con que se mira, la emisión conducida por Víctor Trujillo que pasa por el canal 4 de Televisa, ayer fue presentada una videograbación que muestra a empleados del IFE que el pasado 11 de julio entraron a la bodega del distrito 5, con sede en Tlalpan, para abrir paquetes electorales y manipular papelería sin vigilancia de representantes de partidos políticos. La filmación fue hecha por María Eugenia Lozano e incorporada al material que sobre fraude electoral realiza un equipo encabezado por Juan Francisco Urrusti. Las imágenes muestran a jóvenes dedicados alegremente a la tarea de abrir los mencionados paquetes y a sacar o meter documentos según desconocidas instrucciones. El representante de la coalición Por el Bien de Todos en ese distrito, Gerardo Vargas, se enteró de las maniobras del IFE y pidió, entre otras cosas, que alguien grabara los hechos. Luego de captar en cámara la faena de prestidigitación electoral, los coalicionistas fueron echados de la bodega, hasta donde llegó el secretario de la junta distrital, Teodoro Barrios, para tratar de impedir que siguieran las tomas de video. Más delante se ve al grupo de jóvenes del IFE salir de la bodega electoral con la vista perdida, huidizos, escabulléndose por los lados. Víctor Trujillo recibió el video de manos del cantautor de esta columna, quien debe expresar públicamente un reconocimiento a su compañero de mesa de periodistas por esa difusión. La liga al mencionado video (que fue difundido originalmente por Jaime Avilés en su Desfiladero sabatino) estará hoy en la página electrónica de La Jornada... Una vez más, el terrorismo ha sido instalado en los ánimos estadunidenses votantes, pero el episodio tiene consecuencias en México en cuanto permite al gobierno federal disfrazar movimientos internos preparatorios de represión con el pretexto de las "amenazas" mundiales...Y, mientras en la UNAM y en otras universidades públicas se analiza lo que hoy sucede en el país, atendiendo entre otras cosas la amenaza calderonista de "meter orden" presupuestal y curricular en esas instituciones, ¡hasta mañana, en esta columna que ve feliz de la vida a Francisco Gil Díaz luego que la Suprema Torta de Justicia ha decidido mantener sin fiscalización el manejo de miles de millones de pesos en fideicomisos aduaneros que el ahora secretario de Hacienda creó en 1993, cuando era subsecretario del mismo ramo!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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