Usted está aquí: miércoles 16 de agosto de 2006 Mundo Nino Gavazzo admite que visitó prisión clandestina en Buenos Aires

El ex militar uruguayo declara ante juez de su país

Nino Gavazzo admite que visitó prisión clandestina en Buenos Aires

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 15 de agosto. El ex coronel uruguayo José Nino Gavazzo, una de las figuras claves de la Operación Cóndor, coordinadora criminal de las dictaduras del Cono Sur en los años 70-80, admitió ante la justicia en su país, que en 1976 había "visitado" el centro clandestino de detención Automotores Orletti, en Buenos Aires, donde desaparecieron varios ciudadanos extranjeros, entre ellos decenas de refugiados de Uruguay.

Gavazzo, quien está detenido desde mayo pasado junto a cinco militares y policías uruguayos con fines de extradición solicitada por la justicia argentina en al menos tres causas que investigan la Operación Cóndor, compareció hoy ante el juez Luis Charles y sostuvo que su visita a prisioneros políticos de su país en Orletti fue para "rescatarlos" y evitar que los asesinaran sus pares argentinos.

Se presentó a sí mismo como "mediador", cuando es imposible negar las evidencias que lo inculpan, ya que fue reconocido por varios sobrevivientes cuando actuaba como jefe del resto en el Organismo Coordinador de Actividades Antisubversivas (OCOA) de Uruguay. Está mencionado entre el grupo de militares chilenos y de otros países que participaban en los secuestros e interrogatorios (torturas) en lo que fue el infierno de Orletti dentro de la Operación Cóndor.

Los cargos de asociación ilícita y privación ilegal de libertad y un detallado marco de crímenes de lesa humanidad e imprescriptibles, que determinó la justicia argentina en relación a la Operación Cóndor, han ido cerrando el cerco sobre los responsables de uno y otro país.

El juez Charles también investiga en otra causa en Uruguay el destino final de los desaparecidos militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) Adalberto Soba Fernández y Alberto Mechoso, secuestrados en Buenos Aires -donde estaban refugiados- el 26 de septiembre de 1976. En este caso Nino Gavazzo relató que su papel fue trasladar desde Buenos Aires a la esposa y los hijos de Mechoso porque tenía "miedo de que los argentinos los asesinaran".

Según Gavazzo cuando regresó a Orletti ya no pudo encontrar a Mechoso.

Esta historia fue trágica porque ambos desaparecidos fueron llevados a Orletti con sus familias, incluyendo esposas e hijos. Hubo niños en el lugar que, como relató Sandro Alberto Soba en Uruguay a la periodista María Esther Giglio, pasaron por el infierno de Orletti, donde era imposible no escuchar los alaridos de los torturados.

El joven Soba Laguna tenía ocho años cuando fue llevado con su madre María Elena Laguna y sus dos hermanos más pequeños, después de ver a su padre -que había sido secuestrado horas antes- malherido. También vio cómo se llevaron a punta de golpes a otros dos compañeros que trabajaban en la imprenta con su padre. Finalmente los llevaron también a ellos. "En el fondo del local (de Orletti) hicieron un cuadrado con autos y ahí nos meten a nosotros (...) yo que era el mayor quería ver que más había en el lugar y trataba de escaparme. Un día subí y vi en la parte de arriba un enorme tanque que supongo usaban en la tortura (se refiere a una pileta donde hundían hasta la asfixia a los torturados colgados de ganchos para el llamado submarino) y una pieza llena de personas sentadas en el suelo contra la pared. Lo recuerdo como si estuviera recordando una foto (...) escuchábamos cuando los autos entraban, voces y gritos cuando arriba torturaban", dijo el joven a Giglio.

Tres días estuvieron allí y finalmente fueron llevados por Gavazzo y el coronel retirado Ricardo Arab a Montevideo. Seguramente estos y otros niños -algunos de los cuales fueron torturados ante sus padres- eran usados para obtener confesiones.

Pero hubo otra revelación muy importante del ex coronel y fue relacionado con supuestos millones de dólares que estaban en poder de algunos de los detenidos del PVP, por los cuáles mataron en torturas a muchos de los uruguayos secuestrados. Gavazzo dijo que el dinero finalmente encontrado (no mencionó la cantidad) fue repartido entre militares de Uruguay y Argentina.

Los otros detenidos en Uruguay son Jorge Alberto Silveira Quesada, Ernesto Avelino Ramas Pereira, Ricardo José Medina Blanco, José Ricardo Arab Fernández y Gilberto Valentín Vázquez.

Por su parte el juez argentino Rafael Rafecas libró orden de captura internacional contra los militares Manuel Cordero, Luis Maurente, Ernesto Soca (Drácula) y Ramón Díaz Olivera.

 
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