Usted está aquí: jueves 17 de agosto de 2006 Opinión Plan con maña

Miguel Marín Bosch*

Plan con maña

Algunos se preguntan si lo ocurrido a lo largo del último mes en el sur de Líbano y norte de Israel no fue sino un ensayo de lo que se avecina. Vamos a ver -dice Washington a Tel Aviv- cómo te las arreglas con un grupo paramilitar, bien organizado y equipado, capaz de pegarte donde te duele. Se dice que Hezbollah es la carta que utiliza Irán para disuadir a Estados Unidos de lanzar un ataque contra sus centrales nucleares. La respuesta no vendría de Teherán, sino del sur de Líbano. De ahí las críticas al primer ministro israelí por no haber "completado" la ofensiva.

En efecto, a los militares israelíes les sorprendió la organización, arsenal y capacidad de resistencia de Hezbollah. Pensaron que lo liquidarían en un par de semanas. Pidieron tiempo y sólo Estados Unidos estuvo dispuesto a concedérselo. Hace unas semanas vetó una propuesta en el Consejo de Seguridad y así permitió que Israel siguiera con su ofensiva. Luego hubo otra propuesta que los países árabes rechazaron.

El uso desproporcionado de la fuerza hizo que fuera aumentando el número de víctimas civiles e inocentes, pero Israel siguió con sus bombardeos e incursiones terrestres en el sur de Líbano. Hezbollah resistió los embates que luego llegaron hasta Beirut. Estados Unidos siguió apoyando a Israel, que seguía pidiendo más y más tiempo. No pudo con el paquete y la opinión pública internacional se le fue volteando.

Estados Unidos empezó a deslindarse de la acción militar de Israel y el 11 de agosto concluyó con Francia la negociación de un texto que se convertiría en la resolución 1701 del Consejo de Seguridad. Esto ocurrió el viernes antes del sábado. El gobierno israelí no aprobaría el texto hasta el domingo por la tarde. Sábado o no sábado, los ataques se intensificaron durante esos dos días. El mismo sábado tanques y soldados entraron en Líbano, triplicando sus efectivos a unos 30 mil y realizando 80 ataques aéreos. Desde el 12 de julio y hasta el martes pasado habían muerto más de mil libaneses y 150 israelíes.

Al plan de Washington se le agregó la maña de Tel Aviv. El titular de Le Monde lo dijo todo: "Accord diplomatique à l'ONU, Israël à l'assaut du Liban". El primer ministro Ehud Olmert llamó por teléfono al presidente George W. Bush para agradecerle "haber salvaguardado los intereses de Israel en el Consejo de Seguridad".

Las Naciones Unidas son, en cierto sentido, la casa de las palabras. La redacción de una frase que todos aceptan adquiere un sentido muy especial. Pero cada quien puede interpretar las palabras como quiera. Un ejemplo: hace casi 40 años, a raíz de la guerra de los seis días, el Consejo de Seguridad aprobó la resolución 242. El texto estuvo basado en una propuesta latinoamericana. La resolución, en su versión española, pide "el retiro de las fuerzas israelíes de los territorios que ocuparon durante el reciente conflicto". En inglés dice: "withdrawal of Israel armed forces from territories occupied in the recent conflict". Desaparecen los artículos determinados. Ya no son "los territorios" son sólo "territorios". De ahí la renuencia de Tel Aviv de salirse de todo lo que ocupó en 1967. Los traductores de la ONU hicieron un pequeño gran favor a los israelíes.

Ahora en la resolución 1701, el Consejo de Seguridad vuelve a jugar con palabras. No sé cómo Francia accedió a este juego. El primer párrafo de la parte dispositiva dice así: "Pide una cesación total de las hostilidades basada, en particular, en la cesación inmediata por Hezbollah de todos los ataques y en la cesación inmediata por Israel de todas las operaciones militares ofensivas".

¿Por qué se conformó el Consejo de Seguridad con "una cesación total de las hostilidades" en lugar de "un cese al fuego inmediato"? ¿Por qué pedir cuando debió exigir? El gobierno de Líbano y los dirigentes de Hezbollah aceptaron la resolución 1701 al día de su aprobación. ¿Qué hubiese pasado si uno de los dos lo hubiese rechazado? ¿Qué se entiende por "todas las operaciones militares ofensivas"?

En otro párrafo de la resolución el Consejo de Seguridad "insta a Israel y a Líbano a que apoyen una cesación del fuego permanente". ¿Acaso el consejo piensa que no va a durar mucho la cesación de fuego que pidió en el primer párrafo? Y, si así ocurre, ¿qué hará para imponer ese cese al fuego? No dice nada al respecto.

Lo que sí pide es que Beirut amplíe su control a todo el territorio libanés para asegurar así que no haya armas sin el consentimiento del gobierno de Líbano ni otra autoridad que la de ese gobierno. Precisamente para lograr ese control de su territorio y a raíz de unos ataques de Israel, la ONU desplegó desde 1978 una fuerza provisional en Líbano (FPNUL). Il n'y a que le provisoire qui dure.

En esa ocasión el Consejo de Seguridad exhortó a Israel que cesara "inmediatamente su acción militar contra la integridad territorial libanesa" y que retirara "sin dilación sus fuerzas de todo el territorio libanés". La FPNUL sigue ahí sólo que ahora se aumentarán de 2 a 15 mil sus efectivos. Es obvio que el ejército libanés, que enviará otros 15 mil efectivos al sur del país, no puede con Hezbollah. Curiosamente hace años que Israel y Estados Unidos se han venido distinguiendo por ser los únicos miembros de la ONU en votar en contra de las resoluciones sobre el financiamiento de la FPNUL. Ahora sí la quieren y la quieren mucho más grande. Por cierto, ¿quién se interesa por lo que está ocurriendo en la franja de Gaza?

* Ex subsecretario de Relaciones Exteriores y director del Instituto Matías Romero

 
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