Usted está aquí: domingo 20 de agosto de 2006 Opinión A la mitad del foro

A la mitad del foro

León García Soler

Vueltas y revueltas de la transición interminable

De espaldas a los problemas vitales de la nación, ajenos a la amenaza de la desigualdad ofensiva y paralizante que nos margina de la sociedad del conocimiento, nos solazamos con los videos del escándalo; con la exhibición patética de una clase política arrodillada frente a los dueños del dinero y los concesionarios de los medios electrónicos de comunicación.

El movimiento acampado del Zócalo al Periférico convoca a una convención nacional el 16 de septiembre, a la que asistirían un millón de delegados "de todos los pueblos", para decidir el rumbo, la purificación de la vida pública y la desaparición de las viejas instituciones. Del poder constituido todo, pero sin caer en las provocaciones del gobierno y su tentación totalitaria; una protesta pacífica, respetuosa del marco legal que se propone desmantelar. A ver si hay quien entienda el paso de partido político en contienda electoral a movimiento social en pacífica rebeldía que, sin embargo, exige al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación la anulación de 9 por ciento de las casillas examinadas, con lo cual "nos tienen que entregar la Presidencia"...

Andrés Manuel López Obrador hizo efectiva la amenaza de adversarios que amagaron exhibir nuevos videos de las entregas de dinero de Carlos Ahumada a funcionarios, allegados y validos del entonces jefe de Gobierno. Como en novela aparecen revelaciones de nuestro hombre en La Habana. Santiago Creel niega; Diego Fernández de Ceballos reniega y reafirma que había ya dicho lo revelado y que se revertirá el daño a la coalición Por el Bien de Todos, porque vuelven a escena los dólares, el maletín y las ligas de Bejarano, Imaz y otros que recibieron dinero del contratista, a quien puso en acción la "maligna intención" de Carlos Salinas de Gortari. Ya en el Zócalo, la asamblea informativa declaró autor intelectual de la confabulación al "traidor Vicente Fox." Acto primero de la conjura.

Acto segundo: el desafuero y el incomprensible viraje del Presidente que detiene el accionar del Ministerio Público y prolonga el suspense en la trama de la maquinación. Acto tercero: "el fraude electoral." Ya ven, dice "el rayito de esperanza": "Cuando lo dijimos decían que estábamos alucinando, que no era cierto lo del complot. Ahí está ya, totalmente descubierto. ¿Ahora no lo van a creer?" No faltó quien predijera la rendición incondicional del Macabeo abajeño el primero de septiembre. Y la suspicacia (eso que Santiago Creel llamó "sospechosismo") de quienes celebraron la revelación y el cumpleaños de Felipe Calderón Hinojosa. El 15 de septiembre habrá ceremonia del Grito desde el balcón central de Palacio. Y el 16, desfile militar.

Día para el parteaguas del que tanto han hablado los navegantes de la transición. O encrucijada, entrada al laberinto de las definiciones, sin el hilo institucional y seguros de que irán hasta donde ellos quieran, porque "líder no va a faltar". Pero el 16 de septiembre es también oportunidad para deslindar los desvaríos de rebelión pacífica y el imperativo político del partido y sus candidatos. Para aceptar y acatar la resolución del tribunal, sea cual fuere. Para preservar el sistema plural de partidos y, a partir de ahí, del valor institucional y del poder constituido, dar cauce al movimiento, llevar a cabo su convención nacional y resolver si han de transformar el sistema y el régimen por la vía del voto o la rebelión.

Pacífica, si así la quieren llamar. Que no lo sería por mucho tiempo porque hay fuerzas inclinadas a la violencia en el interior del movimiento. Y las hay resueltas a preservar privilegios en nombre del orden constitucional que han venido minando desde el poder y obedientes a la voluntad imperiosa de la nueva ortodoxia. Ya obsoleta, como el consenso de Washington y los textos de los neoconservadores que diseñaron la política de control imperial y ahora se declaran incapaces de comprender y contener el accionar alucinado y fundamentalista de George W. Bush. Como los asesores de López Obrador que inducen a la fuga tras el espejo de los videos, donde festejan la coincidencia con Woody Allen al exhibir pruebas de que hasta los paranoicos pueden tener enemigos de verdad.

Felipe Calderón festeja. Vicente Fox acude retóricamente al proceso histórico y lo hacen citar a Juárez; y elogia a Lázaro Cárdenas al lado del rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, en celebración por los 80 años de ingeniería petrolera en México; y en la conmemoración de los 69 años de existencia de la CFE, con reconocimientos para el oficio de servidor público de Alfredo Elías Ayub. Extraños giros de los senderos políticos. El Macabeo abajeño deja al PAN en manos de Manuel Espino, de la extrema derecha, de El Yunque, de la reacción que aspira a disolver el Estado laico. Felipe Calderón festeja y Espino hace ostensible su ausencia. Sonámbulos de la transición interminable. En Sonora, Eduardo Bours censura libros de texto que contienen lecciones de educación sexual.

Queda la memoria: el martes 22, Beatriz Pagés Rebollar, Víctor M. Sandoval y Carlos Sirvent presentan en la Universidad Autónoma de Aguascalientes el libro de Alberto Vidal Cruz, Un hombre de la revolución mexicana y de la República, biografía de Enrique Olivares Santana, del profesor que gustaba invocar la salud de la República en el quehacer político. Sobriedad que obliga a la congruencia. Hoy gobierna Chiapas un apóstata del PRI, fruto de una coalición encabezada por PAN y PRD. Cortesano y sumiso ante Vicente Fox dio resonancia a la frase: "Gracias, muchas gracias, señor Presidente".

Pablo Salazar Mendiguchía decidió que Juan Sabines, priísta arrepentido como él, fuera el sucesor. Frente a la imposición, los candidatos de PAN y de Panal renunciaron y se adhirieron a la candidatura del priísta José Antonio Aguilar Bodegas. Va a perder Sabines, aunque López Obrador decidió acudir en su auxilio cuando se enteró, dijo, que se habían unido los de "la mafia del PRIAN". Tantas idas y venidas, tantas vueltas y revueltas, las alternancias de tránsfuga a tránsfuga todo enturbian.

Claro como el lodo que el Poder Ejecutivo de la Unión haya dejado crecer la cizaña plantada en Oaxaca. El viejo rito, 26 años de marchas y plantones de los profesores de la sección 22, se utilizó para poner bajo sitio al gobernador Ulises Ruiz, a quien se atribuía ser el operador político electoral de Roberto Madrazo. Y el centro de la capital de Oaxaca es campamento de la Asamblea Popular del Pueblo (sic), que demanda la renuncia del gobernador, del Congreso y del Poder Judicial del estado. No la desaparición de poderes, porque declarada ésta el Senado designaría gobernador interino que convocaría a elecciones. Y los demandantes piden que asuma esos poderes la asamblea.

Nada más falta que el 16 de septiembre abra el desfile una carreta tirada por el populacho y un moderno Pío Marcha grite: ¡Viva Agustín I!

Póngale el nombre que guste. O pongamos atención a la dura realidad, a la desigualdad injusta y agraviante, a la crispación social que nos divide.

 
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