Usted está aquí: lunes 21 de agosto de 2006 Sociedad y Justicia La Reforma de Educación Secundaria, encaminada al fracaso: profesores

Hoy se pone en marcha para todos los alumnos de primer año de este nivel en el país

La Reforma de Educación Secundaria, encaminada al fracaso: profesores

Desconocimiento de los temas y falta de libros y programas de estudio, las quejas principales

Telesecundaria, caso extremo: no tienen listos ni los programas de tv

KARINA AVILES

Ampliar la imagen Debido a las múltiples fallas y carencias de la RES, ''sería realmente extraño que los estudiantes se encontraran con una nueva escuela'', afirma el profesor Rodolfo Ramírez Foto: Carlos Cisneros

Hoy inician las clases con un proyecto de reforma en el nivel secundaria que apenas quedará en el dicho. En los hechos, no hay conocimiento del cambio curricular por parte de los profesores, no hay libros ni programas de estudio para algunas de las nuevas asignaturas, faltan títulos en las escuelas; pero el caso extremo es la telesecundaria, en donde no tienen uno solo de los materiales didácticos, al grado de que la nueva barra televisiva, eje fundamental de ese sistema, apenas está en elaboración.

Lo anterior, advierten especialistas y profesores del área, conduce a la llamada Reforma de Educación Secundaria (RES) -uno de los proyectos en el sector más importantes del presidente Vicente Fox- a un destino: "el del fracaso".

Proyectada en 2002 bajo el nombre de Programa de Reforma Integral de la Educación Secundaria (PRIES), que después cambió a RIES y finalmente se quedó en RES, para quitarle lo de "integral", esto que se llama reforma no va más allá de un "mero reacomodo de asignaturas", por lo que "uno de los saldos más fuertes es que se trata de una oportunidad perdida" de esta administración "para transformar en serio la educación de los adolescentes", advierte el profesor y director de la revista especializada Cero en conducta, Rodolfo Ramírez.

Así, la RES -que desde su difusión fue motivo de la crítica y del rechazo por estar construida a espaldas de los maestros y por su objetivo de eliminar contenidos, como el estudio de las civilizaciones antiguas y prehispánicas- plantea una reducción de 34 a 30 materias y la compactación de otras como historia, que en lugar de tres años se impartirá en dos, además de física, química, biología y geografía, que antes se daban en dos años y ahora se "enseñarán" en uno.

La reforma se aplicará gradualmente, por lo que en este ciclo escolar, serán los cerca de un millón y medio de estudiantes de primer grado quienes inicien con la RES.

Imposición de la SEP

De acuerdo con Lucía Rivera, especialista en educación básica y profesora de tiempo completo del área de Política Educativa de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), la viabilidad de la modificación ha estado en riesgo desde su origen: "Cuando una reforma se hace sin consenso, sin información suficiente, sin una estrategia cuidadosa de trabajo con los profesores, que son los encargados de ponerla en práctica, hay muchos focos rojos que anticipan una serie de dificultades, como las que en estos momentos se tienen, y que no son más que la consecuencia de un cúmulo de actos autoritarios por parte de la Secretaría de Educación Pública (SEP)".

La experta no augura éxito a un cambio curricular que comienza como una imposición y en la que se ha subestimado a los profesores al desdeñar sus puntos de vista, además de que, en el plano educativo, ni siquiera se establecieron los cómos para enfrentar los nuevos enfoques, los contenidos, los trabajos por proyectos que implican un esfuerzo "radical de organización de la escuela y de trabajo con los docentes".

En el mismo sentido, Rodolfo Ramírez considera que no existen elementos para esperar que esta reforma genere alguna transformación, pero sí probables efectos de retroceso, porque en los hechos "se reiteran los viejos contenidos y problemas" de la secundaria, tales como su carácter enciclopédico, en detrimento del análisis crítico y de la curiosidad por aprender.

Además, añade, arranca sin las condiciones mínimas para tener una influencia en el saber y en las concepciones de los maestros, a quienes la SEP les impartió unos "cursitos" para acercarse a la reforma, horas antes de que la apliquen. Y, por otro lado, la dependencia no supo generar una "adhesión activa" de los maestros, quienes la viven como una "medida burocrática" que no alienta la movilización intelectual para producir un cambio en las prácticas educativas.

De manera que sería "realmente extraño" que los estudiantes se encontraran con una nueva escuela, puntualiza.

Sin libros, sin planes, sin CD, sin tele, sin "nada"...

El profesor José González Figueroa sabe que al llegar hoy lunes a la telesecundaria 190, en Nezahualcóyotl, será la misma de siempre: Un edificio construido hace 35 años, al que ni una sola vez se le ha dado mantenimiento. "Está chipotudo, chipotudo; tiene espinazo y panza por todos lados".

En este lugar imparte clases. A lo mucho, los maestros cuentan con una decena de televisores que "prenden, pero no se oyen, porque ya no tienen sonido". Por ello, el maestro, con 40 años de servicio, fundador de las telesecundarias, de plano se ríe de que con la RES -según se promete en el documento Un acercamiento al Modelo Renovado de Telesecundaria, que apenas hace unos días se los repartieron- estos planteles entrarán al mundo de las tecnologías de la información y la comunicación, con materiales de audio, texto, videos en formato dvd, Enciclomedia y un programa televisivo semanal, entre otros. Figueroa sólo agrega: "De eso no tenemos nada".

En las telesecundarias, añade el director de la número 211, en Naucalpan, Carlos Velázquez, "no conocemos los nuevos libros", el del maestro y el del alumno, que sustituyen a las antiguas guías y al libro de conceptos básicos. Pero "tampoco sabemos cuándo los vamos a conocer y no sabemos si el lunes (hoy) van a ser las mismas clases de antes o se van a cambiar".

Y es que los maestros no saben que la SEP mandó a imprimir apenas hace una semana y media los libros para el maestro, por lo que es imposible que hoy que inicia el ciclo escolar ya estén en las aulas. Tampoco saben que a diferencia de otras secundarias, ellos no contarán con el nuevo libro de la asignatura de Inglés, por lo que trabajarán con el texto antiguo.

De acuerdo con algunas fuentes, la razón por la que tampoco han llegado a las telesecundarias los libros de español, matemáticas, ciencias I y geografía de México y del mundo -algunas de las asignaturas que se impartirán en el primer año- es porque apenas se mandaron a imprimir hace tres semanas, mientras que el programa televisivo semanal, que remplazará al viejo, tampoco está listo, porque "en estos momentos se está elaborando".

En contraste con lo informado por la SEP en el sentido de que sólo en la materia de tecnología se aplicarán los planes y programas antiguos, la realidad es que tampoco están los programas de la asignatura estatal, ya que se encuentran en proceso de autorización, revelaron las fuentes.

El profesor Velázquez dice que además de que no cuentan con ninguno de los nuevos materiales, ni siquiera tienen los indispensables: No hay gises, no hay borradores, no hay material didáctico, los televisores son de perillas o de bulbos y ni siquiera tenemos jergas ni escobas. Un hecho grave en las telesecundarias es cuando los televisores se descomponen, porque la SEP no manda a repararlos; o cuando un profesor se enferma o se muere, porque el grupo se queda sin maestro "seis meses o un año".

Sin atender problemas elementales, la SEP busca aplicar la RES. Pero, ¿cuál es el cambio?, se pregunta el profesor Velázquez. Y cuenta que cuando le preguntó al jefe del Departamento de Telesecundarias, Guillermo Reyes, por la Enciclomedia prometida por el presidente Fox, éste le respondió: "sacas de tu taller tres computadoras y las instalas en los tres grupos de primero".

El maestro Pedro Ramírez Vázquez advierte que se acabó la "telescundaria para dar inicio a la virtual, pero porque no hay nada de los nuevos materiales de la RES". Enfatiza que les quitaron el programa televisivo en el que se basaba el sistema para poner otro que todavía no llega ni conocen en las escuelas. Además de que la SEP sólo estableció en su "modelo renovado" cuatro materias, "pero nosotros de todas maneras tenemos que calificar 10 asignaturas".

En medio del caos, a raíz de la "desinformación total", aseguran, la profesora Guadalupe Sánchez Reyes, de la secundaria 24, ubicada cerca de La Villa, comenta que ella daba la asignatura de formación cívica y ética, y apenas le avisaron que ahora será maestra del taller aprender a aprender, del que nada más tiene el "título", porque en el plan de estudios que se le entregó no se incluye el contenido de lo que se debe hacer en dicho taller.

Ella, como el resto de los maestros, cuestiona severamente que cinco días antes de iniciar la RES hayan comenzado unos talleres para que, "en 16 horas, asimilemos lo que la SEP quiere que se imparta en las clases". Y ante el rechazo de los maestros a aplicar en estas condiciones la reforma, advierte que ya iniciaron las intimidaciones por parte de las autoridades, en el sentido de que les descontarán días o se levantarán actas.

Al igual que los otros maestros, la profesora Sandra Lechuga Morales, de la secundaria diurna 282, indica que "no sabemos nada" de la RES. Es profesora de español y asegura que los libros de la materia no han llegado a su escuela, por lo que preguntó al director con qué texto trabajarán, pero él "no supo cuándo los van a entregar".

María Teresa Sánchez Aguirre, profesora de la misma secundaria, advierte que en el terreno laboral ya hay varios maestros afectados por los cambios de materias, y expresa que esta propuesta no mejora el trabajo docente.

Fundador de la telesecundaria, el maestro José Manuel Cisneros, quien da clase en la secundaria 70, en el Distrito Federal, y en la telesecundaria Lic. Alvaro Gálvez y Fuentes, en Tlanepantla, observa que en la asignatura de geografía que imparte desaparecen temas como el de las eras geológicas: "Y queda una laguna científica para decir que Dios hizo la Tierra".

La especialista Lucía Rivera concluye que una reforma que se da en estas condiciones no puede encaminarse mas que hacia el "fracaso".

 
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