Usted está aquí: sábado 26 de agosto de 2006 Sociedad y Justicia Cunde la "sicosis" ante la amenaza de desalojo en la capital oaxaqueña

Largas y tensas noches de integrantes de la APPO; alerta máxima en campamentos

Cunde la "sicosis" ante la amenaza de desalojo en la capital oaxaqueña

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen Barricadas y los bloqueos nocturnos son la constante en la capital de Oaxaca Foto: Ezequiel Leyva

San Raymundo Jalpan, Oax. 25 de agosto. "Lo más patético de este país es que el presidente Vicente Fox es sordo, mudo y ciego", dice una maestra del Sector Periferia del magisterio democrático, que acampa en las afueras de un increíble palacio de cristal. Cuenta que las noches recientes, por encima de los ventarrones fríos, las lluvias ocasionales "y a veces del hambre", lo más agotador es la "sicosis tremenda" a la que están sometidos por la amenaza recurrente de un desalojo violento y el temor de que lleguen los disparos, hasta ahora lejanos, de los convoyes policiacos y parapoliciacos que rondan la capital oaxaqueña y su periferia desde el lunes, que ya cobraron la vida de Lorenzo San Pablo en la colonia Reforma.

La altísima caja de cristal que parece brotar de las tierras bajas del milperío y los edificios de arquitectura moderna que la flanquean, ofrece una medida del abismo que media entre el mundo real de los oaxaqueños pobres y las proyecciones que el poder del estado hace de sí mismo.

También se está construyendo otra mole arquitectónica que se alza allí en obra negra, y uno se pregunta: ¿para qué?

El inmenso conjunto de la nueva Cámara de Diputados local se antoja faraónico para los 42 diputados que conforman el Poder Legislativo, de mayoría priísta, y que no sesiona aquí desde el 22 de mayo, cuando el lugar fue tomado por maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) como parte de su movilización de protesta, que hoy cumple 97 días y ya es un extendido movimiento popular.

No menos impresionante por sus dimensiones, y la modestia de sus toldos, es el plantón que mantienen unos mil mentores que exigen, conjuntamente con la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), la renuncia del gobernador Ulises Ruiz Ortiz, la liberación de los presos políticos, el cese de la represión y el castigo a los responsables de los cinco asesinatos que ha sufrido el movimiento (dos en la capital y tres en la región triqui). Los accesos carreteros son bloqueados por autobuses y barricadas de rocas, y en las noches también grandes hogueras.

En condiciones similares se encuentran las sedes de los poderes Ejecutivo y Judicial, en otros municipios de los Valles Centrales, es decir, fuera de la capital legal de Oaxaca.

El maltrecho y disfuncional Congreso local ha intentado sesionar a escondidas en hoteles de lujo, pero también fuera de la ciudad. Un letrero que recorre la fachada de la Secretaría de Protección Civil en Coyotepec revela lo que en la entidad es evidente, aunque visto desde el Distrito Federal y en las pantallas de televisión habrá quien considere mero voluntarismo: "En Oaxaca no hay gobierno".

La "sicosis" y el terror nocturnos en los plantones, pueblos y calles del entorno capitalino se suman a la esquizofrenia que representa un gobernador que prodiga entrevistas cada noche desde la capital del país y habla como si fuera estadista de algo en alguna parte.

Es el terror al que le bastan rumores e informaciones entrecortadas, no siempre comprobables, para sostener su efecto desquiciante.

Ventanas rotas

Una buena parte de los ventanales del Congreso están rotos, y las persianas se agitan al viento como queriendo escapar.

La misma maestra dice: "esos vidrios no los rompimos los maestros, no tenemos esas prácticas. Los vinieron a romper estudiantes de la universidad, al enterarse del asesinato de un maestro suyo". Se refiere a la ejecución de un catedrático de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca en condiciones no esclarecidas. Aunque era simpatizante de la APPO, no se ha establecido una relación con las agresiones gubernamentales, como se creyó en un primer momento.

Si bien en las noches del lunes y martes fueron significativos los ataques de policías y porros, así como el intenso trasiego de vehículos oficiales y particulares con hombres armados y encapuchados efectuando disparos, todas las noches de esta semana han sido largas y tensas.

Las incesantes llamadas del público a las radiodifusoras en poder de la APPO han generado una especie de toque de queda, en el cual la amenaza real se mezcla con paranoia y las falsas alarmas en los barrios.

Anoche las barricadas ardientes siguieron contándose por centenas, al grado de imposibilitar el tránsito en una buena parte de la capital y municipios aledaños.

Aunque los episodios con disparos y amenazas se volvieron esporádicos, sin cesar del todo, las barricadas y trincheras se mantienen en alerta máxima. Cualquier vehículo es digno de desconfianza, lo cual afecta a ciertos vecinos desvelados y en ocasiones a los reporteros y fotógrafos que pasamos la noche husmeando entre el humo de las calles bloqueadas.

El desgaste y los riesgos innecesarios que provoca la constante alerta comenzaron hoy a ser compensados por las radios La Ley y Oro, que siguen transmitiendo en la frecuencia de la APPO.

"Compañeros: es importante guardar la calma y verificar las informaciones", insistían los locutores este viernes, luego de algunos excesos cometidos por los guardianes de la noche, como el asalto a un local de la empresa Telcel, luego de que la madrugada del jueves se perdió la señal de los teléfonos celulares por más de una hora. El temor y la indignación, fundados en hechos reales, han sido víctimas del humo sicológico que provoca cada noche la ilegalidad incontrolada de los policías y sus secuaces, que permanecen acuartelados y amenazantes.

A tales horas, la repetición radiofónica de los himnos Venceremos y El pueblo unido jamás será vencido en las versiones históricas de Quilapayún e Inti Ilimani crea un inquietante aire de heroismo y tragedia que llega a ser agotador.

Pero como oficialmente "no pasa nada", y la creciente exigencia popular de que se vaya el gobernador Ulises Ruiz no es atendida por el Congreso de la Unión, la lucha sigue.

Un pueblo de impresionante dignidad, conciencia política y disposición de lucha es humillado por las mentiras, el ninguneo y la calumnia a escala masiva, en una campaña publicitaria que parece ser el principal egreso del presupuesto oficial en Oaxaca, uno de los estados más pobres y desiguales del continente americano.

Protestas en Tehuantepec

Este viernes se efectuaron nuevas protestas en la región del istmo, especialmente en la ciudad de Tehuantepec, donde se manifestaron organizaciones y grupos inconformes de San Blas Atempa, Jalapa del Marqués, San Pedro Huilotepec y Tehuantepec.

Entre las demandas contra el gobierno de Oaxaca destacan la liberación inmediata del dirigente magisterial Erangelio Mendoza, la destitución de los presidentes municipales de las cuatro circunscripciones y la renuncia del gobernador Ulises Ruiz.

La inconformidad se ha extendido también a Unión Hidalgo y Juchitán. Este fin de semana se efectuará en Tehuantepec una asamblea regional de la APPO con la participación de organizaciones de estos municipios, además de Matías Romero, Tuxtepec y otros.

 
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