Usted está aquí: domingo 3 de septiembre de 2006 Cultura Presenta Albert Plá El malo de la película, divertida y punzante crítica

Pensado como una película, llega a México el espectáculo del creador catalán

Presenta Albert Plá El malo de la película, divertida y punzante crítica

Con hilarantes y duras canciones denuncia al "imperio" estadunidense y al terrorismo

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Albert Pláy Judith Farrés en acción Foto: Carlos Cisneros

Las corrosivas, provocadoras y por momentos sicodélicas imágenes de lo que es el primer filme del controvertido cantautor catalán Albert Plá son el hilo conductor de su nuevo espectáculo escénico titulado El malo de la película, en el que, junto con la músico y actriz Judith Farrés, combina en vivo narrativa histriónica, con la interpretación de algunas rabiosas, eclécticas o con contenido social, canciones de su autoría.

Este nuevo espectáculo no es propiamente un concierto a la manera como se ha dado a conocer el peculiar y polémico artista catalán. Es, de acuerdo con el propio creador, "una película que tiene un principio y un fin", hecha de manera casera, con pocos recursos, con una cámara y una computadora, "con la que nos divertimos al hacerla".

Sin embargo, es más que un divertimento, pues entre las hilarantes imágenes y las mordaces interpretaciones musicales, Plá, sin perder el tono lúdico, rabioso y metafórico, realiza una crítica al "imperio" estadunidense; como cuando narra-canta la historia de una colilla de cigarro de un inmigrante decapitado, que incendia paulatinamente todo Estados Unidos, escena en la que en esta ocasión Plá tuvo a bien encender un cigarrillo que a decir de los que saben, despedía olor a cannabis.

O cuando parodia el terrorismo, aunque con ciertos matices: "los catalanes ya han llorado, ahora que lloren los españoles"; o la crítica a las corporaciones multinacionales -en la que emplea imágenes de una película muda rusa-, capaces de enviar a un ejército para reprimir y asesinar cruelmente a todo un pueblo, incluidos mujeres y niños, con tal de cumplir con sus objetivos comerciales.

Atroces imágenes que se proyectan y contrastan mientras Plá, como él mismo o como personaje, acompañado por Farrés, cantan a capela Gracias a la vida, de Violeta Parra.

Estrenado recientemente en el Centro Cultural Helénico, el espectáculo El malo de la película despertó entre el público casi dos horas de risas y sonrisas, pero también generó gestos de repulsión, al proyectarse una serie de impactantes imágenes reales sobre distintas enfermedades y cirugías, con las que ilustró la vida de un tierno y tolerante abuelo, a quien le gusta coleccionar padecimientos, cuyo nieto, de manera inocente y juguetona le pregunta sin cesar sobre ese "gusto".

Sobre el escenario se puede ver un corralito con gallinas, un par de enormes hongos, una especie de mapache y unas franjas de pasto artificial que flanquean al protagonista, quien es un abogado, el malo de la película, el que tiene que hacer el "trabajo sucio", quien irónicamente se considera "bueno en el fondo", "encantador", "tierno y dulce", "positivo" "un pan comido", que a veces tiene "malos pensamientos", lo que le provoca asesinar a su jefe.

Y mientras Plá canta furioso encarnando al abogado, especie de "cínico inocente", una serie de retratos de presidentes, de líderes políticos y religiosos se proyecta en la pantalla.

La historia da cuenta del viaje que tiene que realizar dicho abogado y futuro socio de una multinacional, que desea construir un complejo industrial en el campo. Durante su viaje por carretera apreciará bosques y campos. Vivirá diversas experiencias y conocerá a distintas personas y animales. Pasará de la realidad a la fantasía, combinando sus pensamientos, su parecer de la vida y su imaginación. Pasará retenes, como aquel donde un grupo de jóvenes están haciendo patria: "estamos matando un chilango"; o disfrutará de hilarantes situaciones, como una viaje al espacio sideral o alucinará su infancia luego de haberse comido unos hongos que se encuentra en el camino.

El malo de la película, montaje en el que se combina cine, narrativa histriónica y música, se presenta los miércoles, viernes y sábados, a las 21 horas; domingos, 18 horas, en el Centro Cultural Helénico, avenida Revolución 1500, San Angel.

 
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