Usted está aquí: domingo 3 de septiembre de 2006 Cultura Revelarán en obra teatral la vida y pensamiento de Lou Andreas Salomé

Ensayista, feminista y sicoanalista, es más recordada por los hombres que amó

Revelarán en obra teatral la vida y pensamiento de Lou Andreas Salomé

Lou, la sibila de Hainberg, comenzó temporada este viernes en el teatro Santa Catarina

ARTURO JIMENEZ

Ampliar la imagen Adriana Roel interpreta a Lou Andreas Salomé Foto: Francisco Olvera

Ampliar la imagen Durante la obra irán apareciendo los hombres que marcaron la vida de Lou Foto: Francisco Olvera

A poco más de un siglo de distancia, una figura en verdad excepcional comenzará a ser descubierta para México a partir de una obra de teatro. Se trata de la alemana Lou Andreas Salomé, ensayista, crítica de teatro, sicoanalista y feminista heterodoxa, reconocida sobre todo en Europa.

Para tan sólo ubicar el nivel de Lou habría que observar la capacidad de ella en mantener su libertad de vida y de pensamiento pese a haberse relacionado amistosa y amorosamente con filósofos, científicos y artistas como Rilke, Freud, Nietzsche, Wagner, Pineles (Zemeck), Paul Reé, el reverendo Hendrick Gillot, Víctor Tausk o Friedrich Carl Andreas.

Este viernes comenzó temporada la obra Lou, la sibila de Hainberg, escrita tras una amplia investigación por Beatriz Martínez Osorio, dirigida de modo más que acertado por Claudia Ríos y protagonizada de esa manera por la primera actriz Adriana Roel, acompañada de los actores Fidel Monroy, Eugenio Cobo, Lucio Herrera, Humberto Solórzano y Antonio Araiza. Destaca la escenografía con puertas al pasado, a cargo de Matías Gorlero.

Lou fue pionera del estudio, desde la perspectiva feminista, de la obra de Ibsen, se anticipó al existencialismo al plantear la reconciliación de las mujeres consigo mismas, fue una destacada sicoanalista y discípula de Freud (a cuya hija le dio terapia), y desarrolló un tratado sobre el narcisismo y el erotismo antes que su maestro.

Fantasmas ilustres

Desde el presente del 5 de febrero de 1937, a los 76 años, dos horas antes de su muerte, en su casa de la ladera de Hainberg, en Göttingen, Alemania, con la amenaza de la guerra y por momentos acompañada de su alumno y confidente Ernst Pfeiffer, Lou recibirá visitas del pasado en forma de fantasmas: los hombres que amó y la amaron e incluso la odiaron.

Ella entonces recibirá a su padre y bailará con él: Lou, ya deja esos libros, tienes la cabeza llena de fantasías. No son fantasías, padre, son cosas fantásticas.

De Rilke, quien saldrá de un ropero con la fortuna de haber sido quizá el más amado y con flores rojas y versos para ella: Con mi corazón te abrazaré si me cortan los brazos. Lou: La pasión amorosa es como la última y más extrema soledad.

De Paul Reé, con quien filosofa sobre lo sexual. Lou: la pasión amorosa, desde su raíz, debería ser capaz de una real asunción del otro. O: Ser independiente es la única manera de evolucionar.

De Nietzsche: Ella es hija de un general ruso, tiene 20 años, es hermosa y poderosa como un león. Lou: No sé si eres filósofo o el místico que juega con la rueda del eterno retorno.

De Freud: Si narciso la hubiera conocido no se cae al agua; es usted muy particular; me maravilla que no sea rencorosa ni que se jacte de sus logros; se paga un duro precio por sobrevivir a quienes amamos. Lou: Soy una mujer que vive en la alegría.

De Carl Andreas: Toda nuestra vida cambiaría si me permitieras ser realmente mi esposa; tu padre te consintió y marcó y no dejó lugar para nadie más. Lou: Yo te amo, Carl; eres mi príncipe del desierto; soy un pato salvaje que huye y regresa en espera de la siguiente primavera.

O a su primer amante, el reverendo Gillot, a quien desde sus 17 años le dice: Me hiciste enfrentar el mundo, me diste la libertad.

Para la directora Claudia Ríos, por lo general se ha visto a Lou Andreas Salomé en función de esos hombres geniales, pero en esta puesta se trata de verla a ella a través de sí misma, y a ellos a través de Lou: en su vulnerabilidad, como monografías.

Lou, concluye Ríos, fue un enigma, un ser excepcional, su legado es la libertad sin etiquetas.

La obra se presentará los viernes a las 20 horas, sábados a las 19 y domingos a las 18 en el teatro Santa Catarina (en la plaza del mismo nombre, en Coyoacán).

 
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