Usted está aquí: viernes 15 de septiembre de 2006 Cultura Juan de la Cabada hizo de la libertad el baluarte de su creación literaria

Rindieron homenaje al escritor por 105 años de su natalicio y 20 de su muerte

Juan de la Cabada hizo de la libertad el baluarte de su creación literaria

Amigos y familiares evocaron al hombre comprometido con las causas más nobles

Su hija pedirá trasladar los restos del narrador a la Rotonda de las Personas Ilustres

FABIOLA PALAPA QUIJA

Ampliar la imagen Juan de la Cabada, 1979, retrato de Arturo García Bustos

Los cuentos de Juan de la Cabada se inspiran en el espíritu informal, festivo y carnavalesco que es propio de la cultura popular, pero sin dejar de ver el humor egoísta, involuntario y hasta grotesco de las capas económicas privilegiadas de la sociedad, señaló Margarita León, con motivo de los 105 años del natalicio del escritor y dos décadas de su muerte.

Amigos y familiares del narrador, como Yamilé Paz Paredes, Carmen de la Fuente, Arturo García Bustos, Rina Lazo y Margarita León, participaron en el homenaje al hombre que con sus acciones dejó un ejemplo de una vida sencilla, creativa y comprometida con las mejores causas de México y el mundo.

En el patio del Museo de la Ciudad de México, Margarita León recordó al ''hombre más noble, puro y sincero que se puede comparar con un libro permanentemente abierto o con un libro en permanente creación.

''A Juan de la Cabada le importa contar y contar bien, divertir al lector, al tiempo que le crea conciencia de la realidad que le ha tocado vivir, siendo un escritor realista. Sus cuentos son pequeños tesoros que hay que descubrir y redescubrir constantemente.

''Recordar a Juan de la Cabada, al escritor y al amigo, debe ser en realidad una atenta invitación para conocer sus personajes y su obra", expresó León.

Cuentos para evocar el desamparo rural

En el homenaje que comenzó con la lectura del cuento Don Julián, a cargo de María Antonieta Córdoba, se recordó cómo Ermilo Abreu Gómez describió al escritor: ''Juan de la Cabada viste como un vagabundo; su equipaje para emprender el más largo viaje lo lleva siempre en la bolsa de un chaleco; un peine, un cepillo, dos calcetines y un macho de cuartillas".

Margarita León comentó que De la Cabada hacía de su libertad personal un baluarte de su creación, pero para conocer más al escritor, se debe rememorar de dónde proviene el hombre.

''Como bien señala Abreu Gómez, sus cuentos evocan los problemas de las zonas más desamparadas del campo y del vecindario rural, pero yo agregaría algo más; intenta ser un retrato moral y sicológico de los seres humanos en ciertas circunstancias", indicó León.

Juan de la Cabada nació en la ciudad de Campeche en 1903. Se desenvolvía en el seno de una familia dedicada a la exportación e importación de mercancías. Después en Mérida, adonde se trasladó tras la muerte de su madre, se desarrolló en un ambiente relajado, sencillo y rico en lecturas.

Nunca se aleja de lo natural

Yamilé Paz Paredes recordó aquel día de 1960, año en que conoció a Juan de la Cabada, cuando fue a saludar a Ermilo Abreu Gómez y a Margarita, ''ahí estaba Juanito.

''Ermilo y Juan eran casi contemporáneos, casi coterráneos, casi hermanos. Ermilo nació en Mérida, en 1894, Juan en Campeche, en 1903. Los separaban nueve años, unos cuantos metros de tierra y distintas parroquias."

Compartía su amor y dolor- agregó Paz Paredes- por los pobres y desprotegidos, su adoración por las culturas y los pueblos indígenas mayas. Los relatos de Juan de la Cabada figuran ya entre los cuentos clásicos de la literatura mexicana.

Durante el homenaje a Juan de la Cabada, la poeta Carmen de la Fuente realizó la lectura de varios poemas, como La maldición de Casandra, Cuando se vive sin morir del todo y Canto al hombre.

En su intervención, De la Fuente se refirió a la geografía física en la vida y obra del narrador, ya que esa cercanía con el mar, por vivir en Campeche, lo inspiraba.

Resaltó la alegría que se vive en Campeche, ''es un fluir de la música en el lenguaje cotidiano, y ahí está precisamente Juan de la Cabada, en un teatro que lleva su nombre, muy cerca del mar.

''La poesía fluyó en sus cuentos, en los largometrajes que lo hicieron inmortal, nunca se aleja de lo natural, siempre está redimiendo las cosas del pueblo."

En el acto, la hija de Juan de la Cabada, Julia Marichal dio lectura a una carta que entregará al gobernador de Campeche para solicitarle que los restos del escritor sean trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres, junto a los de muchos mexicanos que fueron sus contemporáneos.

 
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