Usted está aquí: domingo 17 de septiembre de 2006 Sociedad y Justicia En Oaxaca, el pueblo recuperó la celebración de las fiestas patrias

El palacio de gobierno, abandonado; en la calle, bailables, rondalla y poesía

En Oaxaca, el pueblo recuperó la celebración de las fiestas patrias

Un "cura Hidalgo" dio el Grito con críticas al Ejecutivo estatal y al Congreso local

El mandatario Ulises Ruiz, en cambio, no pudo realizar la ceremonia oficial en ningún lado

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ampliar la imagen Los maestros oaxaqueños desfilaron desde diferentes puntos de la ciudad para terminar con un acto cívico en el Zócalo Foto: Ezequiel Leyva

Oaxaca, Oax. 16 de septiembre. La recuperación de las fiestas patrias por el pueblo, la plebe, fue completa en la capital de Oaxaca. Tanto así que el Grito de Independencia este mediodía fue dado por un maestro representando al primero que soliviantó a la plebe, el cura Miguel Hidalgo y Costilla, con todo y melena blanca y traje de campaña. O sea, nadie. O sea todos. Inevitable e involuntariamente la celebración resultó una clase viva de civismo. A fin de cuentas estamos ante un movimiento social originado por los maestros de las escuelas públicas.

La noche del Grito, el abandonado y decrépito ex palacio de gobierno lucía adornos con los colores patrios, sin ocultar sus ventanales rotos ni una parte de las pintas que lo visten. El edificio en sí era una sombra, sin nada que ver con años anteriores cuando desde sus iluminados y engalanados balcones asomaban los funcionarios y la burguesía local contemplando a la gente de abajo como a hormigas amigables, antes de pasar a la cena de gala que ofrecía el gobernador en turno. Un orador dice a la multitud que en esta ocasión "todos son invitados especiales".

En la nueva noche mexicana si acaso están las tlayudas de la esquina y paletas heladas, pero se prodigan bailables y rondalla, poesías, una atlética carrera de antorchas, juegos pirotécnicos y discursos sobre el presente entreverado con la conmemoración histórica. El otro grito del Grito es el sempiterno "ya cayó, ya cayó, Ulises ya cayó". No falta el benigno desmadre infantil y adolescente con espuma, trompetazos, confeti, huevazos y toritos coheteros, ritual inseparable de las fiestas patrias calle abajo.

Mediante Radio Plantón se encuentran en cadena las emisoras de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO), Radio Oro y La ley del pueblo para transmitir en vivo las nuevas fiestas patrias de Oaxaca. La decoración de la plaza es muy sencilla, de la que venden en el mercado. Papel o plástico picado tendido al viento, campanas de papel crepé con los colores de la bandera, brillosas estrellas tricolores. Metros y metros de esas bandas de plástico que dicen "Viva México" rodean el quiosco iluminado, finalmente libre de todas las mantas que lo habían cubierto. No así las pintas. Desde allí tronarán los "castillos" de fuego. No sólo no hay la habitual "iluminación" institucional; las calles circundantes estarían a oscuras si no fuera por los vendedores ambulantes.

A lo largo del día en las radios, y por la noche en la plaza, distintos oradores han lamentado el nuevo hoyo negro del presidente Vicente Fox, quien en la pasada (y semiclandestina) conmemoración de la batalla de Chapultepec demostró no saber los nombres de los Niños Héroes. Muy en su papel, los maestros lo reprobaron en historia de México.

También profesoralmente, a medianoche se leyó, completa, el acta de Independencia original. Algo que de seguro no se hacía desde hace años en cualquier parte del país. Y se cantó la escolar "Se levanta en el mástil mi bandera, como un sol entre céfiros y trinos", con mucha emoción y a sombrero quitado. El Himno Nacional fue cantado impecablemente. Y la novedad en este contexto fue el "himno" adoptado como propio por el movimiento popular oaxaqueño: "Venceremos".

La profesora Olimpia Silva Alvarez conduce la ceremonia central, y señala: "Un motivo muy especial para celebrar a los que nos dieron una patria libre, en este momento que vivimos, es porque Oaxaca quiere vivir en libertad". Y el tradicional Grito es dado por José Cruz Luna, zapoteco de Santiago Zoochila, a nombre de todas las autoridades municipales de la Sierra Norte. Tirada con un lazo desde la calle suena la campana del ex palacio de gobierno, oscuro y silencioso. La gente aplaude con júbilo genuino y diríase que nuevo.

Los desfiles populares

Cuatro desfiles patrióticos recorrieron la mañana de este sábado las calles de la capital, desde sólo cuatro de los muchos puntos cardinales que tiene ya el movimiento magisterial y popular de la sección 22 del SNTE y la APPO: los mercados periféricos El Rosario y Las Flores, la colonia Rosario y el campamento que bloquea la Procuraduría General de Justicia del estado.

En cambio, no hubo parada militar. Y en al menos 30 municipios ni siquiera condiciones para conmemorar el Grito, según apuntaba ayer Lenin López Nelio, presidente de la Comisión Permanente de Protección Ciudadana. Además, en muchos otros las celebraciones corrieron a cargo de gobiernos municipales adheridos a la APPO y fueron, como en la capital, también actos de protesta contra el gobierno de Ulises Ruiz, quien no pudo en cambio celebrar oficialmente en ningún lado.

Radio La ley del pueblo anunció esta tarde que el mandatario se encontraba por la fuente de las Siete Regiones (a la cual ha metido unos buenos millones sin autorización ciudadana). De inmediato se lanzaron topiles de la APPO, brigadas móviles y otros grupos para ahuyentarlo; cuando llegaron, el gobernador no estaba allí.

Al confluir en el Zócalo, las cuatro marchas conformaron la multitud que celebró el día de la patria. Tras recordar que el jueves el Congreso del estado pidió la intervención de la Policía Federal Preventiva, un orador preguntaba a la concurrencia: "¿Hace falta que venga gente de fuera a resolver los problemas de los oaxaqueños?", y recibió un ruidoso "¡no!". Y luego: "Un diputado gana 72 mil pesos al mes, ¿cuántos de ustedes han visto esa cantidad en un año? ¿Necesitamos esos representantes?". Obtuvo un nuevo "¡no!".

Mientras llegan los contingentes de los barrios y regiones indígenas como la Sierra Sur de Mixtepec, el istmo o el sector zoogocho, el conductor insistía. "En 1810 ¿se acabó la discriminación contra los indios?". Al previsible "no" añadió: "ya no es posible para las 56 etnias del país seguir manteniendo a diputados como éstos, que no trabajan por nosotros sino contra nosotros".

El desfile del 16 de septiembre fue de los indios. Como en el origen. En un carro, no por modesto menos alegórico, llegó el cura Hidalgo (que luego daría el Grito diurno). Con críticas al gobierno estatal, al Congreso local, al Senado, los partidos y los medios, el desfile-mitin de hoy fue un acto político de resistencia, reflejo de lo que es una sociedad que ya vive en voz alta.

En un nuevo mensaje, el preso político Erangelio Mendoza González advirtió: "No permitiremos que se nos vuelva a gobernar como antes. El gobernador que llegue debe aceptar las exigencias de los oaxaqueños. Hemos despertado. Oaxaca ya no es el mismo estado."

Al concluir la ceremonia, el "reportero del pueblo" de Radio La ley del pueblo reportaría: "Sin ningún percance y con nota blanca". La fiesta seguía.

 
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