Usted está aquí: miércoles 20 de septiembre de 2006 Cultura Borges hizo de la ética y la libertad con responsabilidad el bien supremo: Kodama

Participación de la viuda del escritor en el coloquio organizado por el Colmex

Borges hizo de la ética y la libertad con responsabilidad el bien supremo: Kodama

Siempre mostró escepticismo por los movimientos contrarios al crecimiento individual, dijo

MONICA MATEOS-VEGA

Cuando se produjo la Revolución Rusa, el escritor argentino Jorge Luis Borges ''se llenó de alegría, pues pensó que iba a comenzar realmente una forma de gobierno que ayudaría al pueblo oprimido, pero se dio cuenta de que en realidad quienes hicieron esa revolución envidiaban a los zares y querían ese lugar, o sea que la historia era la misma con otro traje", afirmó María Kodama durante el Coloquio Internacional In memoriam Jorge Luis Borges, organizado por El Colegio de México (Colmex).

Al concluir la disertación del investigador de la Universidad de Iowa, Daniel Balderston, quien presentó la ponencia La revolución anhelada: Borges bolchevique, la viuda del autor de El libro de arena, señaló que el escepticismo del poeta hacia la política y los movimientos revolucionarios de principios del siglo XX se debieron a la misma idea: ''que en el fondo eran tipos de gobierno y personas que trataban de aplastar todo lo que fuera individual o crecimiento personal, lo que buscaban era sólo el poder."

Puntualizó que Borges fue cambiando de ideología, ''porque él era, esencialmente, como él decía, un ser individualista y libre. Para él, el bien supremo era la ética y la libertad responsable, todo lo que se pasara de eso no le correspondía.

''Lo maravilloso de Borges es justamente de qué manera se exterioriza y se demuestra esa ética. El cambió, a lo largo de su vida, cientos de veces de ideas, pero jamás medró con ellas.

''Por ejemplo, no haber coqueteado con la izquierda le costó no obtener el Premio Nobel. Pero él estaba muy contento de haberlo perdido. Esa es su esencia, fundamental y definitiva."

En el coloquio se han dado cita tanto investigadores que llevan varias décadas ocupándose de la obra borgiana, como nuevas generaciones de académicos.

Entre éstos figura Antonio Cajero, de la Universidad Autónoma del Estado de México, quien habló del joven Borges y la vanguardia, analizado mediante ''las huellas epistolares".

En su ponencia, el estudioso señaló que Borges fue un prolífico redactor de cartas: ''conocía el impacto de estos registros íntimos, donde el emisor goza de momentánea impunidad (...) Según el joven Borges, las cartas renuevan constantemente un fuerte lazo entre emisor y receptor comparable con un 'cordón umbilical'".

Al analizar la correspondencia de Borges, Cajero muestra ''el temperamento, los juicios, las confesiones, los divertimentos, del espíritu en ebullición del joven Borges" de los años 20 del siglo pasado.

Así, de una de sus cartas de esa época, el autor de Historia universal de la infamia señala que uno de sus maestros seguía siendo Walt Withman. En 1920, Borges se dirige a Maurice Abramowicz:

''Todo este movimiento ultraísta español es pariente cercano del expresionismo alemán y del futurismo italiano. Para mí, el Maestro sigue siendo Withman. Deberás perdonarme que te hable del oficio, pero estoy saturado de discusiones estéticas y es lógico que se resientan algo de eso."

Cervantes en la perspectiva borgiana

Roberto González Echevarría, profesor de literatura comparada de la Universidad de Yale presentó la ponencia El Cervantes de Borges, en la cual ''traté de demostrar que Borges utiliza la figura de Cervantes en contra de una lectura de su obra de tendencias fascistas.

''Porque son lecturas que están enraizadas en un nacionalismo tan fuerte que bordean con el fascismo. Como se dan en el contexto del surgimiento y desarrollo del fascismo en Italia, Alemania, España y en Argentina, con Perón, si uno lee las declaraciones de Borges sobre Cervantes, sin contextualizarlas minuciosamente, uno no advierte lo que realmente hace el escritor argentino al abordar a Cervantes.

''Lo más radical que escribe en su relato Pierre Menard, autor del Quijote es concebir la posibilidad de una gran obra sin nación y sin nacionalismo. Se trata de un tema muy actual, sobre todo ahora que los nacionalismos y los totalitarismos están ocasionando tantos problemas.

''Borges demuestra, una vez más, los abusos que se pueden perpetrar contra la literatura alineándola con movimientos políticos totalitarios."

Las sesiones versaron también sobre el arte de injuriar, marginalidad y chamanismo, traducción, poética, metáfora y memoria, dimensiones éticas y religiosas, todo alrededor de la vasta y deslumbrante obra de Jorge Luis Borges.

El Colmex editará en breve una memoria del coloquio que incluirá las ponencias completas de todos los participantes.

 
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