Usted está aquí: miércoles 20 de septiembre de 2006 Política El presunto pederasta vende discos en Tehuacán

El cura prófugo los entrega personalmente, dicen

El presunto pederasta vende discos en Tehuacán

LA JORNADA DE ORIENTE

Tehuacán, Pue., 19 de septiembre. El sacerdote Nicolás Aguilar Rivera, acusado de abusar sexualmente de más de 60 menores de edad, vecinos de dos comunidades adscritas a la diócesis de Tehuacán, constantemente visita esta región sur del estado de Puebla, ya que se comunica con clérigos y asociaciones de laicos para venderles discos compactos de música religiosa, los que entrega personalmente cuando le hacen algún pedido.

Por ello se supone que el cura vive en algún lugar de la diócesis o en un sitio cercano. Sin embargo, entre los miembros del obispado de Tehuacán se mantiene en hermetismo cuál es su paradero.

Este martes, varios miembros de la Iglesia católica se negaron a tocar el tema, luego de conocerse que el cardenal Norberto Rivera Carrera fue denunciado en una corte de Los Angeles por ''conspiración a la pederastia'', por supuestamente haber dado protección a Nicolás Aguilar cuando estaba asignado en dicha ciudad.

Una fuente que pidió anonimato aseguró que hace 20 días sostuvo una comunicación telefónica con Nicolás Aguilar, de 65 años de edad, pues éste pretendió venderle música religiosa, práctica que según el informante realiza constantemente con religiosos y laicos. Indicó que cuando alguien le compra los artículos que ofrece se traslada a Tehuacán a entregar la mercancía.

De acuerdo con una nota que la agencia Notimex difundió en noviembre de 2005, el vocero de la arquidiócesis de la ciudad de México, Hugo Valdemar, dijo que el sacerdote Nicolás Aguilar aún pertenecía a la diócesis de Tehuacán.

Según un informe de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que investigó presuntos delitos cometidos por Aguilar, 60 niños sufrieron abuso sexual por parte de este sacerdote, quien tuvo a su cargo las parroquias de las comunidades San Nicolás Tolentino, en 1997, y de Cuacnopalan, en 1986, ambas pertenecientes a la diócesis de Tehuacán.

Cuatro niños de entre 12 y 13 años de edad acusaron de pederastia a Aguilar Rivera el 27 de noviembre de 1997, por lo que sus padres los llevaron a la agencia del Ministerio Público de esta ciudad para interponer una denuncia contra el clérigo, en la cual relataron que fueron obligados a mantener relaciones sexuales con el sacerdote.

Joaquín Aguilar, titular de la Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés), aseguró que fue víctima de abuso sexual por parte del cura, y las secuelas aún lo persiguen a él y a su familia, pues padecieron múltiples ofensas por decidirse a denunciar.

Los hechos se asentaron en la averiguación previa 3497/997/DRS, que posteriormente se turnó a la Dirección Regional de Averiguaciones Previas y Control de Procesos, Zona Sur, en Tepexi de Rodríguez, desde donde se ordenó practicar las pruebas periciales necesarias, cuyo resultado determinó que los menores presentaban indicios de abuso sexual.

Varios señalamientos indican que cuando fue obispo de Tehuacán, el ahora cardenal Norberto Rivera Carrera protegió al sacerdote y permitió su transferencia a la diócesis de Los Angeles, donde posteriormente se le acusó de haber atacado a 26 niños.

No se descarta que la transferencia fuese resultado de que el sacerdote era señalado por sus víctimas e inclusive sufrió un atentado en la parroquia de Cuacnopalan, luego de lo cual viajó a Los Angeles. Nueve meses después, el 8 de mayo de 1988, debió regresar a México, pues un día antes se abrieron 19 procesos en su contra por abuso sexual infantil, según consta en el Estudio-243.PGR, del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI).

Entre los datos que ligan a Norberto Rivera con Nicolás Aguilar está el que en 1995, cuando el primero se convirtió en cardenal y arzobispo primado de México, el segundo encontró asilo en la parroquia del Perpetuo Socorro de la ciudad de México, de donde es oriundo Alfonso Sánchez, quien también denunció al cura en la agencia número 30 del Ministerio Público de la delegación Miguel Hidalgo.

Fue hasta 2001 cuando se giró orden de aprehensión al cura por parte del juez Carlos Guillermo Ramírez Rodríguez, ante quien se presentó a declarar el 6 de septiembre de ese año, y en lo que se considera dentro del expediente del IFAI como acto poco usual, se le dictó auto de formal prisión por el delito de ataques al pudor, sin tomar en cuenta el ilícito realmente grave, que sería la corrupción de menores.

El indiciado cubrió 8 mil 500 pesos de multa y salió libre, pero el Ministerio Público apeló el actuar del juez y se le dictó un nuevo auto de formal prisión el 20 de marzo de 2002, fecha desde la cual el sacerdote se encuentra prófugo de la justicia.

El pasado 30 de marzo, día en que llegó a Tehuacán el nuevo obispo, Rodrigo Aguilar, Norberto Rivera Carrera visitó a la diócesis para participar en los oficios religiosos. En esa ocasión se deslindó de toda relación con el sacerdote, al expresar que quien comete un delito debe ser sancionado, y sostuvo que toda víctima de abuso sexual tiene derecho a que se le haga justicia.

Para María de Jesús González, madre de uno de los afectados, la justicia aún no llega y desde la diócesis el padre Teodoro Lima le dijo que la Iglesia católica no podía pagar el costo del tratamiento sicológico de su hijo.

 
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