Usted está aquí: viernes 22 de septiembre de 2006 Espectáculos Para los Fuentes Gasca, el premio mundial de circo

Superan a la contorsionista mexicana Elaine Kramer

Para los Fuentes Gasca, el premio mundial de circo

Cinco horas de suertes en la sexta edición del certamen

ARTURO CRUZ BARCENAS

Ampliar la imagen La Trouppe Trapecios Volantes, de Gino Fuentes, durante su presentación en el sexto Festival Internacional de Circo en México Foto: Carlos Cisneros

Luego de cinco horas de artes circenses, con 18 números ejecutados por cientos de profesionales, la familia Fuentes Gasca obtuvo la medalla de oro en el sexto Festival Internacional de Circo en México, otorgada por un jurado encabezado por el francés Alain Frere, eminencia en este campo a escala mundial y principal organizador del Festival de Montecarlo (meca del espectáculo de las carpas).

Los hermanos Fuentes Gasca superaron a la contorsionista mexicana Elaine Kramer, de 14 años, quien recibió la presea de plata al borde del llanto. La adolescente llevaba varios años fuera de México, debido a compromisos de trabajo.

Los artistas del trapecio alto también fueron mejores que la Trouppe Novikov, que ejecutan desplazamientos en barras, con gran fuerza y agilidad, pero sólo merecieron ovaciones.

El concurso se realizó pasadas las 20:30 horas en el Circo Unión de Buenavista, en Insurgentes Norte. Las luces tintineaban en varios puntos y la música en vivo completaba el marco.

En entrevista, Alain Frere, de traje negro, confiesa que fue presidente municipal en su país natal y consejero cultural de las provincias de los Alpes Marítimos. "Mi profesión es médico, pero también soy viceministro de Cultura en Francia.

"Ayudé al príncipe Raniero de Mónaco a fundar el Festival Internacional de Circo de Montecarlo, en 1974, del cual sigo siendo consejero. El circo para mí es un espectáculo auténtico y verdadero."

De los "circos pobres" que pululan en México opinó:

"Tienen un valor similar a los grandes, porque en ellos se reproducen los grandes valores de la sociedad: la disciplina, el coraje para hacer las cosas, los valores familiares y la conciencia profesional".

Comienza la función

Guillermo Fernández Castillo abre su acto con Péndulo. Tiene 16 años, pero le dicen "niño". Controla con su peso un péndulo que hace girar. Va hacia delante y hacia atrás. En uno de los extremos hay un aro. Camina dentro de él. Brinca, gira sobre su propio eje. Sale del aro; camina encima de él. Brinca la cuerda. Trastabillea. Gritos.

Para despedirse: un salto adelante por fuera. Silencio. Se persigna, pues se está jugando la vida. Lo dedica a toda la gente. Lo ejecuta y se lleva el premio: una carretada de aplausos.

Agustín Bells Padilla, en representación del Circo New York On Ice, de Ricardo Bells, presenta Malabares. Es un maestro con las pelotas. Empieza con tres. Una más, otra, otra... hasta ocho. Sigue la Trouppe de Juan Cebolla, integrada por niños, quienes presentan Trampolín (cama elástica). Uno falla una, dos, tres veces, pero se le perdona con aplausos. Los giros previos, a varios metros de altura, exhiben las muchas horas de trabajo. Triple salto mortal. ¡Uf!

De Estados Unidos, Serenety Forchion y Hélice Smith, con Trapecio Doble, en el que forman simetrías con sus cuerpos. La fuerza es relativa. No es fuerza bruta, sino de aquella propia de las mujeres: cada una es capaz de sostener el cuerpo de la otra con la punta del pie.

Carina Padilla, en representación del Circo de Francisco Padilla, de México, ofrece Alambre. Su acto es de equilibrio. Parece que va a caer, pero se sobrepone. Un remanso entre los nervios: entran los payasos Pedro Pedro, Tin Tin y Pirulero, del Circo Unión, de Walter Fuentes Gasca.

La Trouppe, de Edgar Rodogel, ofrece Acróbatas de básculas, en el que siete artistas salen como balas humanas impulsados por palancas.

Entra la bella Elaine Kramer, con Contorsiones, para hacer gala de sus respiración, de su fuerza muscular y de su ductibilidad. Posa sus talones en la nuca. Con sus pies maneja un arco y una flecha: rompe un globo.

Luego viene el payaso ruso Víctor Markov. Divierte metiéndose en un traje de plástico de un fortachón. El argentino Germán Fassio compite con Pulsadas, en representación del Circo Padilla Ledesma. Soporta su cuerpo con las manos. Llega la Trouppe Novikov, con Barras. De lo mejor de la noche. Pertenecen a Circo Tihany Spectacular.

Intermedio

Luego de un intermedio sigue el espectáculo Tigres, del domador Jesús Rodríguez. Seis tigres son convertidos en gatitos, aunque un felino estuvo a punto de atacarlo. Pecata minuta. Un relax con el payaso Meñique, de Argentina.

Una de los actos más bellos de la noche fue Bicicletas, con la Trouppe Acrobática de la Provincia de Shandong (en representación del Circo Chino de Mario Medina). El abanico-pirámide, con 12 chinos sobre una bicicleta fue majestuoso. Malabares, de José Alberto Vázquez Atayde, cumplidor.

Trepe (alambre alto), de los guatemaltecos hermanos Razzori, para ponerse nervioso. Sus rutinas se realizan sobre una cuerda. Monociclo, bicicletas, equilibrio. Finaliza la función con Trapecios volantes, con la Trouppe de Gino Fuentes. Agilidad, fuerza y juventud. Son los herederos de los grandes Tito Gaona y Miguel Vázquez. Su arte fue un dechado de virtudes. Vuelan con gran valor. El mejor, Gino, quien se llevó la noche y a quien Frere invitó Montecarlo para recibir un premio por su calidad circense. A la una de la madrugada acaba el festival.

Alberto Atayde señala: "Este festival le dio vida a la gente de circo. Es de alta calidad". Tihany, súper magazo: "Este festival es único en América Latina. El circo no morirá nunca. La magia es mi vida".

 
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