Usted está aquí: sábado 23 de septiembre de 2006 Cultura ''Mi música busca ser un espacio de reflexión para el devenir que es la vida''

El compositor y musicólogo Sergio Berlioz habla de su obra en entrevista

''Mi música busca ser un espacio de reflexión para el devenir que es la vida''

Estrenó el sexto cuarteto de cuerdas Sigma del mar océano, en Casa Lamm

CLAUDIA GOMEZ HARO ESPECIAL

Heredero de una cultura milenaria, Sergio Berlioz ha creado un universo sonoro propio. Mediante su música genera atmósferas particulares con las que comparte experiencias religiosas, vitales y sociales apegadas a sus raíces y la renovación creadora. Su obra está ligada a la exaltación suprema del espíritu y la resolución de las preguntas existenciales básicas: origen, destino y tiempo.

La producción musical del compositor y musicólogo es cada día más conocida en nuestro medio y valorada por su solidez, honestidad creativa y fuerza expresiva. Su vitalidad sonora lo coloca como uno de los más destacados autores de su generación.

El maestro Berlioz es autor de dos sinfonías, seis cuartetos de cuerdas, Réquiem por las almas de arena, los poemas sinfónicos Las vías del tiempo y Toledo, la ciudad de las generaciones; el concierto para flauta de pico sopranino, coro mixto y orquesta de cuerdas Angeles de proa, sonatas, tríos, quintetos, entre otras obras, y del libro Educar con música, publicado por Editorial Aguilar, además de prolongar su importante labor docente en los ''miércoles musicales de Casa Lamm" desde hace casi una década.

Madurez creativa

-Como teórico, como hombre de una notable cultura, ¿qué significa ésta como acicate para la creación?

-Durante tres décadas me he dedicado principalmente a hablar y ejecutar la obra de los demás, he leído miles de libros, visto muchísimos cuadros, escuchado un sinnúmero de obras e intervenido como ejecutante en diferentes orquestas, cuartetos de cuerdas y coros. He impartido múltiples conferencias y publicado diversos artículos en 12 países.

''Ahora toca hablar de mi música, de mi obra, que se ve enriquecida con todo esto. Carlos Fuentes dice que no existe el escritor ingenuo. Lo mismo pasa con la composición, las artes plásticas y la literatura, son producto de una larga historia. En mi caso he ido conociendo, por el ejercicio de mi profesión como musicólogo, una cantidad significativa de obras a profundidad que me han llevado a la madurez en mi creación. Esta ha sido mi labor de los pasados años: una larga historia de conquistas intelectuales para llegar a este momento.''

-Dentro del panorama musical actual en México, ¿dónde colocamos a Sergio Berlioz?

-Sergio Berlioz es un compositor que estuvo muy metido en la vanguardia hace 20 años, hice todos los ruidos y tendencias posibles: música dodecafónica, serial, aleatoria, deconstruccionismo... Como alumno de Julio Estrada, en el taller de composición de la Escuela de Música de la Universidad Nacional Autónoma de México, me aburría; era como escuchar de afuera para adentro y no de adentro para afuera.

''Actualmente, Berlioz puede considerarse un autor que está haciendo lo que le gusta, no estoy pidiendo la aceptación a los demás, si bien hay un grupo de personas de las que me interesa su opinión, gente a quien respeto mucho, no su dictamen.

''Mi música está muy influenciada por elementos arcaizantes, hay mucha nostalgia; mi trabajo se tornó más bien consonante, como sucede en las artes plásticas con el regreso a la figura, a una superación del modelo abstracto. En la música ocurre lo mismo, surgen modelos nuevos que buscan conexión con el pasado. Soy occidental y nada me es ajeno a mi occidente, entonces compongo como hijo de Bela Bartok, de Dimitri Shostakovich, mis grandes padres espirituales.

''Como compositor también me identifico con mis raíces judías, que había hecho a un lado en una vanguardia aséptica, carente de referencia. Ahora vuelvo a ellas: no recuerdo bien quién dijo que aquél que borra sus orígenes no puede crear, no puede manifestarse creativamente. Es probable, al menos yo lo necesito, soy una persona nacida en México y me identifico con su entorno social, cultural, político, y lo sufro, me gustaría que fueran distintas las cosas y en una era de caos y de confusión, como diría Raúl Gómez Miguel, el arte es lo único que nos redime como seres humanos.

''Mi música pretende ser exactamente eso, un lugar no de refugio, sino de reflexión para continuar adelante en ese devenir que es la vida.''

Programa con cinco partituras

El programa con la música de Sergio Berlioz que se efectuó hace unos días en Casa Lamm, incluyó cinco obras: quinto cuarteto de cuerdas Jalom esh, sonata para clarinete solo Sev Lúis, Tres postales para oboe y cuarteto de cuerdas, Quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas Los pasos de Eudora, y el estreno del sexto cuarteto de cuerdas Sigma del mar océano. Luis Mora estuvo al clarinete y Carlos Santos al oboe. El cuarteto de cuerdas fue el Cuarteto Fundamental y el autor como comentarista.

-¿Cómo nacieron estas composiciones?

-El quinto cuarteto de cuerdas Jalom esh, del hebreo ''sueño de fuego", es una obra dedicada a Leonardo Niermann y su pintura que pretende traducir en sonidos la emoción que su obra causa al espectador.

''La sonata para clarinete solo Sev Lúis, vocablo armenio que quiere decir ''luz negra", habla de la impresión que me causó leer Los 40 días del Musa Dagh, de Franz Werfel, que habla del exterminio de los armenios en 1915, por los turcos. Digamos que es una influencia literaria que yo trato de prolongar en el doloroso clarinete que habla de la enorme soledad de este pueblo hermano.

''Tres postales para oboe y cuarteto de cuerdas, son tres reflexiones felices de tres momentos en Europa durante un viaje que hice en 1999. La primera postal se desarrolla en el aeropuerto de Frankfurt, donde el oboe es el pasajero que anhela llegar a su lugar de destino, y la cuerda es el trajín de los pasajeros que van y vienen. El segundo movimiento alude a un tren yendo hacia Budapest, y el tercer movimiento se traslada al café Kafka, en Praga, donde después de un largo día en esta bellísima ciudad y de tomarme un café, compuse un vals con una especie de texturas oxidadas, de armonías equivocadas en un vals, revela cierto arcaísmo, cierta nostalgia del cada día más lejano imperio austro-húngaro.

''En cuarto lugar tenemos el quinteto para clarinete y cuarteto de cuerdas Los pasos de Eudora, basado en la novela Diorama, de Vicente Herrasti, lectura que me llevó a la creación de esta obra musical. Como puedes ver, el hecho de observar las artes plásticas y la atenta lectura me han llevado a la creación musical en numerosas ocasiones.

''Finalmente, presento el estreno del sexto cuarteto de cuerdas Sigma del mar océano. Sigma es extremo, punta, pero la cresta de una ola o la punta abismal del último rincón del océano. Aquí hago referencia al hombre que ha hecho posible este concierto desde un punto de vista de patrocinio, Samuel Romo, quien tiene un museo cuyo acervo de manuscritos de grandes compositores es extraordinario. Estar en su museo fue como si a uno, como músico, le tomaran un electrocardiograma en ese momento; y ''sonorizar" esta experiencia, ¿cómo poder explicarte?, te encuentras de repente ante una carta de Brahms o una de Mahler, o bien en contacto con objetos como la batuta de Bernstein, que te emocionan profundamente, es el mar agitado, como un sigma... pero de tu corazón.

''Aquí, yo quise describir mi recorrido por los laberintos del museo en una especie de homenaje a este extraordinario hombre y melómano insuperable.''

Anclado a la realidad

-Hábleme un poco más de su obra calificada por Eduardo Soto Millán, Horacio Franco, Samuel Máynez, Gerardo Kleinburg y José Luis Cuevas, como irrepetible, original y honesta.

-No sé si sea irrepetible, pero al menos es honesta. Volviendo a lo de irrepetible, quizá lo sea en cuanto a que cada obra es única, así como cada persona lo es. Bien decía Machado: ''por más que hago no puedo sumar individuos", en este sentido mi obra, compuesta con los 12 sonidos de nuestra escala temperada, utilizados por el viejo Bach y nuestro contemporáneo Philip Glass, es irrepetible, como irrepetible es mi persona, mi momento y entorno vital.

''Soy un hombre anclado a la realidad, a los problemas que suceden en México y en el mundo y todo eso se ve reflejado en mi música. Cuando somos creadores no se vale ni moral, ni principios, ni religión, nada; lo decía bien claro Isaac Bashevis Singer, en ese momento sólo eres tú desnudo en escena, les guste o no les guste, no importa. Así en el momento que te comienzas a preguntar, ¿les gustará?, la cosa va mal.

''Cuando estoy componiendo lo único que pretendo realmente es transmitir lo que traigo dentro, todas mis inquietudes, dolores, ansiedades, alegrías; mi ciudad de México, la apocalíptica urbe como diría Paco Ignacio Taibo II, pues esta es la ciudad que me tocó vivir y mientras no viva en otro lugar, no tendré otro punto de referencia cotidiano. Aunque haya estado en muchos otros lugares del mundo siempre me remito aquí.

''Conocer la honestidad lleva la originalidad como producto genuino de una persona que se expresa y, por tanto, su creación puede ser irrepetible. Si el producto está bien hecho, es honesto, entonces, quizá podemos llegar a este nivel.''

 
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