Usted está aquí: domingo 24 de septiembre de 2006 Política Estancamiento, sello de la gestión económica de Fox

El país, equiparable a Botsuana, según el Banco Mundial

Estancamiento, sello de la gestión económica de Fox

ROBERTO GARDUÑO

En el último tramo de su gestión económica, Vicente Fox deja el país estancado, con un incremento notable de desempleo, polarizando el ingreso de los ciudadanos y un escaso nivel de oportunidades. Un análisis elaborado en la Cámara de Diputados refiere, con base en el más reciente reporte del Banco Mundial (BM), que México es uno de los países con mayor desigualdad económica, equiparable a Botsuana, Africa.

Durante casi seis años, el foxismo desperdició altos precios del petróleo, bajas tasas de interés internacionales, alto crecimiento de las remesas y la corta recesión en Estados Unidos. Al contrario, el crecimiento promedio del país fue de 2 por ciento anual; desapareció el mercado interno; 50 millones de mexicanos viven con un ingreso de 10 pesos diarios; el desempleo alcanzó el nivel más alto con 4.04 por ciento en el rango de la población económicamente activa (PEA); se incrementó desorbitadamente el gasto corriente, y tan sólo en 2006 el pago de intereses de la deuda era el más alto de la historia: 263 mil millones de pesos.

El balance de casi seis años de gobierno manifiesta que el país se encuentra prácticamente estancado, el desempleo continúa, la polarización del ingreso y de las oportunidades se acentúa cada día. Fox prometió una economía con rostro humano: estabilidad, crecimiento de 7 por ciento, reformas estructurales que mejoraran la competitividad, revolución educativa, intervención del Estado de manera selectiva y temporal para corregir las deficiencias del mercado y oportunidades para todos.

De acuerdo con el reciente estudio del BM, la economía mexicana aumentó la capacidad de generar riqueza en los últimos años; no obstante, retrocedió en la forma de distribuirla, y también se dio una caída en el poder real de compra de sus habitantes. En el actual gobierno México se consolidó como la décima economía del mundo, pero cayó al lugar 70 en cuanto al ingreso por habitante, y al 80 si el ingreso se mide por la capacidad real de compra, rango comparable al de Botsuana.

El organismo financiero internacional manifiesta que el país tiene un ingreso nacional bruto de 704 mil 900 millones de dólares, que lo ubica como la décima economía más grande del mundo. Sin embargo, el ingreso nacional per cápita es de 6 mil 790 dólares, que sitúan al país en el lugar 70 de las 184 naciones pertenecientes al Banco Mundial. En el año 2000, al inicio de la actual administración, la posición mexicana se ubicaba en el sitio 69.

En cuanto al poder real de compra de sus habitantes, México se ubica en el lugar 80 de la lista de 184 países, ya que 10 por ciento de los connacionales con mayores recursos son los que realizan 39.4 por ciento del consumo y concentran esa porción del ingreso, mientras 5 por ciento de la población total, la más pobre del país sólo obtiene el 1.6 por ciento.

Con el salario mínimo de 2000 (con el que vive casi 50 por ciento de la población) se podía adquirir 21.8 por ciento de la canasta básica de alimentos. Con el salario mínimo actual se adquiere sólo 16.8 por ciento.

Por el contrario, irónicamente, las variables externas más importantes fueron excepcionalmente favorables: altos precios del petróleo, bajas tasas de interés internacionales, alto crecimiento de las remesas y corta recesión en Estados Unidos. Los altos ingresos fiscales del petróleo y las bajas tasas de interés fueron neutralizadas por aumentos de gasto corriente y la falta de inversión en infraestructura disminuyó la productividad de la economía.

A decir de Fox, con su gobierno se observaría una política económica con rostro humano, con un crecimiento de 7 por ciento anual, se aplicarían reformas estructurales, se materializaría el desarrollo del mercado interno.

No obstante, el crecimiento anual del producto interno bruto (PIB) fue de 2 por ciento. Se impulsaron reformas estructurales basadas en la privatización de los recursos naturales y energéticos, en gravar alimentos y medicinas y en el ataque a los sindicatos.

En tal escenario la riqueza se concentró en manos de unos cuantos y 50 millones de mexicanos viven con un ingreso de sólo 10 pesos diarios, mientras que 80 por ciento de la riqueza se concentra en 433 mil familias.

Según el BM, la economía mexicana aumentó la capacidad de generar riqueza en los últimos años, pero en el mismo periodo mostró un retroceso en cuanto a la manera de distribuirlo y también una caída en el poder de compra real de sus habitantes.

Para el analista financiero Mario di Costanzo, estos resultados manifiestan que 10 ciento de los mexicanos de mayores recursos son los que realizan 39.4 por ciento del consumo y concentran esa proporción del ingreso, mientras que la décima parte de los más pobres sólo se queda con 1.6 por ciento.

Con todo ello "el balance es negativo para México como nación, porque la tercera parte del gasto público se destina al pago de salarios de la burocracia, mientras tanto, sólo 9 centavos de cada peso gastado por el gobierno se dirige a obra pública (presas, carreteras, refinerías, escuelas, hospitales); los funcionarios de alto nivel gozan de sueldos exorbitantes y de prebendas que los colocan dentro de los mejores pagados del mundo: mientras que un secretario de Estado percibe mensualmente un salario de 150 mil pesos un maestro de escuela o un médico recibe menos 10 mil pesos".

La deuda total del país es de 3.3 billones de pesos, y representa 36.5 por ciento del PIB. Esto quiere decir que de cada peso que se produce, 36 centavos están comprometidos para pago de esta deuda. Mientras en 2000 cada mexicano debía por deuda pública 23 mil 776 pesos, para 2005 ya debía 31 mil 501.2 pesos.

Para 2006 el pago de intereses de la deuda (costo financiero) será el más alto de la historia al ubicarse en 263 mil millones de pesos. Esta cifra equivale a casi el doble del Presupuesto de la SEP, y 10 veces el presupuesto de la Secretaría de Salud.

Al término de la gestión foxista se habrán pagado 1.28 billones de pesos tan sólo de intereses de la deuda, que equivale a 90 años del presupuesto destinado a la UNAM.

Durante este gobierno la tasa máxima del impuesto sobre la renta para las empresas se redujo de 32 a 28 por ciento, mientras para las personas físicas se mantuvo sin reducción. Además, la corrupción en las aduanas facilitó la entrada de productos que compiten ilegalmente con la industria formal.

 
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