Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 8 de octubre de 2006 Num: 605


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Memorias de un brasileño
ANDRÉS ORDÓÑEZ
Entrevista con CARLOS LYRA
La enfermedad como casa y escritura
ARNOLDO KRAUS
El año Freud
TERESA DEL CONDE
Marin Sorescu: descubrir el mundo
NEFTALÍ CORIA
La agencia espacial mexicana
NORMA ÁVILA JIMÉNEZ
Duchamp en México
EVODIO ESCALANTE
Lo que el viento a Juárez
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Teatro
NOÉ MORALES MUÑOZ

Señales en el Camino
MARCO ANTONIO CAMPOS


Directorio
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ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR
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GRAMÁTICAS, GRAMÁTICAS (III Y ÚLTIMA)

Dos de los productos de la Academia Española dieciochesca siguen siendo agradecibles: el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua y el Diccionario de Autoridades, editado en 1737. Este último fue el resultado del distanciamiento entre la lengua castellana del siglo XVIII y la que usaban los escritores de los siglos precedentes; para evitar la ilegibilidad, los académicos de la lengua decidieron establecer los diversos sentidos en los que una palabra había sido empleada por un escritor, así como los contextos en los que dicha palabra aparecía. Así, el Diccionario de Autoridades dio cuenta de un momento de la lengua en vías de desuso a través de sus fuentes escritas, mientras que el otro diccionario, por la vía normativa, trató de fijar y prevenir aquello que el otro evidenciaba: para evitar desvíos, pérdidas y salidas de madre del gran cauce lingüístico peninsular, quiso pulir y esplender a los hablantes mediante la anotación de un corpus que evitaría la dispersión. Desde luego, la materia prima de ese corpus eran los madrileñismos y cuanto se considerara "castizo", para oponerla a americanismos y otros usos vergonzantes y perjudiciales para el Imperio en agonía. La Ilustración heredaría a muchos sectores de la posteridad la idea de que la gramática y los diccionarios sirven para normar el uso de una lengua y para aprender a usarla "correctamente".


Gramática castellana elaborada por Elio Antonio de Nebrija en 1492

Después vinieron aires nuevos y actitudes más renovadoras frente al fenómeno lingüístico: pasando por Andrés Bello y Rufino José Cuervo, por Saussure, estructuralistas y desconstructivistas, por modernos y postmodernos, jakobsonianos y chomskianos, la historia de las gramáticas y los diccionarios parecía seguir oscilando entre describir para entender o la de normar para seguir entendiendo una lengua, aunque el surgimiento de la lingüística moderna atemperó muchas de las viejas actitudes frente al lenguaje, dando a la gramática y los diccionarios un valor relativo frente al absoluto que antes tenían.

En lo que concierne a la enseñanza de la gramática en las escuelas mexicanas como estrategia para reforzar el aprendizaje de la lengua materna, si bien el recurso tiene fuertes resabios positivistas, su concepción puede remontarse a la idea medieval de la universidad, donde la gramática y la retórica, junto con la dialéctica, eran las materias propias del trivium. Por otro lado, después de la Revolución Mexicana, la gramática siguió empleándose como recurso para perfeccionar el aprendizaje del castellano en las primarias y secundarias, al tiempo que se lanzaban las numerosas cartillas de alfabetización para abatir el elevado porcentaje de analfabetas en el país. En ambos casos, el papel de la gramática fue el de dar infraestructura teórica a todo aquello que aprende un usuario en proceso de formación (e información) acerca de la lengua en que se le está adiestrando.

En algunos niveles universitarios se sigue empleando la enseñanza de la gramática como apoyo para los programas de las materias redaccionales. Si estas materias han comenzado a llegar a los planes de estudio de licenciaturas y de algunos postgrados, se debe a que algo ha funcionado mal en la enseñanza del lenguaje desde los niveles básicos, desde la reforma educativa de 1970, desde el disparamiento demográfico posterior a 1968, desde el crecimiento incontrolable del número de alumnos en clase y desde la caída del valor real de los salarios después de 1973. Pero la detección del problema (que un elevado porcentaje de los aspirantes a una licenciatura posea una lengua escrita deficiente) no se soluciona con más de lo mismo (más gramática). A través de la historia de las relaciones entre gramática y lengua escrita, lo que se puede observar es que ésta ha servido como documento que constata la evolución de la lengua al quedar "fija" en un momento de su evolución: ocurrió en la Grecia posterior al siglo de Pericles y ocurrió en la España ilustrada; la gramática casi siempre ha tenido un valor didáctico para ayudar a la posesión del canal hablado del lenguaje: ocurrió desde el nacimiento de las gramáticas preceptivas –en el sigloIV–, ocurrió en la España imperial del siglo XVI y sigue ocurriendo en el México contemporáneo en los niveles básicos de enseñanza. Lo que no había ocurrido es que se creyera que la misma gramática, que ha fatigado al usuario entre los seis y los dieciséis años, vuelva a emplearse entre los dieciocho y los veinte para ayudarlo a mejorar su redacción en el nivel de la enseñanza superior.