Usted está aquí: lunes 9 de octubre de 2006 Mundo Silencio del Kremlin tras el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya

Protesta en la Plaza Pushkin de Moscú para exigir que se esclarezca el crimen

Silencio del Kremlin tras el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Imagen del presunto asesino de Anna Politkovskaya, captada por un video de vigilancia afuera del edificio donde vivía la periodista rusa Foto: Reuters

Moscú, 8 de octubre. El asesinato de la periodista Anna Politkovskaya, a manos de un sicario que le disparó cuatro balazos el sábado anterior, generó este domingo una espontánea protesta de cientos de personas que se congregaron en la céntrica Plaza Pushkin de esta capital para exigir que el crimen no quede impune, mientras el Kremlin mantiene un inexplicable silencio.

Hasta el momento, y aunque los políticos más connotados del país coincidieron en condenar este homicidio, que asesta un duro golpe a la reputación de Rusia, ni el presidente Vladimir Putin ni su servicio de prensa han pronunciado todavía palabra alguna.

La actitud del Kremlin contrasta con las condolencias expresadas hoy por Ramzan Kadyrov, primer ministro del régimen pro ruso de Chechenia, quien se dijo "consternado" por el asesinato de la reportera que fue la primera en denunciar los secuestros, torturas y ejecuciones sumarias de la guardia pretoriana bajo sus órdenes, integrada en su mayoría por antiguos combatientes separatistas que se cambiaron de bando.

"Quiero subrayar que, a pesar de que los textos de Politkovskaya sobre Chechenia no siempre eran objetivos, en lo personal siento sincera pena por la periodista", afirmó Kadyrov y añadió: "Atentar contra la vida de un periodista es atentar contra la libertad de expresión, extremo inadmisible en una sociedad democrática".

El jueves anterior, en declaraciones a Radio Libertad, su última entrevista a un medio, Politkovskaya dio a conocer que pronto iba a participar como testigo de cargo en un nuevo juicio sobre secuestros en Chechenia, en el cual figuraba como implicado el propio Kadyrov.

"Tengo a la vista fotografías y otras pruebas documentales de que se cometen secuestros y torturas en Chechenia y las voy a publicar el próximo lunes (9 de octubre)", reveló la reportera.

La muerte de Politkovskaya truncó esa investigación, pues el texto que debía entregar el sábado por la noche nunca llegó a Novaya Gazeta, como tampoco las fotos y pruebas, al requisar la policía su archivo y el disco duro de su computadora "en busca de pistas".

El mismo día que Politkovskaya concedió la entrevista a la emisora con sede en Praga, Kadyrov cumplió 30 años, y el dato no es superfluo porque con ello alcanza el mínimo de edad constitucional que le impedía ser presidente de Chechenia, si bien al actual mandatario nominal, Alu Aljanov, le quedan 2 años más de mandato.

Al ofrecer 25 millones de rublos (cerca de 950 mil dólares) de recompensa por cualquier información que conduzca hacia el asesino y los autores intelectuales, el ex banquero y ahora diputado de la Duma, Aleksandr Lebediev, copropietario de Novaya Gazeta (el otro es Mijail Gorbachov, ex presidente soviético que tiene 10 por ciento de las acciones), comentó que lo más fácil es sospechar de quienes criticaba Politkovskaya.

Al mismo tiempo, Lebediev se preguntó si la ola de repudio a los personajes exhibidos en las denuncias de la periodista no podría ser el efecto que buscan los autores intelectuales del crimen.

Dmitri Muratov, director de Novaya Gazeta, apunta:

"Hoy no sabemos quién y por qué la mató. Sólo podemos adelantar dos hipótesis principales: O es una venganza de Ramzan Kadyrov, de cuyas actividades habló y escribió ella con profusión, o el crimen lo ordenaron quienes desean que las sospechas recaigan sobre él para impedir que se convierta en presidente de Chechenia".

El sitio web del bisemanario contiene desde esta noche un anticipo del homenaje que rendirán a Politkovskaya sus compañeros en la edición impresa de este lunes, cuyo editorial concluye con el siguiente compromiso: "Mientras exista Novaya Gazeta, sus asesinos no podrán dormir tranquilos".

Anna Politkovskaya es la tercera reportera de investigación de ese periódico asesinada en los años recientes. Igor Domnikov y Yuri Chekochijin también murieron por sus implacables denuncias desde las páginas de Novaya Gazeta.

Larga es la lista de periodistas asesinados en Rusia y la mayoría de estos crímenes quedan impunes. Hasta ahora se desconoce quién ordenó matar a Vladislav Listiev, director del canal de televisión ORT, Dmitri Jolodov, reportero del diario Moskovski Komsomoliets que se dedicó a exhibir la corrupción en los altos mandos del ejército ruso, o Pavel Khlevnikov, el periodista estadunidense de origen ruso que dirigía la edición local de la revista Forbes, por mencionar sólo tres de los casos más sonados.

 
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