Usted está aquí: lunes 9 de octubre de 2006 Sociedad y Justicia El destino del manglar, en manos de la Cofemer

Alerta el Cemda sobre presiones del sector turístico

El destino del manglar, en manos de la Cofemer

Un error, cambiar la NOM-022, reconoce la Semarnat

MARIANA NORANDI

La decisión que debe tomar la Secretaría de Economía, por medio de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer), en la modificación de la Norma Oficial Mexicana NOM-022 relacionada con la protección del manglar, revelará si el gobierno federal antepone intereses económicos de la iniciativa privada a la defensa de nuestros recursos naturales, aseguró Gustavo Alanís Ortega, presidente del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda).

Un grupo de trabajo conformado por ambientalistas, expertos e investigadores ha emprendido una lucha en defensa del manglar en la que exigen a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) mayor firmeza a la hora de defender el manglar para lo cual, aseguran, es imprescindible retomar los principios que la NOM-022 tenía antes de las modificaciones que el anterior titular de la Semarnat, Alberto Cárdenas, realizó a favor del desarrollo turístico, impulsando de manera gradual y constante, la devastación de manglares.

Recientemente la Semarnat aceptó que la norma debe recuperar su anterior estatus, por lo cual, ahora es la Cofemer quien tiene que tomar una determinación en cuanto a la reforma normativa. "La pelota está ahora en la Secretaría de Economía, pero el sector turístico está ejerciendo una presión muy fuerte, por lo que los ambientalistas esperamos que la secretaria no ceda frente a los intereses económicos que provienen mayoritariamente del sector privado extranjero."

Alanís asegura, que la situación legislativa por la que atraviesa la defensa del manglar, refleja un profundo desconocimiento respecto a las bondades de este ecosistema y sus servicios naturales; una política que antecede los intereses económicos frente a los ambientales y una visión equivocada de la Semarnat que no fomenta un desarrollo urbano y turístico sustentable. "La no aplicación de la ley denota cierto grado de corrupción porque, un gobierno ávido de inversión extranjera cede ante proyectos turísticos millonarios aunque con ellos acabe con los manglares, los cuales representan importantes barreras contra huracanes y tormentas, un hábitat imprescindible para ciertas especies de peces y crustáceos y, entre otras cualidades, filtros contra aguas contaminadas por derrames de petróleo o descargas de aguas negras."

El ambientalista aseguró que la reforma normativa no implica cerrarse al desarrollo y a la inversión en el sector turístico, sino encontrar el balance entre el crecimiento urbano y una política sustentable. Por otro lado, señaló que desde el punto de vista turístico, también existe una falta de visión puesto que "a los turistas les vamos a vender cemento y concreto en vez de bellezas naturales".

"Queremos recuperar la idea de principios del sexenio, en que se había prometido que el medio ambiente sería prioritario y asunto de seguridad nacional. Sin embargo, hoy vemos que la autoridad ambiental se mantiene en una posición pasiva y el tema del manglar ha quedado como uno de los grandes pasivos de la Semarnat en esta administración", afirmó Alanís.

 
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