Usted está aquí: miércoles 11 de octubre de 2006 Política Batres: ningún trato con Calderón, lo básico; ya "anda pidiendo oxígeno"

El partido debe agotar todas las instancias de lucha contra la "usurpación", afirma

Batres: ningún trato con Calderón, lo básico; ya "anda pidiendo oxígeno"

Considera que la refundación del sol azteca no es más que una idea "rimbombante"

Destaca la contribución de Cárdenas al avance democrático; el enemigo es otro, subraya

ARTURO CANO

Ampliar la imagen En imagen de archivo, Martí Batres, líder del PRD en la capital Foto: María Luisa Severiano

Ni los diputados ni los senadores tienen por qué "sacarse la foto" con Felipe Calderón, quien por estos días "anda pidiendo oxígeno". Al habla Martí Batres, presidente del Partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal y cabeza de la más nueva de las corrientes amarillas: "Debe haber mucha firmeza. Los diputados no tienen nada que tratar con él, absolutamente nada, ni los senadores, menos los presidentes municipales. ¿Los gobernadores? Ya ni con Gobernación, pues su relación fundamental es con Hacienda".

Dirigente de meteórica carrera -en lo que hace a cargos, pues su militancia en la izquierda se remonta a la niñez-, Batres machaca el punto del "cero trato" con el "usurpador". "No sabemos si Calderón va a tomar posesión, razón de más para no establecer ninguna relación; después ya veremos qué pasa. Y si llegara a consumarse la imposición tampoco es necesario".

Batres aborda así uno de los temas de debate esenciales para el PRD en estos días: la carrera de dos pistas de la resistencia civil aparejada con el trabajo legislativo y el ejercicio de gobierno.

A sus ojos, muchos analistas quieren "arrinconar" al PRD en el dilema institucionalidad versus ilegalidad. "El partido no tiene por qué enfrentar esa disyuntiva. Nuestros legisladores y gobernantes están en espacios de institucionalidad que se derivan del voto; nadie se los regaló".

-En una elección que ustedes no reconocen.

-El fraude lo hicieron ellos, no nuestros compañeros. En todo caso, nos están regateando un espacio institucional que nos correspondería, que es la Presidencia de la República.

En esa misma tesitura Batres ubica los llamados a que el PRD "haga la autocrítica" de sus errores de campaña.

"Eso se lo deberían pedir al PAN, porque era el partido que defendía el sufragio y ayudó al fraude electoral. Esa sería una autocrítica de dimensiones históricas, no si las fallas técnicas o los representantes se equivocaron, que son temas secundarios. El asunto fundamental es por qué el PAN traicionó su historia".

El espejo de 1991

En 1988, el Frente Democrático Nacional obtuvo 54 por ciento de los votos en el Distrito Federal y poco más de 30 por ciento en el país, oficialmente. Tres años más tarde, la votación del PRD fue de 12 por ciento en la capital y de apenas 8 por ciento a escala nacional.

Batres conviene en que es necesario prevenir ese escenario. Estima que el desplome electoral de 1991 tuvo que ver con la pérdida del "voto blando", pues muchos sectores cedieron a la campaña que presentaba al nuevo partido como intransigente y violento. Y añade que se perdió parte del voto duro, pues algunos consideraron que "no habíamos llegado hasta el final en la lucha por defender el voto".

Aunque considera que hay diferencias entre 1988-1991 y el escenario previsible para los tres años venideros, Batres se enfoca en los rasgos similares: "Hubo un fraude electoral, hay una efervescencia popular que exige a los dirigentes defender el voto, y hay una campaña en contra de la resistencia civil, a la que se cataloga de violenta".

Para evitar que se repita el escenario de 1991, Batres dice que es preciso echar a andar "una estrategia en que no dejemos de luchar y agotemos todas las instancias de lucha política contra la usurpación".

La clave para mantener a su electorado es, según Batres, que "la lucha sea hasta el final y pacífica, aunque exageremos en su carácter pacífico, que no quiere decir pasivo".

El perredista funda su confianza, entre otras cosas, en que "diversos estudios de opinión" cifran el apoyo al movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador en 32 por ciento. "Con todo y el plantón y la embestida mediática que le siguió no hemos tenido el costo político que auguraban".

La refundación, palabra rimbombante

La idea de crear un nuevo partido surgió en el plantón. Después la han retomado diversas figuras del PRD.

En el bando de quienes piensan que el sol azteca tuvo y ha tenido "una buena actuación" en lo general, Batres desconfía de expresiones como "la refundación del partido".

"Esa palabra la he oído como diez veces, en distintas coyunturas. No creo que sean necesarias palabras tan rimbombantes. El partido tiene que estar con la gente, no se debe burocratizar, no tiene que refugiarse en las oficinas, debe vivir los ritmos del movimiento y permanecer abierto a la sociedad, eso es lo importante".

En este punto Batres hace un apretado recuento que arranca con la Coalición de Izquierda (1979), pasa por un rosario de siglas que desemboca en el PMS y en la creación del PRD, con la suma de la izquierda partidaria, "un torrente amplio del movimiento social" y la Corriente Democrática.

-De ahí la idea de un nuevo partido, de que el PRD tenga la "generosidad" del PMS para hacer una camisa más grande.

-No tendría nada de asombroso que este proceso de aglutinación siguiera. Sin embargo, yo no veo que sea una discusión en el partido.

-Lo dijo el jefe de Gobierno Alejandro Encinas.

-Se lo he escuchado a Alejandro Encinas y a Raymundo Cárdenas desde antes de 2006. Hay que estar atentos y con la suficiente flexibilidad política. Pero en lo inmediato, esa discusión se ha cubierto con la formación del Frente Amplio Progresista.

-¿No es viable porque no irían otras fuerzas?

-Convergencia quiere afinar su propia identidad y del PT no he escuchado opiniones. El fin es mantener la unidad de las fuerzas progresistas, no creo que necesariamente deba ser a través de un solo partido. Lo importante es que se dé el frente de las izquierdas, desde la más definida hasta la más despintada.

En los meses venideros Batres no ve venir un "achicamiento" del movimiento que encabeza López Obrador como resultado del crecimiento, por ejemplo, de las figuras legislativas del FAP.

"Sin movimiento no vamos a tener buenos resultados en el ámbito legislativo. Sólo hay que imaginarse la discusión de la reforma energética sin movimiento. Pues nos ganan. La única garantía para evitar una regresión privatizadora es que haya un amplio movimiento afuera. Y lo mismo es en el caso del IVA en medicinas y alimentos, que el PAN está reviviendo".

-Así, López Obrador en los hechos se va a volver el líder de la resistencia, más que el "presidente legítimo".

-Bueno, pues será un presidente legítimo que está en resistencia.

¿Una corriente lopezobradorista?

-En el congreso de 2004, tras la sacudida de los videoescándalos, se acordó la disolución de las corrientes. ¿Por qué crear una ahora?

-Ninguna se disolvió e inclusive se han fortalecido en este lapso.

-¿Por eso crear una nueva?

-No, tiene que ver con que hay mucha gente que quiere identificarse con una visión que fortalece tres puntos: la convicción de estar más cerca de los movimientos que de los aparatos, que el asunto fundamental es lo social, y la identificación con López Obrador. Los tres elementos forman parte de la identidad de todo el partido, pero se busca fortalecerlos.

-Una nueva corriente confirma que sólo así se puede hacer política en el PRD.

-Son cosas que el partido se ha propuesto revisar. Las corrientes van a existir siempre, pero se debe continuar un proceso de institucionalización, que ha sido lento en el PRD.

La nueva corriente del PRD, Izquierda Social, es resultado de una ruptura largamente larvada del grupo que encabeza aún René Bejarano. Martí Batres sostiene que ha sumado muchos más militantes que nunca participaron en el bejaranismo y que habrá nuevas sumas.

Cárdenas y las baterías

Batres no ve distanciamiento entre el PRD y López Obrador. La primera razón es la fortaleza del liderazgo del tabasqueño. La segunda, que son varios los dirigentes del partido que, dice, forman parte del círculo cercanísimo de López Obrador. "No hay un proceso separado ni paralelo, menos confrontado".

-Hablemos del que anda lejano: Cuauhtémoc Cárdenas.

-No habría que dramatizar el tema. El ingeniero ha hecho su aportación al movimiento democrático, es uno de los hombres que más contribuyeron a los avances que se han tenido en México.

-Los gritos de traidor no los han lanzado dirigentes del partido, sino la plaza.

-Hay que estar atentos a la movilización del pueblo. Pero estamos enfrentando a una derecha corrompida y envilecida, asociada con lo peor de los despojos del PRI. Ahí debemos enderezar nuestras baterías, por encima de cualquier otra consideración. Y esperar que todos los dirigentes del partido y del movimiento estén en esa orientación.

 
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