Usted está aquí: jueves 12 de octubre de 2006 Capital Usuarios extravían en el Metro desde credenciales hasta bicicletas

Pocos saben que existe una oficina donde se resguardan, explica su responsable

Usuarios extravían en el Metro desde credenciales hasta bicicletas

Hace 26 años la gente devolvía incluso cosas valiosas; ahora ya casi no, comenta

LAURA GOMEZ FLORES

Ampliar la imagen César Castro, responsable de la oficina de objetos extraviados en el Metro, ubicada en la estación Candelaria, muestra parte de su colección Foto: Yazmín Ortega Cortés

Ampliar la imagen Objetos cuyo olvido en las instalaciones del Metro resulta insólito, como una bicicleta, un carrito de autoservicio y una televisión Foto: Yazmín Ortega Cortés

Estrés, cansancio, preocupaciones o los empujones al entrar y salir de los vagones del Metro provocan que todos los días los usuarios pierdan en las instalaciones de ese transporte decenas de objetos, como credenciales, pasaportes, tarjetas de crédito, maletas, teléfonos celulares, prendas de ropa, muletas, bastones, andaderas para minusválidos, carros de equipaje, guitarras, televisiones portátiles e inclusive bicicletas.

César Castro Cisneros, encargado de la oficina de objetos extraviados del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, comenta que son pocos los que recuperan sus pertenencias, por desconocimiento de la existencia de este lugar y porque la gente ya casi no acostumbra devolver los objetos, como sucedía hace 26 años, cuando él abandonó "el mundo de la patada con el Atlante, para vivir de la patada, pues todos los días tengo que ir a pie a recoger objetos perdidos a las áreas de vigilancia de la red".

Señala que si a simple vista el objeto parece valioso, las personas "se lo embolsan", y en caso contrario lo arrojan al primer bote de basura que se encuentran a su paso, sin interesarles que incluso esté en juego la vida del dueño. Hace tiempo, recuerda, se encontraron las radiografías y estudios clínicos de un hombre, a quien finalmente se contactó. La angustia de perder los datos con la fecha de la cirugía y tener que gastar nuevamente en las placas le había provocado una crisis nerviosa, la cual desapareció cuando se le avisó de la recuperación de los documentos. Hoy lleva una vida normal y acude a visitarlo en agradecimiento.

A 26 años de haberse inaugurado esta oficina, ubicada en la estación Candelaria, de la línea 4, su responsable explica que los objetos recuperados dejaron de ser los relojes, cadenas, bolsas o carteras, pues la gente ya no acostumbra, como en aquella época, a devolver hasta una moneda que se encontraba a su paso.

Tarjetas de crédito, celulares, guitarras...

Ahora, credenciales, tarjetas de crédito, pasaportes, actas de nacimiento, cartillas y teléfonos celulares inundan su escritorio. El estrés de vivir en una ciudad con tanto ajetreo, o "estar jugando con los compañeros de clase", indica, algunas veces provocan que esos objetos caigan a las vías y los afectados los consideren perdidos, cuando es fácil recuperarlos.

Agrega que menos de la mitad de los objetos resguardados en esa oficina son reclamados por sus dueños, aun tratándose de muletas o bastones para ciegos o de otro tipo, así como una andadera para enfermo, entre otros objetos encontrados desde hace más de cinco meses en las estaciones Chabacano, Mixcoac y Tacubaya, respectivamente.

Menciona también un carrito de autoservicio abandonado en la estación Universidad por una mujer, al negársele el paso con él, y dos bicicletas cuyos propietarios las dejaron encadenadas en los accesos de las estaciones Hospital General y Tacuba. Las guitarras ubicadas en un rincón de la oficina, comenta entre risas, fueron olvidadas "por algunos bohemios que lograron pasar los torniquetes, pero al calor de las copas y por la trasnochada, salieron del vagón sin ellas". Añade que no entiende cómo alguien puede olvidar sus maletas, o bolsas grandes con ropa.

Tal vez un rotafolio pasa inadvertido al colocarlo a un lado del asiento, pero resulta insólito que se olvide una televisión de 10 pulgadas. Expresa que también es constante el olvido de bolsas con mandado en las 175 estaciones de la red, pero con mayor frecuencia en las de transbordo, como Indios Verdes, Balderas, Hidalgo, Tacubaya, Tacuba, Pantitlán y Pino Suárez.

Menciona que la falta del nombre y número telefónico del propietario impide que se le contacte para entregarle su pertenencia. Los objetos son resguardados en esta oficina entre seis y ocho meses. Posteriormente son donados a instituciones de asistencia privada.

Finalmente, Castro Cisneros recomienda a los usuarios del Metro que han perdido algún objeto llamar al 55 42 53 97, donde se les informará si está en la oficina a su cargo y se les dará una clave para poder recogerlo.

 
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