Usted está aquí: sábado 14 de octubre de 2006 Cultura El monolito de Las Ajaracas al parecer tiene referencias al dios mexica de la Tierra

Confirman arqueólogos que su tamaño y peso son superiores a la Coyolxauhqui

El monolito de Las Ajaracas al parecer tiene referencias al dios mexica de la Tierra

ANA MONICA RODRIGUEZ

Ampliar la imagen Alejandro Encinas, Eduardo Matos y Ana Lilia Cepeda, ayer, durante el recorrido que efectuaron en La Ajaracas, donde se descubrió el monolito el pasado 2 de octubre Foto: José Carlo González

El monolito mexica, colosal vestigio descubierto el pasado 2 de octubre en el predio Las Ajaracas, es una lápida o una tapa en cuyo labrado podrían estar representados elementos que refieren al dios de la Tierra, Tlaltecutli, y los arqueólogos confirmaron que su tamaño y peso son mayores al de la diosa lunar Coyolxauhqui, pieza emblemática del Templo Mayor.

El arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma explicó que aunque rechazan especular sobre la deidad representada en la piedra rosa de 12 mil 350 kilos: ''algunos elementos que observamos en el monolito -sobre todo en sus laterales- apuntan a que hay un grabado muy importante y no sabemos a ciencia cierta a qué deidad está dedicado; pero tras algunas pláticas informales sostenidas entre especialistas refieren a que sería un Tlaltecutli, el señor de la Tierra".

Alejandro Encinas, jefe de Gobierno capitalino; Ana Lilia Cepeda, directora del Fideicomiso de Rehabilitación del Centro Histórico; Luciano Cedillo, titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); José Alvaro Barrera, encargado del Programa de Arqueología Urbana, y el mismo Matos Moctezuma atestiguaron durante un recorrido los avances y detalles que hasta ahora han arrojado las excavaciones que continuarán para despejar al monolito totalmente del piso que lo cubre y que es actualmente la calle de Guatemala.

Traslado de nueve kilómetros

José Alvaro Barrera explicó: ''Se han retirado 4.70 metros cúbicos de un armado de concreto, entre pisos y trabes, que se hallan en la parte superior del área del monolito, y ahora se observan tres costados del canto de la piedra (oriente, sur y norte), con lo cual determinamos que la pieza mide en promedio cuatro por 3.5 metros". Para visualizarla por completo, falta retirar 4.70 metros cúbicos de tierra, misma cantidad que hasta ahora ha sido removida.

Esos tres lados también están labrados, y agregó que los altorrelieves de la pieza oscilan entre los 15 centímetros y su grosor, "en términos generales es de 35 centímetros".

Los especialistas del INAH también han corroborado la pigmentación de colores en el relieve: ''el rojo y el ocre, producto de los óxidos de hierro".

Durante los trabajos de rescate que proseguirán hasta que sea retirado todo el material que cubre el monolito, también se confirmó que fue en la época prehispánica cuando se realizó una excavación y la pieza fue colocada sobre el foso a manera de tapa, misma que fue sellada con el piso correspondiente a la Etapa VII, durante la edificación del Templo Mayor (1502-1521), en el reinado de Moctezuma II.

La existencia de alguna ofrenda debajo del monolito o la comprobación de si hubo rituales o ceremonias que probablemente se realizaron en torno a la piedra (andesita lomprobilita), son aspectos que serán develados tras el rescate, restauración y confrontación histórica de la época en que fue colocada la pieza frente al Templo Mayor.

Los especialistas también relataron que la piedra proviene de la formación del Chiquihuite y fue trasladada en un recorrido aproximado de nueve kilómetros -desde los cerros del Tenayo o Botano, ambos en el estado de México- hacia México Tenochtitlán.

Para completar esa labor, explicó José Alvaro Barrera, ''y en caso de que se hubiera utilizado la técnica de soga y palanca, se estima que se requirieron entre 150 y 400 personas" para llevarla al lugar en que se encuentra hasta ahora.

La polémica derivada sobre cuál de los dos monolitos -el recién descubierto y la Coyolxauhqui- es más importante en su contexto histórico, también será develado tras observar los relieves, pigmentos y posteriores hallazgos.

La piedra de la diosa lunar, elaborada también en andesita y descubierta en esa zona arqueológica en 1978, tiene un diámetro de 3.30 metros y pesa alrededor de 10 toneladas.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.