Empezó segundo congreso mundial de tanatología
En medio del manicomio generado por el falso progreso, aún quedan quienes pueden darse el lujo de reflexionar en voz alta.
Con una asistencia de más de 600 personas, la gran mayoría mujeres, ayer dio inicio el segundo Congreso Internacional de Tanatología, auspiciado por el Instituto Mexicano de Tanatología, AC.
Teresita Tinajero Fontán, presidenta del Instituto Mexicano de Tanatología, AC, quien "por causas de fuerza mayor" no pudo estar presente, en un breve video compartió el duelo por la reciente pérdida de su madre.
La primera conferencia estuvo a cargo del doctor Marcos Gómez Sancho, entre otros cargos, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España, para hablar de Dolor y sufrimiento al final de la vida.
No obstante el grueso volumen del mismo título del que es autor, y que junto con otros libros sobre la materia está a la venta en el vestíbulo, Gómez Sancho prefirió irse por la línea teísta y señalar que "cuando Dios hace libre al hombre, introduce la incertidumbre", y que "no se ha encontrado la manera de evitar el sufrimiento al nacer, al vivir y al morir".
Estableció diferencias entre dolor y sufrimiento, ya que "el primero se puede suprimir con analgésicos, y el segundo no". Afirmó que "somos más libres que la libertad que tenemos", y concluyó que "la última palabra es nuestra", no sin antes advertir que la demanda de suicidios asistidos o de eutanasia en los pacientes puede tener su origen en la falta de cuidados profesionales adecuados. "En este sentido, el Estado debe hacer un desembolso adicional".
En seguida, la joven doctora Edna Aizpuru, también con incontables títulos, aludió al tema Genética y genoma, para advertir que, al igual que al médico, al tanatólogo le hace falta conocer el lado de la ciencia para no incurrir en un falso humanismo.
Subrayó que "en México muchas enfermedades son prevenibles, pero no lo logramos por manejar información masiva tardía, alarmista y dramática", y no pudo evitar un tono triunfalista al sostener que "hoy podemos curar el producto dentro del útero, e incluso operarlo", cuando es incontable el número de personas que en el país carece de la atención médica indispensable.
Participaron también los cubanos Jorge A. Grau y Margarita Chacón, del Instituto Nacional de Oncología de La Habana. El primero abordó la Reconceptualización de la esperanza en el enfermo moribundo, y la segunda expuso El doble reto de cuidar a un familiar. Fluidos, cálidos, agradecidos y graciosos, resultaron más enunciativos que propositivos, no obstante que el primero reprodujo "una grabación especial que para este congreso realizó el cantautor Silvio Rodríguez acerca de la esperanza".
"Nada hay más unido al sufrimiento que la desesperanza", informó Grau, al tiempo que insistió en la necesidad de la comunicación sin para los enfermos terminales: sin decir sandeces, filosofía barata o mentiras piadosas, al tiempo que Chacón sostenía que la enfermedad de un miembro de la familia constituye un serio factor de desorganización de la misma, para insistir en las remotas cualidades del cuidador de un familiar enfermo.