Usted está aquí: viernes 20 de octubre de 2006 Estados Tres familias retan a la naturaleza en Tapachula

Junto al río Coatán viven en las ruinas de sus casas

Tres familias retan a la naturaleza en Tapachula

RODOLFO VILLALBA SANCHEZ CORRESPONSAL

Tapachula, Chis., 19 de octubre. En lo que fue la colonia Bella Vista, al norponiente de Tapachula, las huellas de la destrucción dejadas por el huracán Stan el año pasado son enormes: sólo una decena de viviendas se mantienen en pie, pero en condiciones tales que fueron declaradas pérdida total, su ubicación fue decretada de alto riesgo y sin ninguna posibilidad de volver a ser poblada.

Aunque los más de 300 habitantes que había antes del desastre ya fueron reubicados en viviendas construidas por el gobierno en tierras seguras, tres familias han decidido retar a la naturaleza. Regresaron a la zona y levantaron nuevos hogares sobre las ruinas de los anteriores, sólo que ahora con láminas, palos y otros materiales precarios.

Rodeados de montañas de tierra, piedras y cascajo que les dejó el desbordamiento del río Coatán, las 10 personas que conforman los tres hogares se ven obligadas a permanecer atentas durante las horas de intensa lluvia, afirma Juana Méndez López, de 70 años, viuda, quien en compañía de su hija y dos nietos regresó a este lugar.

Rememora que durante el desastre del año pasado lo único que se pudo rescatar de su hogar fue su propia vida y la de sus familiares: "vivíamos en una casa pequeña, pero con lo necesario, y el padre de mis nietos fue el que hizo los trámites para ser beneficiados con una casa del gobierno, pero mi hija se separó de ese hombre y nos quedamos en la calle porque nos corrió y no quedó de otra más que volver acá".

Acompañada de cinco perros, es la única persona que se encuentra durante el día en este lugar, en medio de montañas de tierra, piedra y árboles retirados de los lechos de los ríos Coatán y El Tiplillo, ya que las demás familias tienen que trabajar. Su hija y sus nietos se dedican a recolectar latas y fierros que venden a una empresa, mientras las otras familias venden ropa, verduras o lo que sea, mientras ella cocina en un fogón.

Raúl Thomas Martínez, delegado regional de Protección Civil, señala que ésta "es una zona de alto peligro" y podría motivar el deseo de otras familias para regresar a esta zona o provocar una invasión de otras que no fueron afectadas pero desean tener un espacio para construir sus viviendas.

Señala que el problema no es directamente responsabilidad de Protección Civil, corresponde al Instituto de la Vivienda, "sin embargo estamos participando en el análisis de está situación, no podemos abandonar a esas familias a su suerte, por lo que se está buscando una solución que no genere mayores problemas, porque los censos fueron realizados con oportunidad y ya se están entregando las viviendas a las familias que cubrieron el requisito."

Mientras tanto, estas tres familias conviven con el peligro que representa la temporada de lluvias y la crecida de los ríos.

 
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