Sepultan a 30 de los 45 asesinados por paramilitares en el poblado salvadoreño

Homenaje a víctimas de la matanza perpetrada en Tecoluca hace 25 años

Familiares y amigos exigen justicia, tras una vigilia con cánticos, rezos y consignas

AFP

Tecoluca, El Salvador, 22 de octubre. Con velas, cánticos y consignas como "justicia, justicia", unos 500 salvadoreños culminaron hoy en Tecoluca -75 kilómetros al este de San Salvador- una vigilia para homenajear y sepultar a 30 de las 45 víctimas de una matanza cometida por militares hace 25 años.

Con el traslado en procesión de los 30 pequeños ataúdes que estaban en un centro de promoción de mujeres, en la periferia este de Tecoluca, familiares y amigos de las víctimas con velas encendidas vencieron la oscuridad de la noche iluminando las fangosas calles.

"Justicia, justicia"; "si están en tu memoria, son parte de la historia" y "para las víctimas pedimos justicia", eran las consignas que más resonaban por la noche en las calles de Tecoluca, un municipio que fue duramente castigado por la guerra civil (1980-1992).

Todas las víctimas que esta mañana fueron sepultadas, son parte de la llamada matanza del cantón San Francisco Angulo, de Tecoluca, perpetrada el 25 de julio de 1981, cuando paramilitares y miembros de la ahora proscrita Guardia Nacional mataron a 39 mujeres, dos hombres y cuatro niños, todos acusados de "ser guerrilleros".

La matanza, según sobrevivientes, fue cometida a las 11 de la mañana de aquel 25 de julio, y tres horas después vecinos de otras comunidades y algunos familiares llegaron y sepultaron a los muertos en fosas comunes.

Los ataúdes color gris y con una que otra flor natural o de plástico, fueron colocados sobre mesas que estaban en el altar mayor de la céntrica iglesia del municipio, mientras un hombre pidió un minuto de aplausos para las víctimas.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando la anciana Rosa Arias, de 87 años, pidió a su nieto Edén Arias, de 28, abrir dos de los ataúdes, los cuales contenían las osamentas de su hija María Esperanza Arias y de su nieta Ana del Rosario Arias, una joven de 15 años.

Ante la petición de la anciana, los que estaban presentes guardaron silencio. Frente a los ataúdes abiertos, Rosa Arias se arrodilló, luego levantó su mano derecha para tocar y santiguar los restos de su hija y de su nieta, que estaban envueltos en un paño blanco.

"Es algo muy difícil, no se puede explicar, lo único que podemos pedir es justicia porque ellos murieron injustamente", declaró a Afp Edén Arias.

Edén, dijo estar "vivo de milagro", ya que tenía cuatro años cuando los hombres armados llegaron y él se salvó porque con sus hermanos Elmer, de 6 años; Jesús, de 9, Francisco, de 11, y Wilfredo, de 14, corrieron a ocultarse al monte.

Llorando, Rosa Arias, relató a Afp que "solita y canastiando (vendiendo cosas caminando por las calles) logré criar a todos mis nietos, porque esos guardias ingratos me los dejaron sin su madre".

Uno de los organizadores de la vigilia aseguró que "no estamos aquí para pedir venganza, estamos aquí para pedir justicia. A los asesinos los perdonamos, pero tienen que pedir perdón".

El alcalde de Tecoluca, Simón Amaya, del otrora insurgente Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN, izquierda), dijo "compartir" el dolor que embarga a los familiares de las víctimas, porque un hermano suyo murió en Chalatenango, norte del país, y recordó además que su padre "quedó enterrado en un potrero".

Esta mañana, el homenaje a las víctimas culminó con el entierro colectivo, en San Francisco Angulo, donde se construyó un nicho especial, que a su vez servirá como monumento para honrar a los caídos.