Usted está aquí: miércoles 25 de octubre de 2006 Estados Punta Colonet, la bahía de la discordia

Cuatro empresas se disputan la construcción de un puerto de altura y cabotaje

Punta Colonet, la bahía de la discordia

Se prevé que la inversión sería de 8 mil mdd

Competiría con terminales de California

ANTONIO HERAS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Aspecto de la bahía Punta Colonet, en Baja California, donde se pretende construir un puerto con una inversión de 8 mil millones de dólares para competir con las terminales de Long Beach, San Diego y San Pedro, California Foto: Cortesía Lindero Norte

Ensenada, BC, 23 de octubre. Ubicada en el Pacífico mexicano, a sólo 200 kilómetros de la frontera con California, Estados Unidos, Punta Colonet es actualmente la bahía de la discordia para operadores y constructores de puertos de altura.

Cuando menos cuatro empresas pugnan por obtener el contrato que el gobierno federal pondrá a concurso público para la construcción del puerto Bahía Colonet, que con inversión de 8 mil millones de dólares buscará competir con los puertos californianos de Long Beach, San Diego y San Pedro en la recepción de carga de mercancías, principalmente de oriente. En esas terminales se mueven 14 millones de contenedores y, aunque su capacidad podría duplicarse para 2010, ya tienen problemas de saturación y contaminación.

Entre las empresas postoras para desarrollar lo que sería el cuarto puerto de altura y cabotaje más grande del mundo se encuentran Stevedoring Services of America (SSA División México) y Hutchison Port Holdings (HPH), de Hong Kong. Ambas tienen inversiones en México.

También compite Puerto Colonet Infraestructura (PCI), firma constituida por cinco socios japoneses navieros, a quienes representa el ex gobernador de Baja California y ex comisionado presidencial para la frontera norte, Ernesto Ruffo Appel. El grupo Carso, del empresario mexicano Carlos Slim, también está en busca de la adjudicación.

Para Ruffo Appel el puerto de altura Punta Colonet debe desarrollarse porque, además de generar 3 mil empleos permanentes, permitirá la construcción de una planta regasificadora, un centro de generación de energía eléctrica y una planta desaladora de agua de mar.

El ex mandatario estatal previó que el lugar manejaría unos 15 mil contenedores al año, de los cuales 60 por ciento se distribuirán por tren hacia Ciudad Juárez, Chihuahua, y Benjamín Hill, Sonora. Consideró que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) emitirá la licitación pública internacional en el primer trimestre de 2007.

El secretario de Desarrollo Económico de Baja California, Sergio Tagliapietra Nassri, reconoció el interés del gobierno mexicano en poner a licitación esta obra, detenida a causa de un proceso judicial por la decisión de expropiar las actividades de extracción de metales del mar justo donde se construiría el puerto de altura.

Un estudio que presentó el ex diputado federal Jaime Martínez Veloz señala que mientras en la SCT avanzaban los trabajos del proyecto portuario de Punta Colonet, la Secretaría de Economía entregó ''inexplicablemente'' una concesión al Grupo Minero de Baja California (GMBC) para explotar magnetita y titanio en 3 mil hectáreas de mar en las localidades de Punta Colonet, Punta San Telmo, San Antonio del Mar y Punta Eréndira.

El grupo minero hizo alianza estratégica con SSA American, a través de BC Port Enterprise, para modificar la concesión y convertirse en postores para construir el recinto portuario. Esta empresa es la mayor operadora de carga en puertos occidentales y la más grande en puertos de Estados Unidos, con inversiones cercanas a 400 millones de dólares en cinco terminales en puertos del Golfo de México y del Pacífico.

HPH es una compañía china operadora de terminales portuarias interesada en proyectos portuarios de Veracruz, Acapulco, Progreso, Lázaro Cárdenas, Manzanillo y Ensenada. En el primer semestre movilizó 27 millones de contenedores en puertos de Shangai, Bahamas y Veracruz.

Hace poco obtuvo la concesión por 30 años del puerto de Manta, Ecuador, al ofrecer una inversión de 468 millones de dólares para habilitar una gran plataforma de aguas profundas que servirá para el comercio entre Asia y América del Sur. En Panamá se negó a pagar impuestos por remodelaciones y construcciones de las terminales que tiene concesionadas.

 
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