Usted está aquí: viernes 27 de octubre de 2006 Opinión México SA

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Carlos Fernández-Vega

La fiesta de la famiglia

Destaca el gobierno foxista en 100 años, por lo raquítico de sus resultados

Ampliar la imagen Una técnica farmacéutica de una farmacia en Wal-Mart en Maryland surte una prescripción médica. Esta cadena comercial amplió a 12 estados de Estados Unidos la oferta de medicamentos genéricos, con lo cual ya los distribuye en 27 estados de aquel país Foto: Ap

Con eso de que les fascina el fandango, sigue la fiesta de la famiglia financiera del sector público por lo que ella considera "el mejor resultado económico en muchos años" (léase en el sexenio foxista, y hasta allí). Con fanfarrias, celebra la revisión "al alza" (de 4.5 a 4.7 por ciento) que recientemente hizo el Banco de México sobre el crecimiento en 2006, señal -dice el siempre convincente vocero de Los Pinos- de que "la economía este año avanza y cierra de manera sólida y fuerte".

Por más bailarinas, castañuelas y merengue que le pongan al discurso, el resultado económico del "cambio" es por demás raquítico, al igual que en empleo y bienestar social. Para esos jilgueros un crecimiento "sólido y fuerte" es igual a 2 por ciento como promedio anual, y en materia de empleo un resultado "aceptable y razonable" (secretario de Economía dixit) es un millón de empleos generados (mayoritariamente eventuales) en todo el sexenio (14 por ciento de la demanda real), mientras 3 millones de mexicanos fueron expulsados del país por razones económicas y sociales.

Por lo visto la famiglia se conforma con muy poco, o es tal su cinismo que ni siquiera se sonrojan cuando hacen el balance sexenal, especialmente al referir "los mejores resultados" económicos, es decir, los de 2006. Pero "lo mejor" del gobierno foxista nada tiene que ver con "lo mejor" de administraciones pasadas, y la mayoría de ellas tampoco tenían mucho qué presumir.

En el mejor de los casos, y sólo si se cumple el reconsiderado vaticinio del Banco de México, la tasa anual promedio de crecimiento económico en el "cambio" llegará, con las uñas, a 2.2 por ciento, o lo que es lo mismo una tercera parte de la registrada (6.6 por ciento) en el sexenio del autodenominado "último presidente de la Revolución Mexicana" (JLP). Sin embargo, Vicente Fox y sus genios pueden celebrar que superaron el promedio de Miguel de la Madrid, lo que equivale a presumir que la economía mexicana avanzó más que la haitiana.

De darse el citado caso, el aún inquilino de Los Pinos podría festejar junto con el fantasma del jefe máximo, porque en el cuatrienio de Plutarco Elías Calles al frente de la Presidencia de la República, la tasa anual promedio de crecimiento económico fue de 2.1 por ciento. Ahora que si quiere presumirle a otro que no sea Miguel de la Madrid, debería invocar las ánimas de Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez (presidentes provisional, constitucional y sustituto, respectivamente, en el periodo 1928-1934, crack del 29 incluido) que en conjunto reportaron una tasa negativa de 0.6 por ciento.

No podría competir con el dictador Porfirio Díaz, porque en los últimos seis años presidenciales del oaxaqueño -antes de subirse al Ipiranga- la economía creció 3.2 por ciento. Tampoco con los otros presidentes mexicanos del siglo XX. Mal que bien, todos ellos (salvo Alvaro Obregón, con uno por ciento, y el citado Miguel de la Madrid, con 0.3 por ciento), en sus respectivos sexenios, reportaron una tasa anual promedio de crecimiento económico notoriamente superior a la que hoy festeja la famiglia financiera del sector público y presume como "los mejores resultados".

Así, en casi cien años de registro económico, Vicente Fox, el gobierno del "cambio" y la sagrada famiglia destacan entre los primeros lugares, pero por lo raquítico de sus resultados. Hasta el Barón de Cuatro Ciénegas, Venustiano Carranza, obtuvo más que el actual inquilino de Los Pinos para presumir: 2.85 por ciento anual promedio de crecimiento, hasta que algo se le atravesó en Tlaxcalantongo.

Para no retroceder más en la historia del país, hay que recordar que en los últimos 25 años -de Miguel de la Madrid a Vicente Fox, periodo de "reformas estructurales", apertura, "modernidad", globalización, privatización y extranjerización, amén de "renovación moral", "solidaridad", "bienestar para la familia" (la famiglia, en realidad) y "cambio"- las cosas han ido de mal en peor (y viene la "continuidad"). En ese lapso, la tasa anual promedio de crecimiento económico (como insisten en llamarle) ha sido de 2.4 por ciento, contra 6 por ciento de la presidencia de Lázaro Cárdenas a la de José López Portillo.

¿Qué falla en la presumida "modernidad" económica?, porque la famiglia ha dicho hasta el cansancio que los ogros e ineficientes eran los "premodernos", aunque hace 25 años que a éstos no se les ve en Los Pinos.

Habrá, pues, que esperar los resultados oficiales, pero aún si el crecimiento de la economía mexicana es de 4.5 o 4.7 por ciento en el último año del "cambio", tal "logro" dista mucho de la mayor tasa anual de incremento en el PIB registrada en esos 25 años: 8.53 por ciento en 1981, a un paso de ingresar a la "modernidad". Después de ese indicador, el registro más digno -en el periodo citado- corresponde a 1997, con 6.78 por ciento. No más.

Entonces, si eso es "lo mejor" del sexenio en materia económica, ¿cómo estará lo peor?

Las rebanadas del pastel

De los "Jóvenes A.C." (antes del celular, la computadora, la cibernética ¡y el condón!), vía correo electrónico: "como parte de la lucha por la defensa de nuestras condiciones de vida, trabajadores jubilados de múltiples organizaciones sindicales y adultos mayores nos dimos a la tarea de organizar una Confederación de Jubilados, Pensionados y Adultos Mayores. Ya tenemos una página: http://jupad.blogspot.com. Tenemos la intención de ir contactando personas en toda la República, a fin de estar preparados para enfrentar el embate contra nuestras jubilaciones y pensiones, que se ve venir muy fuerte"... Saludos.

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