Usted está aquí: domingo 29 de octubre de 2006 Cultura Homenaje en Rusia a Selma Ancira por traducir a Marina Tsvietáieva

Reconocen su aportación para que la obra de la poeta rusa se conozca en el mundo

Homenaje en Rusia a Selma Ancira por traducir a Marina Tsvietáieva

La estudiosa mexicana ha trasladado al español ocho obras de la autora europea

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Ampliar la imagen La especialista Selma Ancira y Esfir Krasovskaya, directora de la casa museo Marina Tsvietáieva Foto: Juan Pablo Duch

Moscú, 28 de octubre. La casa museo de Marina Tsvietáieva, una de las figuras más significadas de la poesía rusa de todos los tiempos, sirvió de escenario -y no pudo haber otro mejor-, para el emotivo homenaje que recibió en días pasados Selma Ancira, a cuyo empeño personal y talento como traductora debemos que la obra de la escritora se conozca cada vez más en español, sin perder la exquisita musicalidad de los textos originales.

Académicos, críticos literarios, traductores, antiguos profesores suyos de la Universidad Estatal de Moscú se dieron cita en el salón principal de la casa museo, en el céntrico barrio de Arbat en esta capital, para hablar -sin escatimar adjetivos, por lo demás muy merecidos- de esta mexicana, residente en Barcelona desde hace años, quien es conocida y reconocida aquí como una de las traductoras que más han contribuido a difundir la obra de Marina Tsvietáieva en el mundo de habla hispana.

Así lo destacó Esfir Krasovskaya, directora de la casa museo y anfitriona de la velada literaria, y con ella coincidieron Luciano Joublanc, embajador de México; Víctor Andresco, director del Instituto Cervantes en Moscú; Evgueni Pasternak, hijo del insigne poeta y él mismo poeta, entre muchos de los que hicieron uso de la palabra.

Con distintos sonidos, pero acaso una misma entonación, la prosa y la poesía de Tsvietáieva se escucharon en ruso y español cuando Galina Danilina, prestigiada investigadora que es una suerte de enciclopedia sobre la escritora, puso la voz en idioma original y Selma Ancira ofreció sus versiones.

En sus años de estudiante de letras aquí, al leer las cartas que envió Tsvietáieva a Rainer Maria Rilke y Boris Pasternak, Ancira descubrió su vocación de trasladar al español a los autores rusos más afines a su sensibilidad y, hacia 1984, una selección de esa correspondencia se convirtió en Cartas del verano de 1926, libro precursor publicado por Siglo XXI Editores.

Para Selma, traducir es "un verdadero acto de amor" y, con esa actitud y el entusiasmo de siempre se propuso verter al español obras fundamentales de Tsvietáieva: El poeta y el tiempo (Anagrama, 1990), El Diablo (Anagrama, 1991), Indicios terrestres (Versal, 1992), Mi Pushkin (Destino, 1995), Una Dedicatoria (Universidad Iberoamericana, 1997), La historia de Sónechka (INBA, 1999), Un espíritu prisionero (Galaxia Gutenberg, 1999) y Goncharova, retrato de una pintora rusa (Era, 2000).

Con nueve volúmenes de la gran poeta rusa traducidos, Ancira logró su meta de trasladar al español a Tsvietáieva con la misma precisión con que ella trasladaba a Rilke al ruso.

Gracias a Selma Ancira, y al aporte de otros traductores como Elisabeth Burgos, Lola Díaz, Severo Sarduy, José Luis Reina Palazón, Reyes García Burdeus, Tatiana Gritzai, Carlos Iniesta, Violetta Beck y Jorge Segovia Lago, por mencionar sólo a algunos, la bibliografía en español de Marina Tsvietáieva es ya felizmente abundante.

En los años recientes, Ancira se volcó a componer en cuatro tomos la autobiografía imaginaria de Lev Tolstói por medio de sus diarios y cartas, cuyos tres primeros volúmenes publicó ya Ediciones Era. No resulta extraño que, apenas terminó su homenaje en Moscú, Selma haya tomado el tren hacia Yásnaya Poliana, la hacienda del célebre escritor, donde se nutre del ambiente y el espíritu tolstoianos cada vez que viene a Rusia.

 
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