Usted está aquí: domingo 5 de noviembre de 2006 Cultura La vigencia de la obra de Rodolfo Usigli aterra a los neoliberales

Mauricio Jiménez dirige Estado de secreto, como parte de la temporada de la CNT

La vigencia de la obra de Rodolfo Usigli aterra a los neoliberales

Los gobiernos capitalistas creen que el arte debe generar recursos cuando su función es criticar la realidad, señala

La mirada del dramaturgo sobre el futuro de la Revolución es premonitoria, dice

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Dos escenas de la obra Estado de secreto, de Rodolfo Usigli, representada por la Compañía Nacional de Teatro

Ampliar la imagen Dos escenas de la obra Estado de secreto, de Rodolfo Usigli, representada por la Compañía Nacional de Teatro

La apuesta fundamental de los gobiernos neoliberales se basa en creer que el arte debe generar una recuperación económica cuando el verdadero objetivo de éste es insertarse en la vida nacional como una crítica, una reflexión, un lugar donde la gente se puede reunir para hablar de lo que está pasando en el país, explica el director escénico Mauricio Jiménez.

Por tal motivo, agrega, la vigencia de la dramaturgia de Rodolfo Usigli es algo que "aterra", como sucede con Estado de secreto, comedia escrita en 1935 y que en estos días se presenta dentro del ciclo Mural: tres siglos de teatro mexicano que lleva a cabo la Compañía Nacional de Teatro (CNT).

Jiménez, director de ese montaje, explica en entrevista con La Jornada que la pieza en cuestión "resulta un paradigma de lo que vive la clase política mexicana. Los reflejos de Usigli siguen vivos para entender lo que está pasando hoy a escala nacional".

Usigli llamó a su obra "comedia impolítica", pues en ella da su punto de vista irreverente de la vida social y sobre todo del devenir político del país de los años 30 del siglo pasado. Estado de secreto narra, en tres tiempos, los ajetreos políticos para conseguir la silla presidencial: el madruguete, la traición, el soborno, el asesinato y otras delicias son explícitas en esta puesta "creada para ver que el ayer es el hoy, es el mañana y el siempre de la política nacional".

Mauricio Jiménez reitera que ese ciclo es el más exitoso que la CNT ha concretado en los años recientes; está conformado por obras muy actuales: "Estamos frente a autores con una capacidad de comunicación a toda prueba, aunque con Usigli sucede que no lo conocemos bien, y lo peor es que no lo leen bien, cuando se trata de un autor que todavía tiene muchas cosas que decirnos.

"En esta puesta cuidé que la obra tuviese la vitalidad que propone el autor, que tuviese la energía y la gracia. Jugué y aposté a radicalizar lo que él llama comedia para acercar el montaje a un asunto fársico, que es más cercano a nuestra realidad.

"Cuando Usigli escribió Estado de secreto en 1935, desconocía que José López Portillo, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas y Ernesto Zedillo iban a gobernar el país, y su mirada sobre los herederos de la Revolución es verdaderamente asombrosa, horrible y desagradablemente premonitoria.

"No obstante, Vicente Fox les ganó a todos. Como bien se dice en la comedia, ahora resulta que los presidentes anteriores al de ahora son aplaudidos por la vitalidad y la inteligencia, pues la falta de gobernabilidad, autoridad y dirección en el timón ha causado lo que estamos viviendo."

Jiménez es un apasionado de Usigli, el año pasado montó Corona de sombras, con motivo del centenario del nacimiento del dramaturgo, puesta en escena que estrenó en la Muestra Nacional de Teatro y que tuvo una temporada en Querétaro; "todos estábamos sorprendidos de que el público hiciera largas filas para ver una comedia sobre el imperio".

Ahora dirige a 15 "criminales" en escena, "personajes perfectos, que están como para aplaudirles todo el tiempo. A lo largo de la obra vemos que ese presagio de Usigli está presente y que, inclusive, nos rebasa con creces.

"Creo que ante la ignorancia y el aburrimiento el público le apuesta a este tipo de obras. Si bien no siempre le atinamos y no siempre es afortunado lo que hacemos, en este caso tenemos el soporte muy fuerte de un gran autor, lo cual nos permite una diversión compleja.

"La gente está harta de las cosas simples, necesita aspiraciones más complejas, por ello nuestro trabajo no es sencillo, pero tampoco es complicado, porque no se trata de una obra de alta matemática.

"Estado de secreto es muy abierta y descarnada, con esta impostación de lo fársico es mucho más digerible y directa, porque sigue vigente criticar a la clase política que nos gobierna y que está debatiéndose por el poder.

Fox ha dejado un tiradero

"No está mal la competencia política, apostarle a uno o a otro. Lo que está mal es cómo nos llevamos y en la vorágine en la que estamos: la falta de reglas, de credibilidad, de tranquilidad. Fox nos ha dejado un tiradero, por donde mires.

"Sin embargo, auguró: supongo que quienes nos van a gobernar, del color que sean, deben hacer algo bien y rápido. Igual con respecto a la cultura: nombrar al mejor e indudablemente crear una secretaría de cultura, hacer un alto para replantear todo, por el bien de todos los que vivimos en esta República. De lo contrario, quien gobierne no va a terminar el sexenio", puntualizó Jiménez.

En Estado de secreto actúan Roberto Soto, Oscar Narváez, Carlos Aragón, Manuel Poncelis, Ramón Barragán, José Sefami, Juan de la Loza, Héctor Holten, Carlos Orozco, Rocío Leal, Azalia Ortiz, Juan Carlos Terreros, Martín Rodríguez, Fabián Storniolo, entre otros.

El montaje se presenta en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque (atrás del Auditorio Nacional), los sábados a las 19 horas y los domingos a las 18 horas. La temporada concluirá el domingo 12 de noviembre.

 
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