Usted está aquí: domingo 5 de noviembre de 2006 Economía Altos costos frenan práctica de patentar productos nacionales

El precio puede llegar hasta los $200 mil: empresario

Altos costos frenan práctica de patentar productos nacionales

EDUARDO MARTINEZ CANTERO

Debido a los altos costos que se generan para patentar un producto, las empresas han preferido no realizar esta práctica, lo cual apoyaría el registro de la innovación que se genera. Prueba de ello es que desde 1994 el Instituto Mexicano de Propiedad Industrial (IMPI) registra un promedio anual de 150 trámites, número que disminuyó en 45 por ciento en los dos años recientes.

Al respecto, Héctor Alvarez de la Cadena, presidente de la empresa Metco, dedicada a la producción de endulzantes bajos en calorías desarrollados en conjunto con el Instituto Politécnico Nacional (IPN), aseguró que en México registrar un producto innovador puede costar entre 150 mil y 200 mil pesos, cantidades que están por encima en muchas ocasiones de las utilidades que genera una pequeña o mediana empresa.

"Si lo queremos hacer bien tenemos que contratar especialistas en patentes; es una cuestión de proteger los productos, sobre todo aquellos que tienen desarrollo científico y tecnológico. Es el trabajo de mucho tiempo y de mucha inversión, y debemos impedir que alguien más lo copie. Esta práctica es un problema que enfrentan todos los empresarios, pero para las pequeñas y medianas empresas este es un costo que no podemos cubrir", subrayó en entrevista, el representante de la firma.

Agregó que los apoyos que organismos como el Consejo Nacional para la Ciencia y la Tecnología (Conacyt) destina para este tipo de trámites "son de buena intención, pero insuficientes", además, apuntó, "con las tremendas complicaciones que provocan al ejercer los recursos, el problema se agranda más".

El marco regulatorio para solicitar recursos para patentar un producto, dijo, van acompañados de una supervisión excesiva que dificulta la labor de los empresarios, eso sin tomar en cuenta "que con esas trabas, la administración y vigilancia de lo aportado por la institución (Conacyt) encarece el producto, que tarda en salir al mercado o simplemente no sale".

"Esta área ha sido sumamente descuidada: tan sólo entre 1995 y 2005, las patentes a mexicanos cayeron de 343 a 150, en promedio. Eso es muy preocupante", señaló Alvarez de la Cadena, quien añadió que estas cifras contrastan con el registro de invenciones de origen extranjero que en diez años pasó de 3 mil a 6 mil registros anualmente.

Parte del problema, criticó el directivo de la empresa que patenta por lo menos un producto al año, es que los científicos y los académicos hablan un lenguaje diferente al de los empresarios. "Esa falta de sincronía también detiene el incremento de patentes, porque, por un lado están los investigadores que quieren tener patentes sin importar si estas son rentables o aplicables, por lo menos eso pasa en el país, pues en otras partes del mundo las universidades y las empresas comparten el riesgo de inversión y patentan productos que les generan ganancias a ambos".

La empresa ha invertido 6 millones de pesos para el desarrollo de productos biotecnológicos, y está en espera de que le sean autorizadas dos patentes, entre ellas un producto bajo en calorías para niños, "los cuales padecen actualmente el síndrome de la obesidad", mencionó el entrevistado.

 
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