Usted está aquí: domingo 5 de noviembre de 2006 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

Alta vulnerabilidad de Estados Unidos, según la acupuntura militar china

Ampliar la imagen El destructor USS Ramage, parte de la flota estadunidense en el Adriático Foto: Ap

En dos impactantes artículos en Asia Times ("Los puntos de acupuntura de EU: golpearlo donde duele" y "El repelente gaseoso del asesino", 19 y 20/11/06), Victor Corpus, general brigadier retirado de Filipinas con fuertes vínculos con Estados Unidos (EU), desmenuza lo que a su juicio constituye la técnica acupunturista que China utilizará en 10 puntos sensibles de la anatomía militar estadunidense para derrotarlo.

En caso de que EU libre una guerra contra China, "la doctrina militar de Pekín sugiere que Washington deberá esperar una serie de ataques en un número de puntos principales donde un simple golpe paralizará al país entero. China tendrá como objetivos" el sistema eléctrico de Estados Unidos mediante ataques cibernéticos y de pulso electromagnético, así como a sus rutas de abastecimiento petrolero y a su dólar, en medio de su patético "aislamiento diplomático" que ha gestado al "poderoso triunvirato de China, Rusia e Irán" (sobre el cual no se explaya sobremanera y que puede ser criticado de estar todavía en fase embrionaria).

Corpus, ex jefe de los servicios secretos de Filipinas, conoce las capacidades militares de poderosos vecinos como China, Japón, los coreanos y el mismo EU que ostenta bases militares en el archipiélago de ubicación superestratégica entre el este y el norte de Asia.

Aborda la serie de errores de EU que empujó al acercamiento geoestratégico de Rusia, China e Irán. No lo dice en forma tan tajante pero da a entender que no es lo mismo Rusia e Irán a nueve dólares el barril de petróleo cuando prevalecía la unipolaridad estadunidense, que el presente precio de alrededor de 60 dólares como reflejo de la incipiente multipolaridad que ha mermado la hegemonía del dólar, sin contar las colosales reservas de divisas de China, la que ha capitalizado los "agresivos movimientos geopolíticos de EU" en su periferia, los cuales ha contrarrestado mediante el abastecimiento de energía, armas modernas y tecnología militar de Rusia.

El abastecimiento gasero ruso a China es de gran relevancia, lo cual concede una "ventaja estratégica" por encima de "EU y sus aliados". A su vez, China proporciona a Rusia "su influencia financiera y sus bienes manufacturados": ambas potencias son ya complementarias y simbolizan el "terremoto geopolítico de los tiempos modernos".

La concurrencia de Irán, con una ubicación geoestratégica privilegiada que podría impedir el abastecimiento de 23 por ciento de las importaciones petroleras de EU provenientes del golfo Pérsico, conferiría al "triunvirato" una "fuerza formidable" sin necesidad de grandes despliegues de logística, a diferencia de Estados Unidos, que debe movilizar sus tropas en todos los océanos, lo cual le significa una "desventaja geopolítica", pese a que dispone de bases y soldados en torno del "triunvirato".

Considera que "Estados Unidos puede sortear los obstáculos geográficos si golpea antes con armas nucleares a Rusia y China con sus misiles balísticos" desde cielo, mar y tierra. Pero "China y Rusia poseen la capacidad de represalias para obliterar a EU y a sus aliados".

La mayor vulnerabilidad de la superpotencia estadunidense radica en la "guerra asimétrica", y el "triunvirato" dispone de "armas asimétricas diseñadas para neutralizar y vencer a una superpotencia como EU en un conflicto convencional". Enumera la larga lista entre la que destacan misiles crucero supersónicos que pueden hundir los portaviones de estadunidense.

Un ataque singularmente devastador se centra en el C4ISR, por sus siglas en inglés, que subsume las cuatro letras C (comando, control, comunicación, computadoras), los servicios de inteligencia, la vigilancia y el reconocimiento, es decir, la panoplia tecnológica de ensueño y el "centro de gravedad" de EU que sería el primer objetivo en una guerra.

No existe comparación entre EU y sus adversarios en lo que se refiere al C4ISR, su mayor fortaleza gracias a sus sofisticados satélites, pero paradójicamente su también mayor vulnerabilidad: "con la neutralización o la destrucción de sus principales satélites, sus grupos de portaviones en batalla quedarían ciegos, mudos y decapitados". Esto forma parte de la estrategia china de "derrotar a un superior por un inferior", el shashaojian, es decir, el "repelente gaseoso del asesino".

Los chinos han estado muy activos desarrollando "armas antisatelitales", que incluyen rayos láser lanzados desde tierra para "cegar los sensores sensibles de los satélites" de EU, para colocar algo así como un Hezbollah guerrillero en el espacio sideral.

Pone en relieve que los "grupos de portaviones en batalla estadunidenses constituyen su supremacía militar. Sirven como su principal instrumento de proyección de poder global y de dominio mundial". EU dispone de 12 grupos de portaviones de batalla mientras China no tiene ninguno. ¿Entonces?

China posee cinco tipo de armas -misiles balísticos de corto y mediano alcance; misiles crucero supersónicos; los letales Shkval (torpedos submarinos misilísticos proporcionados por los rusos y ante los cuales no existe defensa); minas marinas impulsadas por cohetes, y una flota de viejos bombarderos para operaciones kamikaze modificados como vehículos automáticos aéreos de combate- en forma individual o combinada que "pueden enviar al basurero de la historia naval a los grupos de portaviones en batalla".

Esta aseveración temeraria de Corpus puede sacar de quicio a los estrategas estadunidenses, quienes tendrían perdida la batalla en el papel "dos minutos antes del último cuarto de hora del 'gran juego' cuando se encuentra atrás en la puntuación". Estados Unidos se encuentra frente al gran acertijo que han planteado los chinos con su acupuntura militar. Es probable que Corpus exagere que la falta de resolución por EU del acertijo chino le sacuda en su fundación y lo lleve al "colapso" (sic).

Además de su proximidad con los servicios de inteligencia estadunidenses, Corpus descolgó una maestría en administración de empresas en la Escuela Kennedy de Gobierno de la Universidad de Harvard, y se le podrá acusar de todo menos de furibundo antiestadunidense. Quizá se le fustigue de sobredimensionar el poder del "triunvirato Rusia, China e Irán" y, en particular, de fantasear el shashaojian de China sobre la "guerra asimétrica" en el espacio sideral al estilo del Hezbollah guerrillero. Pero no pierde la esperanza de que EU pueda resolver el acertijo chino "justo a tiempo para ganar el juego y capturar el liderazgo global", con el fin de que "el siglo xxi sea el siglo estadunidense", siempre y cuando "despierte" de su letargo.

Independientemente de sus suficiencias y deficiencias que para los leguleyos pueden sonar a ciencia ficción, en medio de su resplandeciente análisis geoestratégico-militar, la grave carencia conceptual de Corpus es que, amén de soslayar el poderío ruso en una orfandad incomprensible después de haber ligado su suerte a China, no dice en qué consiste "el despertar" de EU frente al "acertijo chino".

Tanto en su componente ofensivo (del lado abrasivo de EU) como defensivo (del lado ingenioso chino, en el más depurado estilo de Sun Tzu y su inmejorable Arte de la guerra), se asienta que la guerra en el espacio sideral ya empezó.

 
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