Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 19 de noviembre de 2006 Num: 611


Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
Cuento vivo de Andalucía
DANTE MEDINA
Parábola del bolso
CARLOS EDMUNDO DE ORY
El ordenador
FELIPE BENÍTEZ REYES
Dilemas urbanos
CRISTINA GARCÍA MORALES
Condición anfibia
JOSÉ LUIS GONZÁLEZ VERA
Unas cositas verdes que saltan y hacen croa, croa, croa
MIGUEL ÁNGEL GARCÍA ARGÜEZ
Poesía viva de Andalucía
Las Musarañas
JUAN BONILLA
Coleccionismo
MARCOS GUALDA
Lo que el viento a Juárez
Mentiras transparentes
FELIPE GARRIDO

Columnas:
A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Teatro
NOÉ MORALES MUÑOZ

Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGÜELLES


Directorio
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Cristina García Morales

Dilemas urbanos

Ciudad vive en un Fernando pequeño, apenas cuatrocientos mil habitantes.

Se mudó allí hará unos tres años. Una amiga suya se lo recomendó: "Mira, para cambiar radicalmente de aires, lo mejor es un Fernando del centro del país", le dijo.

Ciudad, tras mucho meditarlo, se mudó a un piso en las afueras de Javier, un Fernando donde no la conocía nadie.

Javier le entusiasmó. Tiene las aceras amplias y limpias, los parques tapizados de un césped brillantísimo y una oficina de correos modesta pero extremadamente eficiente, con sólo dos funcionarios, pero ágiles y competentes como si fueran dos docenas y como si no fueran funcionarios.

Hay algo en Javier que a Ciudad le gusta especialmente: la plaza de la catedral, porque es toda de mármol y las ruedas de los carricoches se deslizan por ella como pasando un lápiz por un folio en línea recta, sin el estruendo que permiten los adoquines o las losetas en relieve. Es un lugar tranquilo en el que Ciudad pasa más de una hora diaria cuando sale del trabajo, sentada en una terracita de sillas de mimbre, bebiendo vino y mirando hacia arriba, aprendiéndose de memoria los santos.

Para ir de compras, Javier es ideal. Ciudad puede tirarse una semana entera pegada en los escaparates y encerrada en los probadores sin el más mínimo agobio. Nunca hay cola para pagar ni problema a la hora de encontrar las tallas o descambiar alguna prenda, las dependientas son solícitas y no mascan chicle, y los dependientes bien peinados y comprensivos.

Ciudad no ha conocido noches como las de Javier. Como Javier no es demasiado grande ni está demasiado industrializado, ninguna luz artificial hace competencia a las estrellas. Ciudad se asoma a la ventana con un vaso de zumo fresco en verano y un vaso de leche caliente en invierno y las mira buscando héroes griegos. Pero le da igual si no los encuentra porque, tras un buen rato de contemplación, Ciudad cae rendida en la cama sintiendo paz en todos los poros y duerme casi sin variar la postura. Javier no tiene nada que ver con su anterior Fernando, que seguro sigue con las aceras igual de sucias y estrechas, las plazas igual de bulliciosas, las dependientas igual de desganadas y las noches igual de aburridas, llenas de ruido de motos, coches, discotecas y borrachos que no dejan pegar ojo.

Con todo, Ciudad a veces echa de menos su Fernando de siempre. Si va cualquier fin de semana a visitar a sus amigos le entra un temblorcillo en el alma nada más verlo, y aunque trata de pasar de largo por algunas calles y algunos edificios, ir cabizbaja viendo su reflejo en los charcos o hablar sin parar con quien sea, siempre acaba con los ojos clavados en las fuentes, los muros, las esquinas y los arbolillos tísicos plantados en las medianas, y siente cómo una avalancha de recuerdos la sepulta bajo el asfalto.

En el viaje de regreso a Javier, Ciudad no deja de darle vueltas al asunto: por un lado, el Fernando que la vio crecer y, por otro, Javier, que es lo que siempre soñó.

Algunas veces piensa que, para aclarar un poco las ideas, no le vendría mal trasladarse por un tiempo a Josefina, a Irene, a Sonia o a Raquel. Seguro que en cualquiera de ellas no tendría los dilemas urbanos que tiene ahora.

Cristina García Morales nació en Granada, en 1986. Es una de las voces más jóvenes y más originales de la literatura andaluza contemporánea. Ha ganado diversos premios por sus relatos, y en la actualidad estudia en la Universidad de Granada.