Usted está aquí: martes 21 de noviembre de 2006 Espectáculos La Muestra

La Muestra

Carlos Bonfil

El pequeño Vanya

Historia literaria bien recuperada

ENCUENTRO DE CHARLES Dickens y Vittorio de Sica en una estupenda película rusa. La historia de El pequeño Vanya (Italianetz), de Andrei Kravchuk, se inspira en un hecho real recogido en la crónica periodística: la fuga de un niño de siete años de un orfanato y su recorrido de un pueblo a otro en busca de su madre.

A PARTIR DE esta anécdota, el director describe el tráfico de infantes en la nación posoviética, con las múltiples historias de adopción en que niños rusos son vendidos a extranjeros a precios exorbitantes, en tanto se negocia con los padres empobrecidos la cesión de los derechos de tutela.

EL DIRECTOR ELIGE el caso de un infante vendido a una pareja italiana. Y en el lapso que va de la aceptación de los futuros tutores a la legalización del trámite, ofrece en secuencias muy breves y emotivas un retrato de las condiciones de vida en un orfelinato.

VANYA, EL ELEGIDO, es rápidamente objeto de envidia de los niños que esperan su turno para ser adoptados. Un elemento dramático cambia sin embargo bruscamente la situación. Una mujer llega al lugar para recuperar al hijo que abandonó años atrás y es corrida del lugar con lujo de violencia.

EL EPISODIO DESPIERTA en Vanya el deseo de buscar a su vez a su madre, quien pudiera algún día estar en el lugar de la mujer estigmatizada. A partir de este momento da inicio la odisea del pequeño y la persecución de que es objeto por parte de los traficantes de la adopción.

EL RELATO NO desmiente, en su agilidad y dramatismo, la influencia de la novela Oliver Twist y tampoco escatima los momentos humorísticos. Hay personajes que proceden de la mejor sátira, como la Madame (María Kuznetzova), quien en su febril cacería se da tiempo para seducir y someter a uno de sus cómplices.

HAY TAMBIEN EL encuentro, en las vías férreas, de delincuentes infantiles completamente endurecidos que hostigan al pequeño Vanya, robándole sus pocas pertenencias, que ilustra lo que podría ser su propio destino de no encontrar a su madre.

EL ACTOR KOLIA Spiridinov interpreta con prestancia sorprendente al pequeño héroe escurridizo, de múltiples astucias. La cinta recuerda en su sencillez y precisión narrativas los relatos de infantes sometidos a largas pruebas de resistencia en las películas del iraní Abbas Kiarostami, como la memorable ¿Dónde está la casa de mi amigo?

LA INFLUENCIA DEL neorrealismo italiano, admitida por el iraní y por el propio Kravchuk, es aquí evidente, al punto de que El pequeño Vanya semeja un homenaje a una creación como El limpiabotas, evitando, con todo, caer en el sentimentalismo.

LA BUENA DOSIFICACION de situaciones de suspenso y momentos de franco humorismo confieren originalidad y frescura al trabajo del director ruso. A esto se añade la sugerente descripción de un medio rural inhóspito, al norte de Leningrado, que ilustra no sólo la condición de orfandad del personaje, sino la desolación de una nación dividida y empobrecida.

EN ESTE TERRITORIO gris, el director ha logrado una historia redonda y emotiva. Una vieja literatura vigorosamente recuperada para el cine.

El pequeño Vanya se presenta en la sala 3 de la Cineteca Nacional a las 13, 16:30, 19 y 21:30 horas

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