Usted está aquí: miércoles 22 de noviembre de 2006 Cultura Convertida en cómic, toda la magia de Proust llega a México

''La historieta es un territorio de libertad'', defiende el ilustrador Stéphane Heuet

Convertida en cómic, toda la magia de Proust llega a México

''Sólo saco del búnker al célebre escritor donde fue colocado por quienes piensan que leer En busca del tiempo perdido confiere estatus de inteligente''

Circula aquí el primer tomo de 12

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Ilustración de Stéphane Heuet incluida en el primer tomo del libro Marcel Proust: En busca del tiempo perdido

El ilustrador francés Stéphane Heuet, criticado en 1998 por ''mentes reaccionarias", debido a que ''se atrevió" a convertir en una historieta la novela En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust, explica que sólo sacó al célebre autor del búnker donde lo habían colocado quienes piensan que leer esa narración confiere estatus de ''inteligente".

El cómic consta de 12 tomos que, contra todo pronóstico de editores y medios de comunicación conservadores, tuvo gran éxito de ventas en Francia, así como en todos los países de Europa y Asia donde ha sido publicado, traducido a más de 10 idiomas.

Antes, señala el ilustrador en entrevista con La Jornada, ''cualquier imbécil podía presumir de haber leído completa esta obra fundamental de la literatura universal, es decir, lo leen sólo para decir que lo han leído y bastaba con decirlo para que se pensara que se trataba de una persona culta, aunque no lo fuera.

''Ahora, cuando alguien afirma que ha leído a Proust, puede encontrase con un joven o un niño de cuatro años que le diga: 'yo también'."

Llevar los clásicos a los jóvenes

El primer volumen de esa obra, titulado Por el camino de Swann, Combray, llega a México, editado por Sexto Piso, con traducción al español de Conrado Tostado.

''Si a los jóvenes les gusta leer historietas más que novelas, debemos utilizar ese medio para llevarles a los clásicos", afirma Heuet, quien recibió por este trabajo, ''el primer cómic que dibujé en mi vida", el Premio Marcel Proust otorgado por el Círculo Literario Proustiano de Cabourg-Balbec.

''Fue un placer dibujar esta historia ­agrega­, en algún momento pensé que me cansaría, pero sucedió todo lo contrario: fue apasionante. Los escollos no estuvieron donde los imaginé. Me atacó la gente del mundo de la historieta, el que pensaba que era más libre.

''Cuando presenté la historieta al editor Guy Delcourt éste dijo que era una propuesta en contra de lo establecido por las grandes editoriales como Gallimard, las cuales piensan que el cómic es siempre un género alternativo, un contrapoder.

''Muchos pensaron que era un sacrilegio, pero no contra Proust, sino contra la historieta misma, con demasiado texto. Me sorprendió que algunos creyeran que el cómic es una forma de liberarse del texto o de la literatura misma.

''Me pareció muy grave porque la historieta es un territorio de libertad, donde no sólo se ha experimentado en las técnicas artísticas, sino que se ha utilizado como instrumento político.

''Inclusive ahora, en Francia, es mucho más el dinero que circula en la edición de historietas que en la de novelas.

''Por eso me parece importante no ignorar el gran potencial que este medio tiene para hablarle a los jóvenes. Si tenemos algo importante que decirles ahí es donde hay que estar.

''Al final terminamos siendo amigos el editor y yo: la historieta fue un éxito en el mercado, a pesar de la polémica que se armó entre el diario Le Figaro, de derecha, que criticó acremente la edición, y el periódico Libération, que entró al quite en defensa del proyecto.

''El público se entusiasmó más que la crítica especializada. Algunos proustianos dijeron '¡qué horror!', pero la historieta despertó gran curiosidad en los lectores, principalmente entre las mujeres, quienes no están tan acostumbradas a leer cómics.

''Eso me satisface mucho, porque ellas son quienes prescriben lo que se debe leer, ya sea a sus hijos o a los alumnos, como sucede en Francia, donde la mayoría de los maestros de literatura son mujeres.''

Cada cuatro meses un tomo

''Para muchos de los jóvenes y niños ­prosigue Heuet­ que se han acercado a esta versión de En busca del tiempo perdido ha sido muy grato constatar que, como lo describe Proust en su obra, no sólo ellos necesitan el beso de mamá antes de dormir".

El primer tomo de la historieta En busca del tiempo perdido, de Proust, ilustrado por Stéphane Heuet, se presenta hoy a las 19 horas en la Casa de Francia (Havre 15, colonia Juárez), participan Francico de la Mora, editor de Sexto Piso; Christian Moire, agregado cultural de la embajada de Francia, y el ilustrador.

El jueves 23 de noviembre se presentará a las 18:30 horas en la librería Rosario Castellanos del Fondo de Cultura Económica (Tamaulipas 202, esquina Benjamín Hill, colonia Condesa), con la participación de Nicolás Alvarado.

En la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara ese cómic se dará a conocer el domingo 26 a las 17 horas.

Cada cuatro meses, aproximadamente, se editará un tomo de la obra hasta completar 12.

 
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