Usted está aquí: jueves 23 de noviembre de 2006 Mundo Rechazan Madres de Plaza de Mayo pruebas del Mossad y la CIA en el caso de la AMIA

De Bonafini se dice "preocupada" por la actitud del gobierno argentino frente a Irán

Rechazan Madres de Plaza de Mayo pruebas del Mossad y la CIA en el caso de la AMIA

Se multiplican las irregularidades en la investigación del atentado perpetrado en 1994

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 22 de noviembre. La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, dijo hoy que esa agrupación humanitaria no acepta las investigaciones del Mossad (servicio de inteligencia de Israel) ni de la Agencia Central de Intelgencia (CIA) utilizadas como pruebas "deductivas" por un juez argentino para solicitar la detención y extradición de ex funcionarios iraníes, a quienes acusa del cruento atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en julio de 1994.

Bonafini, quien simpatiza con el gobierno del presidente argentino, Néstor Kirchner, se unió así a lo actuado por el dirigente de la Federación Tierra y Vivienda, Luis D'Elía, quien debió renunciar a su cargo después de expresar sus dudas sobre esta investigación, "contaminada" por los intereses "obvios" de Estados Unidos e Israel.

Bonafini se manifestó en un comunicado "hondamente preocupada" por la actitud del gobierno argentino frente a Irán en esta causa, y señaló que "si se dice que no toma partido, que sea verdad en la acción", y pidió no tomar partido por "gobiernos que no son amigos de nadie y que están siempre preparados para la guerra".

El juez Rodolfo Canicoba Corral, por indicación del fiscal Alberto Nisman, quien se basó en pruebas rechazadas por otros países y organismos como la Interpol, pidió la captura internacional de nueve ex funcionarios iraníes, entre ellos del ex presidente Ali Akbar Hachemi Rafsanjani.

Las acusaciones de Israel y Estados Unidos surgieron casi al día siguiente del atentado en julio de 1994, basadas en deducciones de dos países probadamente enemigos de Irán, como Estados Unidos e Israel y de supuestos testigos iraníes, reclutados por los servicios de inteligencia de ambos países.

Así, la justicia argentina se ha desprestigiado al solicitar varias veces la captura de ex funcionarios iraníes, lo que nunca pudo concretarse por la debilidad de las supuestas pruebas y argumentos de los exhortos, y en todos los casos han ido cambiando los nombres de los requeridos, lo que hizo señalar a un vocero de la embajada de iraní las "graves consecuencias que hubieran tenido esas detenciones, después de comprobar que no existían pruebas".

Otras complicaciones se siguen uniendo a la causa cerrada por graves irregularidades. El pasado 12 de noviembre hubo un intento de robo en el domicilio del encargado de negocios de Irán, Moshen Barhavard, quien fue director de Asuntos Jurídicos en la cancillería iraní entre 2003 y 2204. Esto llevó a Irán a pedir seguridad para sus diplomáticos aquí.

Baharvard fue defensor del ex embajador Hadi Soleiman Pour, cuando éste fue detenido por pedido argentino en Londres en 2003, donde debió ser sobreseído con disculpas y una indemnización de 189 mil libras esterlinas, ya que no había pruebas suficientes.

Después el diplomático encabezó la delegación que fue a entrevistarse con la Interpol cuando nuevamente la justicia argentina ordenó detener a 12 ex funcionarios iraníes en 2004, lo que nuevamente no se pudo concretar por la misma causa. En este caso, Interpol rechazó los pedidos de captura girados por el juez Juan José Galeano (destituido por las irregularidades cometidas) y recomendó no sólo remplazarlo, sino rexaminar las pruebas, señala una investigación del periódico Clarín aquí.

La causa está tan contaminada que en las últimas horas reapareció Claudio Lifstich, el ex subsecretario de Galeano que fue clave para revelar las irregularidades cometidas, denunciando que quisieron matarlo después de amenazas para que cambiara el testimonio en que acusa a Carlos Corach, ex ministro del Interior de Carlos Menem, de responsabilidad en desviaciones del caso.

Pero lo que ha terminado de enredar esta situación es la sobreactuación del gobierno de George W.Bush, al ofrecer la Casa Blanca su colaboración para detener a los requeridos por la justicia argentina.

El vocero de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo que estaban "listos para ayudar de cualquier manera el proceso argentino", llamando a todos los países a apoyar al gobierno de Kirchner. Recordó que Irán está en la lista del "eje del mal", dando por sentado que la acusación contra Hezbollah y ese país es válida, y que "siguen siendo peligrosos".

El pasado 19 de noviembre en un suplemento especial de Clarín se sostuvo que Estados Unidos usará el caso AMIA en su ofensiva contra Irán, de acuerdo con fuentes del Departamento de Estado en declaraciones a ese periódico y que estos pedidos de captura "servirán al gobierno de Bush, que intenta frenar los programas nucleares en Irán".

También se afirma que hubo presiones de la dirigencia judía de Nueva York sobre el gobierno argentino.

Al repudiar el trágico atentado que dejó 85 muertos y centenares de heridos Bonafini demandó que se escuche al gobierno iraní y se mostró extrañada de que sólo se preste atención "a quienes acusan a todo el mundo de terrorista mientras continúan masacrando pueblos enteros", y pidió respeto a las víctimas y sus familias.

 
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