Usted está aquí: viernes 24 de noviembre de 2006 Política Graco Ramírez: debe formarse un nuevo frente opositor con el PRI

En la campaña no se tendió un puente para los priístas que abandonaban su nave

Graco Ramírez: debe formarse un nuevo frente opositor con el PRI

ARTURO CANO

Ampliar la imagen En imagen de archivo, Graco Ramírez, fundador del PRD Foto: Roberto García Ortiz

Si hubo un error durante la campaña de la coalición Por el Bien de Todos fue detener la suma de priístas que abandonaban el barco. "Andrés Manuel López Obrador no continuó en esa línea cuando se sintió seguro. Había gobernadores priístas del norte que querían el acuerdo y no construimos ese puente". Esa equivocación, sostiene el senador Graco Ramírez, no debe repetirse. Por ello, el PRD debe ir por los "millones" de priístas que votaron por López Obrador para formar con ellos "un nuevo frente opositor", al tiempo que entra al debate sobre qué es y adónde va la izquierda.

Ex dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores y fundador del PRD, Ramírez ha sido una figura cercana a los principales líderes perredistas. "Yo le presenté a López Obrador al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas", recuerda en una charla salpicada de anécdotas sobre episodios cruciales del perredismo.

El nuevo frente de oposición "que sume al PRI o, para ser más precisos, a los priístas dispuestos a hacerlo", es la propuesta central de Ramírez, quien señala la necesidad de aprovechar la crisis del tricolor, "más profunda que la nuestra", así como el hecho de que "tenemos un liderazgo en pleno movimiento cuando el de ellos no aparece por ningún lado".

­Pero la cúpula del PRI aparece más cerca del PAN que de ustedes.

­No creo. Ellos saben que por ese lado no van a ninguna parte.

­¿Quiénes lo saben? ¿Manuel Bartlett, José Murat?

­No. Haríamos ideología, no política, si no reconocemos que hay una gran base priísta que votó por López Obrador, aunque no lo hizo por nuestros candidatos a diputados y senadores.

"Hay legisladores priístas que vivieron el voto diferenciado en favor de López Obrador y perciben en sus ámbitos de representación que hay una fuerza social viva y actuante de la cual no pueden prescindir".

El senador pone el ejemplo de Morelos, donde los seguidores de un dirigente cañero votaron por él y por López Obrador, aunque no por el candidato a diputado del PRD. "Ahí le ganamos al PAN. Si no entendemos eso, no entendemos qué pasó. Hay una parte formal del PRI y hay una parte real que caminan al encuentro de un proyecto como el de Andrés Manuel".

Faltaron puentes en el norte

­Entonces se trata de seguir apostando a los desprendimientos del PRI.

­Sí. A construir una alianza, por ejemplo en Yucatán, para ganarle al PAN la gubernatura. Y en Baja California una alianza que no pase por Jorge Hank, porque ahí no vamos a ir jamás.

­¿Entonces candidaturas como la de José Guadarrama no tuvieron costo electoral para el PRD?

­Bueno, Guadarrama ganó la mayoría.

­Concedido. Ganan y pierden. Ganaron Chiapas y Juan Sabines ya se les fue.

­Es como si juzgáramos al equipo más cercano de López Obrador: Socorro Díaz, Manuel Camacho, un conjunto de personas que para muchos era una afrenta que estuvieran ahí. El estado mayor de Andrés me lo explico muy claramente.

­No fue un error.

­Para mí gusto el error fue que Andrés Manuel no continuó en esa línea cuando se sintió seguro. Había gobernadores priístas del norte que querían el acuerdo y no construimos ese puente. Ya no encontraron cabida en un proyecto que se pensaba ganador anticipadamente. Ese error no puede ser cometido ahora. Tenemos que continuar trabajando en función de la alianza con sectores del PRI y sectores del PAN que puedan actuar con dignidad, que son menos ahora.

­No con el movimiento social, no con los cientos de miles de las marchas.

­Estoy hablando de lo electoral; en el movimiento social claro que estamos ahí. Ya puse de ejemplo el caso del líder cañero. Son dos ámbitos con contradicciones, espacios complejos, pero no excluyentes.

La posibilidad de acuerdos legislativos y en otros ámbitos, insiste Ramírez, no pasa por el reconocimiento de Felipe Calderón. "Su ilegitimidad es tan clara como el agua. No voy a reconocer nunca a Calderón, porque para mí el presidente es López Obrador. Pero voy a negociar más recursos para la universidad pública de Morelos, que está en grave crisis económica".

Transición versus salvación

Para decirlo rápido, en 1995 el PRD tuvo que decidir entre dos tesis contrapuestas: la "transición pactada" y el "gobierno de salvación nacional", dos posturas encabezadas por Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas. Se pregunta a Ramírez si, guardando las distancias, el PRD se encuentra ahora en un dilema similar.

En esta hora, dice, "se debe encontrar la combinación de ambas posibilidades". Y abunda: después de las elecciones de 1994, el PRD logró abandonar la "postura contestataria de la cual fuimos partícipes y no nos equivocamos". Ese abandono se tradujo en la reforma electoral que culminó en 1996, gracias a la cual se logró "quitarle al gobierno el control de la elección".

Ramírez recuerda la discusión con Cuauhtémoc Cárdenas sobre la integración del primer consejo ciudadano del Instituto Federal Electoral. "Fue muy interesante, porque el ingeniero decía que con esa decisión quizá íbamos a legitimar lo que nos iban a hacer en la elección. Aceptamos no tanto en función de lo que ocurriera en julio de ese año, sino en función de construir un órgano electoral que de otro modo no tendríamos. No haberlo hecho hubiese retrasado la transición política. Cuando el PRI aceptó un consejo presidido por un ciudadano, se abrió paso a la alternancia política en serio y ganamos en 1997 el Distrito Federal".

­¿Hay riesgo de que se repita la caída electoral ocurrida entre 1988 y 1991?

­Entonces apenas teníamos una representación en el parlamento. Hoy somos una realidad. Somos parte de la estructura del Estado. Tampoco estamos en el dilema de 1994, porque somos gobierno en más de cinco entidades del país, representamos mayorías en congresos, gobernamos a millones de mexicanos, somos parte de una estructura de poder que queremos transformar desde dentro, porque somos parte de ella de manera legítima y democrática. Es la contradicción que hay y se va a resolver no como un falso dilema. Se va a resolver si la gente ve que nosotros empujamos las transformaciones que preparen las condiciones para que la próxima elección tenga mejores condiciones democráticas.

Cárdenas y su lugar en la historia

Amigo de López Obrador desde que éste era "presidente del PRI en Tabasco", Ramírez fue uno de quienes intentaron un rencuentro entre Cárdenas y el tabasqueño. "Lamentablemente no se dio, por estilos de cada uno, pero siento que en términos políticos había más coincidencias, pero en el ingeniero se impuso el peso de su propia personalidad".

Alguna vez integrante del círculo cercano de Cárdenas, Ramírez lamenta que el michoacano no haya reconocido que "a su partido le robaron la elección presidencial; no enfrentar eso también marca, para la historia, el lugar de Cuauhtémoc, el del PRD y el de López Obrador".

­Pero no ve a Cárdenas fuera del PRD.

­Será una decisión que él tome. Creo que él ha encontrado mucha generosidad del partido y de Andrés Manuel. No he escuchado un solo reclamo de López Obrador ni de la dirección del partido a Cárdenas. Hemos actuado todos con un gran respeto. Pero ojalá un día Cárdenas explique su postura a quienes lo acompañamos con gran entusiasmo y decisión a fundar el PRD.

Mentor político de Jesús Ortega ("él me hizo político profesional", dice el ex senador), Graco Ramírez impulsa ahora con otros dirigentes la instalación de mesas de debate sobre el futuro de la izquierda.

"Muchos privilegian cosas como a quién va a escoger Andrés Manuel de candidato (a la dirección del PRD), para que unos lo apoyen incondicionalmente y sean los más consecuentes u otros desafíen la candidatura de Andrés y sean los más inconsecuentes. Es un falso debate, un atraso muy grande. Debemos identificarnos por lo que nos une, no por personalidades".

Ramírez sostiene que el debate sobre el futuro debe rebasar las fronteras del PRD. "Si no entendemos lo que pasa con la APPO y otras expresiones, o nos asumimos ignorantes u omisos, estamos mal. Tenemos que dar el debate sobre lo que plantea la guerrilla. ¿Es factible la vía constitucional todavía? Sostengo que sí. ¿Es factible construir la utopía de la izquierda desde la perspectiva de un frente amplio? Es posible, pero recuperemos nuestra identidad, no nos diluyamos en diferencias de personalidades, porque no seríamos nada, seríamos fragmentos de origen de izquierda acomodados con personalidades políticas".

Sobre el agrupamiento de las corrientes del PRD en dos grandes polos, Graco Ramírez puntualiza: "Sería equivocada una absurda polarización en la cual se imponga el pragmatismo."

 
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