Usted está aquí: lunes 27 de noviembre de 2006 Opinión Sobrexplotación de agua en Cuatro Ciénegas

Iván Restrepo

Sobrexplotación de agua en Cuatro Ciénegas

La doctora Valeria Souza es una investigadora mexicana reconocida internacionalmente por los aportes que ha hecho en su especialidad. Labora en el Instituto de Ecología de nuestra Universidad Nacional Autónoma de México y lleva años desentrañando las invaluables riquezas que todavía encierra la reserva natural de Cuatro Ciénegas, ubicada en la parte desértica de Coahuila.

Hoy Cuatro Ciénegas es objeto de atención nacional e internacional debido a los peligros que existen de que desaparezca para siempre. Con datos fidedignos, Souza alertó hace cuatro años a nuestras autoridades y a la opinión pública sobre la necesidad de detener la extracción de agua en dicha región, para evitar la pérdida de la flora y la fauna que solamente allí existen y porque se cancelaría la oportunidad de estudiar mucho más sobre los orígenes de la explosión de biodiversidad en nuestro planeta. Las únicas armas que ella y otros investigadores utilizan para defender esa porción del país, que pertenece a toda la humanidad, son sus estudios, los datos que recogen en sus trabajos de campo y sus publicaciones internacionales. En esta batalla un papel clave lo han jugado los grupos ambientalistas de Coahuila, a los que se han sumado líderes de opinión y, para fortuna, recientemente, el gobierno y el Congreso de la entidad, así como las comisiones de Ecología y Medio Ambiente del Senado y la Cámara de Diputados.

He mencionado en colaboraciones anteriores el origen del problema en Cuatro Ciénegas, enriquecidas con la información de la reportera Angélica Enciso y de Leopoldo Ramos, nuestro corresponsal en Coahuila: la extracción desmedida de agua para sembrar alfalfa destinada a las vacas de La Laguna, donde funciona Lala, influyente empresa lechera. Luego de acabar con el agua de lo que fue un emporio agrícola, los dueños de Lala resolvieron extender sus tentáculos al acuífero existente en lo que desde hace 12 años es una reserva natural única. Contaron para ello con el respaldo del anterior gobernador del estado y de las instancias federales, concretamente de la Comisión Nacional del Agua y de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales. La primera, vaya casualidad, la preside un ex directivo de Lala. Y en cuanto a la segunda, se distingue hoy por dar vía libre a los negocios de la iniciativa privada sin importar el daño que causen. Lo mismo si se trata de destruir manglares (protegidos por la ley) para edificar hoteles y sus servicios conexos en las áreas costeras, que de hacerse de la vista gorda si se destruyen áreas naturales.

Esta orientación empresarial de la administración pública explica por qué si en Cuatro Ciénegas hay cada vez menos agua, no se toman las medidas para evitar lo peor. La más urgente consiste en limitar la extracción del líquido, lo cual debe ir de la mano con programas para diversificar la economía local. Pero quienes sirven a los empresarios intentan hacer creer que la falta de agua se debe a las escasas lluvias de los últimos años, y que, por ejemplo, no hay interconexión entre los tres acuíferos de la región. Ignoran las evidencias que muestran el abatimiento del acuífero desde que comenzó la siembra de alfalfa, lo que se manifiesta en la desaparición de algunas pozas y la biodiversidad que albergaban, la pérdida de las plantaciones de nogal y cada vez menos agua para la población.

En un reciente foro convocado por el Congreso de Coahuila para analizar los problemas de Cuatro Ciénegas y buscarles solución, se evidenció que las autoridades federales y del municipio buscan a cualquier costo proteger los intereses de Lala y la cadena de tiendas Soriana. Por eso no se extrañó la ausencia en el foro de algunos de sus directivos. Bastaban los que, siendo funcionarios, se portaron como sus voceros. De paso relucieron otros intereses locales opuestos a la conservación. Como los que desean explotar las dunas de yeso que allí existen. Aunque el lector no lo crea, la principal interesada en tal negocio es la directora de la reserva. El gobierno federal no debe ser más cómplice de los negocios y la ineptitud de unos cuantos. Debe, en cambio, con el apoyo de la sociedad, garantizar la conservación de Cuatro Ciénegas.

 
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