Usted está aquí: lunes 27 de noviembre de 2006 Política Fox propició una devaluación sin precedente de la política exterior

Sus tres principales metas quedaron en buenos propósitos, dicen analistas

Fox propició una devaluación sin precedente de la política exterior

Los desaciertos del mandatario provocaron rompimientos con otras naciones

JOSE ANTONIO ROMAN

Ampliar la imagen Hugo Chávez tuvo un desencuentro con Vicente Fox y llamó al Presidente de México "cachorro del imperio" Foto: La Jornada

Ampliar la imagen Fracasó una de las metas principales del actual gobierno en materia de relaciones exteriores: firman un acuerdo migratorio con Estados Unidos. En la imagen, migrantes esperan cruzar ilegalmente la frontera Foto: Miguel Cervantes

Con sus múltiples desaciertos, garrafales deslices diplomáticos, desencuentros y apuestas equivocadas, el gobierno del presidente Vicente Fox "echó por tierra" buena parte del prestigio e influencia internacional que durante décadas construyó una reconocida política exterior mexicana. La aprobación del muro fronterizo por el Congreso estadunidense refleja el enorme fracaso de una política exterior que apostó todo a una carta y perdió.

Inclusive, en materia de derechos humanos, que a lo largo del sexenio fue una de las principales banderas del foxismo en sus relaciones internacionales, hoy, en la recta final, le estallan en la cara las denuncias de las principales organizaciones internacionales por las violaciones en los casos de Atenco, Lázaro Cárdenas, Oaxaca y, antes, Guadalajara, con los altermundistas. Candil de la calle, oscuridad de la casa.

En materia de política exterior, el gobierno foxista no sólo se va con las manos vacías, sino también con el descrédito de no haber logrado casi nada. Sus éxitos a lo largo de seis años se dieron a cuentagotas. El caso del Consejo de Seguridad de la ONU y su rechazo a la acción militar contra Irak fue más por las presiones de la sociedad mexicana que por convicciones propias del gobierno.

La reforma migratoria en Estados Unidos, la "enchilada completa" por la que iba el gobierno mexicano, se convirtió en un mayor fortalecimiento de las medidas de vigilancia fronteriza, que ya empiezan a reportar un aumento en el número de migrantes muertos en su intento por cruzar hacia el vecino país del norte.

La lista de los yerros en esta materia es particularmente larga, desde el "comes y te vas" recetado por Fox al presidente Fidel Castro, en la Cumbre para el Desarrollo, para que no generara problemas con el presidente George Bush; la fallida candidatura, de Luis Ernesto Derbez a la secretaria general de la OEA, que perdió ante el chileno José Miguel Insulza; el acceder a que la Patrulla Fronteriza usara "balas de goma" para detener a los migrantes; la aceptación de que agentes policiacos estadunidenses operaran en aeropuertos mexicanos como parte de la lucha antiterrorista; las "tibias" o inexistentes respuestas de la cancillería a los múltiples asesinatos de agentes fronterizos en contra de migrantes; la disposición de Fox a "reunir" y "conciliar" a las dos Coreas; su desliz "racista y discriminatorio" al referirse al trabajo que hacen los mexicanos en EU y que "ni los negros quieren hacer"; el escándalo por la aplicación extraterritorial de leyes extranjeras en el hotel Sheraton de la ciudad de México, cuando de sus habitaciones fueron expulsados varios ciudadanos cubanos; las críticas mutuas con el presidente argentino Néstor Kirchner por sus posturas frente al tema en la cuarta Cumbre de las Américas en Mar del Plata, y hasta el "agarrón verbal" con el astro de futbol Diego Armando Maradona, en el contexto de esa misma reunión, así como el calificativo de "cachorro del imperio" lanzado días después por el presidente venezolano Hugo Chávez a Fox, por ser éste el principal promotor del proyecto estadunidense del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Y como éstos, muchos ejemplos más.

Desde el principio de su sexenio, Fox delineó tres grandes objetivos en materia de política exterior: proyectar una "nueva imagen" de México frente a la comunidad internacional, "priorizar" la relación estratégica con EU y fortalecer la presencia de nuestro país en los principales organismos multilaterales.

El primero de esos propósitos condujo al país a sumarse al club de las democracias respetuosas de los derechos humanos y a asumir una posición activa, reconocimiento que propició que México presida el recién creado Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Pero la cruda realidad lo ha alcanzado y se refleja en los graves casos de Atenco y Oaxaca, principalmente.

El segundo propósito fue buscar un acuerdo migratorio con EU y en términos generales profundizar la integración de América del Norte. El gobierno de Fox supuso que la afinidad ideológica con Bush daba a nuestro país una oportunidad en la agenda política estadunidense y que en consecuencia podría alcanzarse un acuerdo migratorio integral. Pero los atentados del 11 de septiembre de 2001 dejaron en claro que las prioridades de Washington eran y son otras.

Para algunos analistas y también para miembros de la misma administración de Fox, los atentados fueron determinantes para no alcanzar dicho acuerdo, pero hay otras personas que señalan que con o sin atentados terroristas nunca fue una opción real, tal como sugiere el desarrollo reciente de los debates sobre el tema en EU. Aun así, el gobierno foxista argumentó insistentemente que, a pesar del 11 de septiembre, su logro fue colocar el tema migratorio en la agenda nacional estadunidense.

El tercer objetivo era lograr que México ocupara en la esfera internacional el lugar que le corresponde a un país de su tamaño y sus capacidades económicas. En ese contexto se organizaron importantes reuniones internacionales, como la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, la quinta Conferencia Ministerial de la OMC, la Cumbre de la APEC, la Cumbre Extraordinaria de las Américas y la Cumbre de la ALCUE, entre otras.

Sin embargo, lo más destacado fue la participación de México en la ONU, en la cual el país logró mantener una postura en contra de la intervención de EU en Irak. Otro de los pocos "garbanzos de a libra" fue el fallo que en favor de México tuvo la Corte Internacional de Justicia de La Haya, organismo de la ONU, que dictaminó en marzo de 2004 que Estados Unidos violó el derecho internacional al no notificar a tiempo a algunos mexicanos condenados a muerte su derecho a recibir asistencia consular. La resolución de La Haya recomendó al país vecino revisar y reconsiderar los casos de 52 connacionales que enfrentan la pena capital.

Otros hechos que fueron calificados por la cancillería de éxitos de la diplomacia mexicana fueron la designación de José Angel Gurría en la dirección de la OCDE, y la elección del ex canciller Bernardo Sepúlveda Amor como juez de la Corte Internacional de Justicia, así como el diseño y establecimiento de un plan energético con Centroamérica.

Así, este gobierno que está a horas de concluir apostó por una prioridad en las relaciones con EU y perdió. Este factor, sumado a los votos contra Cuba en la entonces Comisión de Derechos Humanos, sus diferencias con el gobierno venezolano, la fallida candidatura de canciller Luis Ernesto Derbez y los "garrafales deslices diplomáticos" de Vicente Fox, distanciaron a México de buen número de países de América Latina. Se han afectado profundamente las relaciones con Cuba y Venezuela, y que se pusieron inútilmente bajo tensión con Bolivia, Argentina y Chile.

Al norte, a una sola carta, el gobierno foxista perdió su apuesta al acuerdo migratorio. La aprobación del muro fronterizo fue la respuesta estadunidense a una política errática y desacertada y, en otros casos, prácticamente sumisa.

 
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