Usted está aquí: jueves 30 de noviembre de 2006 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Mano ¡firmes!

PeFe(li)Pe

El verbo caer

Oaxaquizar México

Ampliar la imagen Conferencia de prensa de los coordinadores parlamentarios en San Lázaro; en la foto, Gloria Lavara, Emilio Gamboa, Jorge Zermeño, Marina Arvizu, Javier González, Héctor Larios y Ricardo Cantú Foto: José Antonio López

El problema de Calderón es que no tiene opciones. Usuario fanfarrón del discurso de la mano firme y el respeto a las leyes, en sus días definitorios el abogado michoacano se ha ido cerrando puertas de negociación, tanto con el nombramiento de su gabinete de exclusión y amenaza como con el manejo equívoco del porrismo pirrurris que los panistas han instalado en San Lázaro.

Acorralado por su discurso de agente del Ministerio Público (que ha sido ampliamente aplaudido por empresarios y derechistas ávidos de que la chusma alzada sea ejemplarmente contenida) y mal asesorado y peor ayudado en la ejecución por el equipo bonsai que lo acompaña ­el matador hispano Mouriño, un ejemplo destacado de miniaturización del poder­, el prematuramente solitario Calderón corre el riesgo de que su mandato amplia y apasionadamente impugnado sufra la mella trascendente de que la ceremonia protocolaria de transmisión de poderes deba ser realizada en un escenario distinto al usual (tal vez el Auditorio Nacional, cuyo entorno ha sido tomado desde días atrás por militares), o en el de siempre, el salón de plenos de San Lázaro, pero en un marco de violencia institucional a cargo del Estado Mayor Presidencial. Ambas posibilidades, desde luego, constituirían un estigma perdurable que alentaría las expectativas de sus adversarios en el sentido de que fuese posible acortar el periodo felipista (del "Ya cayó, ya cayó; Ulises ya cayó", de Oaxaca, se ha pasado a la adaptación nacional, con tiempos verbales diferentes ­"va a caer"­ y un distinto destinatario).

El problema, desde luego, no es inmobiliario ­el pleno de San Lázaro, otro lugar de esta misma cámara, el Auditorio Nacional u otro foro­ ni de controversia jurídica que pudiese inhabilitar a Calderón para ejercer la Presidencia por los incidentes de un día que él imaginó "muy divertido". Pase lo que pase (para usar la displicente terminología de Santiago Creel), Calderón ejercerá en lo inmediato la Presidencia de la República, pero la manera como resuelva el sudoku de San Lázaro definirá su fuerza política, su ánimo de poder y el perfil con el que ejercerá la muy anunciada "mano firme, pasión por la PFP".

Lo que hoy se puede cargar a la cuenta política de PeFe(li)Pe Calderón ya es muy preocupante. La disputa por la tribuna de San Lázaro y los nombramientos del gabinete sectario han opacado lo que sucede en Oaxaca, donde el giro calderonista ha instalado un estado de sitio y ha violentado derechos constitucionales y humanos, luego de la taimada tardanza del omiso Fox en tomar decisiones que en realidad siempre quiso endosar al sucesor (el de las manos ¿impías?). Si Oaxaca puede servir de antecedente para prever lo que será el gobierno felipense, y si ese pronóstico es confirmado en el manejo de la crisis de San Lázaro, entonces estaremos en presencia de un equipo de choque decidido a castigar disidencias, vengar agravios e imponer una política de terror.

Sabido que es "de mecha corta" el esposo de la señora Margarita (chaparrito, pelón y de lentes, según histórica descripción del dirigente del PAN, Manuel Espino), peor resulta el saber que durante largos meses ha ido conteniendo su tendencia natural a la explosión con tal de sobrellevar el espinoso camino rumbo a la silla despostillada, pues pareciera ­como lo ha demostrado con sus primeros nombramientos, pensados más para un escenario de confrontación que de concordia­ que sólo espera tomar el poder para comenzar entonces una ¿larga? temporada de desahogos.

Por otra parte, hoy llega a su fin el experimento Fox. Los resultados son lamentables en general pero, en particular, el saldo es perdurablemente negativo en el terreno de la división y el odio sociales que el PAN-gobierno instaló entre los mexicanos con tal de hacer ganar al candidato del continuismo y de aplastar la denuncia y la resistencia contra el poliédrico fraude electoral cometido.

Seis años atrás, el hombre que entonces calzaba botas ­ahora, ni eso­ generaba entre un gran segmento de la población una esperanza fantasiosa sobre cambios y mejorías. Hoy, no sólo hay desánimo y frustración, sino un escenario institucional de desastre que tiene como puntos más llamativos San Lázaro y Oaxaca pero que se extiende a muchos otros lugares y muchas otras instancias de la vida pública. Ausente, manipulable y frívolo, el ex gobernador de Guanajuato ha llevado a los niveles más bajos la figura presidencial y en esa desidia, aprovechada por otros (sobre todo por su dominante y ambiciosa esposa actual), con el fraude electoral abrió las puertas a la gran división nacional.

Astillas

En el primer día del sexenio que termina este tecleador escribió: "A partir de hoy y durante seis años, Vicente Fox será el presidente de todos los mexicanos. Quienes no votamos por él, y quienes hemos criticado ácidamente lo que consideramos son sus errores personales e institucionales, debemos seguirlo haciendo en los mismos términos, para de esa manera alertar y combatir, acaso ayudar a corregir. Por lo pronto, y por hoy, hoy, hoy, el día de su toma de posesión, esta columna ha deseado dar paso al deseo de que el gran ánimo popular, esperanzado con un cambio positivo, pueda encontrar, a lo largo de seis años, la satisfacción deseada." La columna cerraba así: "Marta Christmas y Happy New Fox"... La Alianza Braceroproa, dirigida por Ventura Gutiérrez, organizó una peregrinación de Guanajuato a la Basílica de Guadalupe para manifestarse contra la pretensión de V. F. (el tecleador ya casi ni se acuerda qué significan esas iniciales) de ir a dar gracias a esa Virgen porque supuestamente le habría ayudado a realizar un buen gobierno. Anoche, al llegar a esa Basílica, la peregrinación vio que las puertas fueron cerradas para que no pudieran pasar. Y la pregunta es, ¿irá V. F. a dar las anunciadas gracias, o tendrá otro oportuno desmayo?.. ¡Uy, qué mello: que ai viene Marcos!.. Y, mientras el gobierno que dio atole con el dedo en materia de castigo a responsables de la guerra sucia cree lavarse las manos con una sentencia de última hora contra Luis Echeverría, ¡hasta mañana, en esta columna que ve a panistas tomando tribunas legislativas por doquier, tanto en San Lázaro como en Tamaulipas!

Fax: 5605-2099 * [email protected] * www.juliohernandez.com.mx

 
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