Usted está aquí: sábado 2 de diciembre de 2006 Cultura El aparato mercantil editorial desvirtúa los actos de escribir y leer: Subirats

EL TURNO DE LOS LIBROS

''Siento incomodidad al ver las obras de mala literatura en los pasillos de la FIL''

El aparato mercantil editorial desvirtúa los actos de escribir y leer: Subirats

Cuando termino un libro advierto lo limitado que es este viaje de conocimiento, aclaró

ERICKA MONTAÑO GARFIAS ENVIADA

Ampliar la imagen La creación literaria tiene que ver con algo que escapa a los libros, señaló el filósofo catalán Eduardo Subirats, al participar en el ciclo El placer de la lectura Foto: Arturo Campos Cedillo

Guadalajara, Jal., 1º de diciembre. Si bien escribir y leer son actos importantes porque ayudan a conocerse y conocer el mundo en que vivimos, lo cierto es que el aparato comercial del ámbito editorial desvirtúa esa actividad, así como la relación entre autor y lector, expresó el filósofo y académico Eduardo Subirats, durante su participación en el ciclo El placer de la lectura.

''Siento enorme incomodidad cuando recorro los pasillos (de la Feria Internacional del Libro ­FIL­de Guadalajara) y veo la producción de basura, de mala literatura. Tantos anuncios, tantos carteles que no se sabe si son autores o actores de Hollywood o venden cacahuates o qué son. Eso me genera cierto mareo, aunque dice una amiga india que las flores bellas se esconden siempre en la hojarasca y hay que saber buscar para encontrar algún diamante escondido."

El ejercicio de escribir para aprender

Subirats (Barcelona, 1947) recordó, a partir de su acercamiento con los situacionistas (corriente que concluyó en 1972), que esa vertiente rechazó la cultura como consumo; su relación con la cultura ''no era de consumo sino de creación: el libro era uno de los medios de diálogo, de encuentro, y la palabra situacional era muy bonita".

Subrayó que ''escribir libros es un ejercicio de aprender; uno escribe para aprender, escribir es una forma de dominar la realidad, de captarla, de penetrarla, de entenderla, entonces este es el lado positivo de los libros, además de dominar el lenguaje. Pero cuando uno termina un libro siempre se da cuenta de lo limitado que es este viaje de conocimiento, lo poco que se consigue. Por esa razón no puedo comprender a las personas que dicen estar orgullosas de lo que han hecho, o que aceptan premios, galardones y se presentan como encarnaciones de algo, de saber, de templos y de ejemplos cívicos.

''Eso es algo ajeno a mí, por eso siempre pienso que hay algo más importante que los libros, que hay algo que escapa a los libros y que precisamente la creación
literaria tiene que ver con lo que se escapa de los libros."

Si bien el ciclo El placer de la lectura está concebido como un diálogo entre los lectores y los autores para que éstos conozcan cómo fue el primer contacto del escritor con el libro, Subirats, profesor de la Universidad de Nueva York, reconoció que no es un buen lector de novelas.
''Tengo a Borges como un mal traductor de Kafka. Tampoco me considero un gran lector, pero puedo decir que cuando era chiquito leí a Kafka, mis primeros
autores fueron Kafka y Bécquer; mal comienzo, porque ahora todas las novelas se me caen de las manos.

''No puedo leer novelas, aguanto a los grandes como Rulfo, pero las novelas que están ahí ­dice señalando hacia el recinto ferial­ a la tercera línea se me caen
de las manos. Comencé con Kafka que no es novelista, es otra cosa. Por eso digo que fue un mal comienzo, pero, en fin, la lectura es importante, si no, no estaríamos aquí".

Importancia de la tradición oral

La lectura, precisó Subirats, ''es una de las puertas que tenemos a conocimientos más antiguos, a saberes antiguos. La escritura es la vía de acceso al conocimiento, pero no es la única.

''Hay que recordar que las memorias orales, de tradición oral, son o han sido la forma de acceder a conocimientos, esto que en América es una constante. Las culturas originales, las de la memoria, han sido memorias, culturas orales. Los últimos sobrevivientes a la destrucción de las culturas reconocen su fundamental diferencia con respecto a la cultura de los blancos precisamente en que su cultura está basada en la transmisión de la lengua al oído, o a través de la lengua y el oído, de los viejos a los jóvenes."

Eduardo Subirats presentó este jueves en la FIL su libro La existencia sitiada, que publica el sello Fineo.

 
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