Usted está aquí: jueves 7 de diciembre de 2006 Opinión De Guantánamo a Oaxaca: ausencia de ley

John Saxe-Fernández

De Guantánamo a Oaxaca: ausencia de ley

De Guantánamo a Oaxaca, el ejercicio de la violencia de Estado, incluyendo la tortura, la suspensión del habeas corpus, principio garantizado por la Constitución y las convenciones de Ginebra, se realiza en medio de un "vacío de ley", pivote del Estado de excepción auspiciado en EU por la Casa Blanca desde el 11-9 por medio de la Ley Patriota, la Ley de Comisiones Militares, la Ley Marcial y varios decretos. Con la guerra antiterrorista de Bush este fascismo se vuelca al resto del orbe y hacia México y Canadá, a través de la Alianza para la Prosperidad y la Seguridad de la América del Norte. Al sur del Bravo se da como una radicalización de la "mano dura" que, en nombre de la "legalidad" y con el manejo y manipulación monopólicos de los medios electrónicos, reprime a las fuerzas sociales desatadas por el neoliberalismo, sofoca los derechos humanos y políticos e inhibe el desahogo no violento de los conflictos.

Con la debacle institucional parida por las graves anomalías de los poderes Ejecutivo y Judicial en las pasadas elecciones se presenta ahora un mayor deterioro del estado de derecho: "Desde el 25 de noviembre", afirma el sacerdote Romualdo Mayrén, apoderado legal de la arquidiócesis de Oaxaca, "aunque no se decretó, en Oaxaca se ha vivido un estado de excepción y realmente están suspendidas las garantías" (La Jornada, 3/12/06, p. 4).

Mayrén describe un entramado vacío de ley y repleto de provocación, represión y violencia oficial, una riesgosa "estrategia de tensión" que se catapulta a nivel nacional con el arresto en el Distrito Federal del liderato de la APPO. Lo que la derecha en el poder está ampliando es una inusitada suspensión de facto del estado de derecho que se expresa en el arresto y traslado arbitrario de más de 149 detenidos enviados a cárceles de alta seguridad, porque se les considera "reos de alta peligrosidad", y un saldo, hasta ahora, de 24 muertos, 232 presos políticos y 64 desaparecidos.

Son numerosas las evidencias que indican la presencia e infiltración, en la resistencia pacífica de la APPO, de provocadores y francotiradores y un modus operandi sospechosamente análogo en el incendio de varios edificios. Aunque elementos dentro de la APPO actuaron sin control, las provocaciones sirven para "justificar" la represión. El analista Granados Chapa no duda en plantear un símil entre este escenario y la quema nazi del Reichstag, y Mayrén equipara la represión desatada por el gobernador Ulises Ruiz con el fascismo genocida del guatemalteco Ríos Montt.

En Oaxaca y en el esquema de Bush y sus prisiones de alta seguridad, como Guantánamo, el objetivo es la "suspensión" de la ley, en nombre de una "legalidad" de excepción (la no ley). Varios de los detenidos por la CIA relatan que para aterrarlos les afirmaban que los conducían a algún país "sin estado de derecho". El uso de empresas privadas para el "interrogatorio" de prisioneros coadyuva en el auspicio de áreas "vacías de ley". Crear "zonas de anomia" es una vieja práctica totalitaria disfrazada con coartadas huecas de legalidad. La ex general de Brigada Janis L. Karpinski, a cargo de 17 cárceles en Irak, incluyendo la de Abu Ghraib, participante por la fiscalía en el juicio que el Tribunal Supremo alemán le sigue a Donald Rumsfeld por crímenes de guerra, afirma que la violación de los derechos humanos y la tortura empeoraron con el concurso de los "contratistas" privados: "Estos interrogadores tenían experiencia en Afganistán y/o en Guantánamo y fueron enviados por (Geofrey) Miller (comandante de la prisión de Guantánamo), para participar en los interrogatorios. La ley no les importaba, operaban en un entorno sin ley... vi un memorando firmado por Rumsfeld sobre el empleo de estos métodos de interrogatorio, (quien) al margen ponía: 'asegúrense de que esto se cumpla'" (El País, 25/11/ 06, p.5).

Algo así se dio en la Alemania de Hitler como lo argumentó en "Guantánamo y la autocracia imperial" (Prokla, 143, Berlín. Junio, 2006). Guantánamo como campo de prueba juega un papel central para la instauración de zonas sin más ley que las instrucciones arbitrarias del Ejecutivo estadunidense y su Secretaría de Defensa.

El operativo de Guantánamo se orienta a establecer un arreglo seudo judicial sometido al Ejecutivo y al alto capital, en territorio cubano, ilegalmente ocupado: una zona de anomia en la que actúa la violencia de la autocracia imperial burlando la jurisdicción de las Cortes.

En su libro Estado de excepción, (A.H editora, Buenos Aires, 2004), Giorgio Agamben discute los intentos del poder estatal por anexarse la anomia a través del estado de excepción. En verdad, el estado de excepción, tal como fue develado por Walter Benjamín, "es una fictio iuris por excelencia, que pretende mantener el derecho en su misma suspensión como fuerza de la (no) ley". En Oaxaca las acciones de provocación-represión de los altos mandos anulan cualquier nexo entre el ejercicio de la violencia de Estado y el derecho. Un modo de gobierno por la vía de la coerción-anulación de la oposición civil.

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