Usted está aquí: lunes 11 de diciembre de 2006 Estados Retrasan liberación de exculpados por muerte de reportero sinaloense

Los hermanos Cedano Ornelas llevan dos años presos; piden intervención de la SCJN

Retrasan liberación de exculpados por muerte de reportero sinaloense

El jefe policiaco señalado como responsable ya fue detenido; un supuesto testigo desapareció

JAVIER VALDEZ CARDENAS CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Abraham y Manuel Ulises Cedano Ornelas, quienes han pasado dos años en la cárcel de Escuinapa, Sinaloa, por un delito del cual ya fueron exculpados Foto: Javier Valdez

Culiacán, Sin., 10 de diciembre. A punto de cumplir dos años presos en la cárcel de Escuinapa, los hermanos Abraham Ernesto y Manuel Ulises Cedano Ornelas se preguntan por qué, aunque fueron acusados del homicidio del reportero gráfico Gregorio Rodríguez y la Procuraduría de Justicia de Sinaloa tiene hoy pruebas de su inocencia, no han sido liberados.

Sus antecedentes como ladrones de poca monta en su tierra natal, Escuinapa, fue la excusa de la Procuraduría para detenerlos y acusarlos del homicidio del fotógrafo del diario local El Debate, cometido el 28 de noviembre de 2004.

A la acusación agregó el señalamiento directo de un supuesto testigo del crimen, Juan Ramón Ochoa Hernández, quien desapareció y habría recibido dinero para que implicara a los hermanos Cedano Ornelas.

El dinero, según el expediente penal ESC/371/2004, radicado en el juzgado mixto de Escuinapa, fue aportado por Abel Enríquez Zavala, ex director de la policía municipal (hoy preso, acusado del homicidio del periodista) y Maricela Machado, recientemente condenada a dos años de prisión por el delito de encubrimiento en relación con el mismo caso.

Además, todo indica que las acciones de las autoridades se enfilarán contra el presunto autor intelectual, Antonio Frausto Ocampo, operador del cártel de Sinaloa en el sur del estado y supuesto cómplice de Enríquez Zavala y de Machado en el homicidio.

La fiesta

El 28 de noviembre de 2004 Gregorio Rodríguez cenaba con sus hijos Perla y Leonardo, ambos menores de edad, cuando fue ultimado a tiros por un grupo de sicarios que irrumpió en un establecimiento de comida en la cabecera municipal de Escuinapa.

La policía municipal, entonces encabezada por Abel Enríquez, tenía el servicio telefónico suspendido y no recibió la llamada de emergencia. Sus agentes llegaron después que los policías de tránsito y limpiaron la escena del crimen antes de que llegara el Ministerio Público.

Versiones extraoficiales indican que Gregorio Rodríguez habría tomado fotos o video de una fiesta celebrada el 15 de septiembre de ese año, en la que Enríquez Zavala, entonces director de la policía local, convivía con el presunto narcotraficante Antonio Frausto Ocampo.

Según las fuentes, el ex jefe policiaco saludó a Frausto Ocampo como si fuera un oficial de alto rango.

En la fiesta habría estado además Jesús Antonio Aguilar Iñiguez, quien poco antes había sido destituido como director de la Policía Ministerial del Estado, luego de que el jefe de investigaciones de la corporación, Pedro Pérez López, fue sorprendido cuando custodiaba a Rodolfo Carrillo, líder del cártel de Juárez, cuando éste fue ultimado en un centro comercial de Culiacán en 2004.

La Procuraduría General de la República (PGR) relaciona a Aguilar Iñiguez, prófugo, con el cártel de Sinaloa. En tanto, Frausto Ocampo está ''desaparecido'', aunque vecinos insisten en que realiza fiestas en su natal comunidad de Cristo Rey, en Escuinapa.

Fuentes cercanas a las pesquisas indican que el reportero gráfico de El Debate se rehusó a entregar fotos de la fiesta y por eso lo mataron.

Dos semanas después del asesinato, el 14 de diciembre de 2004, agentes ministeriales detuvieron a Abraham Ernesto Cedano Ornelas y el 20 de enero de 2005 a su hermano Manuel Ulises, a quienes acusaron de planear y ejecutar el crimen.

El testigo ''fuerte'' de la Procuraduría, Juan Ramón Ochoa, inculpó a los Cedano, pero después se desdijo y acusó a Abel Enríquez y Maricela Machado de haberle ofrecido 5 mil pesos (de los cuales sólo le entregaron mil) a cambio de que culpara a los hermanos.

En su segunda declaración aseguró que los responsables del homicidio eran unos asaltantes provenientes de Nayarit que se habían fugado de la cárcel de Escuinapa y fueron recapturados, pero no por el homicidio del periodista.

Así, la Procuraduría inició procesos penales contra los nayaritas Pedro Salas Franco, Francisco Javier Pineda y Elías Alvarez González y/o Benjamín Contreras Hernández, quienes, al ser recapturados, tenían un croquis de la ubicación de la casa de Ramón Eduardo Eduardo Guevara, corresponsal de El Debate en esa ciudad.

En enero el Ministerio Público formuló conclusiones no acusatorias en relación a los Cedano, pero este fallo no ha sido ratificado y los hermanos siguen presos en Escuinapa.

Desesperados, los familiares de Abraham Ernesto y Manuel Ulises solicitaron la intervención de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

En una carta enviada a principios de este año al procurador de Justicia de Sinaloa, Luis Cárdenas Fonseca, la madre de los jóvenes, Ofelia Ornelas, pide que se ratifique la resolución del fiscal para que sus hijos salgan libres.

 
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